Gabriela Origlia
LA NACION,VIERNES 04 DE DICIEMBRE DE 2015
Por 45 pesos, en una feria de artesanías y productos locales de San Marcos Sierras, a 160 kilómetros de esta capital, cualquiera puede comprar un gotero de tintura madre de cannabis (nombre científico de la familia de plantas de la marihuana). Perfectamente identificado, tiene su lugar junto al propóleo, licores artesanales y frascos de mostaza con miel.
El dueño del puesto admite a LA NACION que lo compran, en su mayoría, "curiosos". A quienes le preguntan, Ricardo les explica que tiene efecto "relajante, sedante, y ayuda a bajar «un cambio»". Recomienda ponerse diez gotas debajo de la lengua la primera vez y esperar tres días a ver cómo reacciona el cuerpo. "Lo peor que puede pasar es que no tenga efectos, nada más", augura.
Pero Daniel Gómez, jefe del área de Toxicología del Hospital de Urgencias de Córdoba, no comparte esa opinión: "Depende de la dosis, de la concentración y de cada persona, pero podría generar desde una alergia hasta pérdida memoria, crisis de pánico o fobias". Señala a LA NACION que los efectos de la marihuana son iguales si se fuma o se ingiere en gotas. Y agrega que los efectos podrían ser más importantes si hay policonsumo, ya que "la mezcla trae sus consecuencias, se transforma en una especie de bomba química".
Además de los posibles efectos para la salud, está la cuestión legal. El fiscal federal Enrique Senestrari explicó a LA NACION que si la tintura contiene tetrahidrocannabinol (THC), su principal componente psicoactivo, hay un "problema legal" que no existiría si el producto "no tiene poder alucinógeno". Sin conocer el caso específicamente, señaló que podría enmarcarse en lo que se denomina "cultura del cannabis".
La tintura madre de cannabis se hace con las hojas y el tallo de la planta maceradas en una solución de 70% de alcohol y 30% de agua. "Sin las flores, que son las que contienen el principio psicoactivo", remarca el encargado del puesto.
La planta contiene 60 alcaloides diferentes, uno de ellos, el THC. "Ése es el específico para drogarse, pero los porros se hacen, en general, usando toda la planta, más allá de que la mayor concentración esté en la flor. La marihuana fumada o ingerida es siempre un narcótico prohibido por ley en la Argentina", dijo Gómez.
El puestero Ricardo se manifiesta a favor de la legalización de las drogas -no de las sintéticas- para uso "terapéutico y recreativo". A modo de ejemplo pone a Uruguay, que se convirtió en el primer país del mundo en tener un mercado regulado de cannabis desde la producción hasta la comercialización.
La ley uruguaya establece límites específicos tanto para el cultivo como para la venta, que son controlados por el Estado. Sólo pueden comprar los mayores de edad, previamente registrados, en farmacias de primera categoría y comunitarias.
En la Argentina, ilegal
Para Gómez la marihuana es una droga "con buena prensa, pero que no está legalizada. No existe en la farmacopea argentina". Insiste en que la tintura madre de cannabisno es equiparable a un té sedante. "Es mucho más fuerte. Es considerado un estupefaciente, para nuestra ley está prohibido; hasta que se establezca lo contrario es un narcótico", afirmó.
Diversos fallos judiciales sentaron jurisprudencia en la Argentina y habilitaron la despenalización de la tenencia de marihuana para consumo personal. La Corte Suprema de Justicia se pronunció sobre el tema en 2009 en el "caso Arriola". Se aclaró que los condenados no implicaban "peligro para terceros, no había adicción demostrada ni hubo evidencia alguna acerca de que tuvieran intenciones de comercializarla" y se aclaró que "no se consagró un permiso legal para consumir indiscriminadamente".
Sebastián Basalo, director de THC, una revista que promueve la "cultura cannábica", señaló a LA NACION que, desde el punto de vista legal, la circulación de estos productos está impedida: "Está restringido desde tener plantas y elaborar extractos hasta tener semillas, pero la creciente aparición de casos médicos que requieren sustancias basadas en cannabishace que ese mercado se desarrolle".
"Por ejemplo, vemos niños muy chiquitos con epilepsia en los que el cannabis demostró funcionar muy bien para frenar los ataques; sus madres incurren en el delito para poder contar con ese medicamento. También se usa en pacientes con cáncer y sida, y al no conseguirlo, la gente va al mercado «negro», a este tipo de producciones alternativas".
Para Basalo, en cada tintura o extracto hay que analizar la variedad de cannabis con que están hechos, si es el THC, que es el principio psicoactivo, o el CBD -cannabidiol-, muy utilizado medicinalmente y que no altera la percepción, pero que "sí tiene efectos en la salud".
Tradicionalmente, el cannabis tiene varios niveles de THC, de aproximadamente 12 a 21%, y los niveles de CBD se sitúan entre el 0,1 y el 0,6 por ciento.
Un caso judicial por la tenencia de semillas
Daniel Landgreen, titular de la Comunidad Cannábica de Córdoba, se presentó ante la Justicia para reclamar que no se penalice la tenencia de semillas de marihuana para la elaboración de productos medicinales.
Hace poco recuperó la libertad, después de haber pasado 40 días detenido, acusado de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y por la tenencia de semillas para producir estupefacientes.
La primera de esas causas cayó porque Landgreen pudo demostrar que otra persona le había dado las flores de la planta de marihuana.
El presidente de la Comunidad Cannábica de Córdoba lleva seis años elaborando productos a partir de la marihuana, como aceites, tinturas y pastillas que son usados por enfermos de cáncer y esclerodermia.