El periodista Young, en un reciente libro (1), menciona un tema conflictivo: la voladura de la embajada de Israel, comentando que para algunos peritos de la Academia Nacional de Ingeniería (2) y los investigadores judiciales de la Corte Suprema, no hubo una explosión, sino una implosión. Sobrevivientes de la embajada habían relatado que en el subsuelo del edificio se almacenaban armas y explosivos.
El secretario penal de la Corte, Dr. Alfredo Bisordi, encargado de la investigación, se inclinaba por la tesis de la implosión; por presiones de la dirigencia judía fue apartado del caso, y designado miembro de la Cámara de Casación Penal, hasta su jubilación.
Se adjuntan dos antecedentes.
(1) "Código Stiuso"; Planeta, 2015, p. 132.
(2) Ingeniero Rodolfo Danesi
Ingeniero Arturo Bignolli
Profesor Alberto Puppo
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Primer
juez del caso embajada dice que hubo «influencias» de Israel y no cree la
existencia de un coche-bomba
RedVoltaire, 22 DE JULIO DE 2006
El
camarista Alfredo Bisordi, quien fuera el primer [juez] instructor de la causa
judicial sobre el atentado a la embajada de Israel, confió hoy que hubo
«bastantes influencias» de ese país [Israel] en la investigación y manifestó
que «no» le «consta» que haya existido un coche bomba en el ataque.
El
17 de marzo de 1992 en que asestaron el golpe terrorista, Bisordi era
secretario penal de la Corte Suprema de Justicia, cuyo presidente era Ricardo
Levene, y como tal se desempeñó de instructor en la causa hasta el 23 de
diciembre de aquel año. Actualmente Bisordi es vicepresidente de la Sala I de
la Cámara Nacional de Casación Penal, el segundo mayor tribunal penal del país
[en Argentina], y el expediente sobre el ataque terrorista que causó 29 muertos
no esclareció el caso ni tuvo grandes avances.
En declaraciones a la agencia DyN, el
juez recordó que pocas horas después del hecho "la hipótesis de la Policía
era que el explosivo habría entrado a la embajada entre los materiales de
construcción, porque estaban haciendo reformas en el edificio, y que la
explosión fue de dentro hacia afuera". "Hubo varios
testigos, entre quienes estaban adentro de la embajada y los que trabajaban en
las reparaciones, que dijeron que los controles de seguridad eran poco
estrictos hacia la gente que ingresaba todos los días", señaló.
Y
añadió que "incluso hay un dato importante: está demostrado en el
expediente que poco antes de la explosión pasó una moto por la calle, que pudo
haber sido desde donde se activó el mecanismo de explosión mediante un control
remoto".
"Siempre
pensé que esa podría ser una hipótesis más cercana a la realidad de lo
ocurrido", definió.
Seguidamente,
Bisordi recordó que "hacia las diez de la noche de aquel 17 de marzo
[1992], el jefe de seguridad de la embajada, un señor que dijo llamarse Roni
Gorni, se presentó en la comisaría 15a. y dijo que la investigación debía
orientarse a la existencia de un coche bomba".
"No
se sabe si ése era el nombre real porque en las listas de diplomáticos
acreditados por Israel en la Cancillería no figuraban los que estaban adentro
de la sede diplomática", consignó. Bisordi recordó que "eso determinó
que poco tiempo después habría aparecido, según la policía, el motor partido de
lo que posteriormente se determinó era una [camioneta] pick up Ford F100 en el
jardincito de un edificio que hace cruz con la embajada y tiene un frente
bastante alto".
El
ex instructor señaló que "no hay acta del secuestro de esa presunta prueba
ni fui convocado como instructor para participar de ese secuestro",con lo
cual prosiguió: "se trató de una infracción de las autoridades policiales
a lo que está reglamentado en el código procesal penal".
"Hasta
que yo estuve a cargo de la investigación nunca pude determinar, por otros
medios que no fuera ése, la existencia del coche-bomba" enfatizó el
camarista y dijo que "a mi no me consta porque no participé (del secuestro
del supuesto motor) y debía haber participado porque estaba presente en la
comisaría 15a.".
Además,
recalcó que "no hubo ningún testigo que viera pasar la camioneta momentos
antes del hecho" y confió que "cuando se le pregunto a Israel si
podían enviar los videos de las 17 cámaras de seguridad alrededor del edifico
dijeron que no porque no grababan sino que registraban imágenes".
Bisordi
eludió contestar si recibió presiones en las pesquisas pero sostuvo que "sí hubo bastantes influencias... vino
mucho personal de inteligencia israelí. No sé si eran del Mossad (la
inteligencia israelí), decían que eran coroneles e incluso participaron en allanamientos".
Lamentó
que "Israel siempre dijo que no tenia ninguna información que aportar y
nunca hicieron ningún aporte" al tiempo que sostuvo que "tampoco los
del FBI (agencia de investigaciones de los Estados Unidos) que estuvieron en el
lugar de los hechos, recogieron evidencias y las mandaron a analizar a
Washington, nunca aportaron ninguna investigación".
Finalmente
Bisordi resumió que "hubo serias dificultades para determinar como ocurrió
el hecho" y se mostró pesimista al reseñar que "creo que nunca se va
a saber como fue el atentado, la Corte ha recogido una verdad formal que yo
dudo que sea la verdad real de lo ocurrido".
(DyN)
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Explosión en la Embajada de Israel en Argentina
(es.metapedia)
La explosión en la Embajada de Israel en Argentina,
sucedió el 17 de marzo de 1992 a las 14.42 hora local y causó 29 muertos y 242
heridos además de la destrucción de la embajada y daños a una Iglesia Católica
y una escuela ubicada en un edificio cercano. En la Argentina vive la comunidad
judía más numerosa de América Latina.
La historia oficial dice que fue un ataque terrorista
y que un furgón Ford F-100 conducido por un suicida fue cargado con explosivos
y estrellado contra el frente del edificio de la Embajada de Israel. Dicha
versión también afirma que los autores del ataque ingresaron al país a través
de la región llamada triple frontera, el área donde confluyen las fronteras de
Argentina, Paraguay y Brasil.
Dos años después, el 18 de julio de 1994, la misma
historia oficial afirma que fue un coche bomba el que estalló frente a la AMIA,
la organización mutual judía más importante del país, también en Buenos Aires,
muriendo otras 85 personas.
Investigación
Se realizaron tres investigaciones llevadas adelante
por el Mossad, el FBI y la Corte Suprema de Justicia de la Argentina. En este
último caso la investigación estuvo directamente a cargo del Dr. Alfredo
Bisordi, quien se desempeñaba en ese momento como Secretario Penal de la Corte
Suprema.
Extrañamente ninguna de las tres investigaciones
arrojaron resultados claros. En un inicio se pensó que podría haber sido un
ataque en venganza del asesinato del jeque Abbas al-Musawi, jefe del Hezbollah
libanés, y su familia. Los investigadores sospecharon que la operación podría
haber sido ejecutada por un grupo de paquistaníes y coordinada por Moshen
Rabbani, quien se desempeñaba como el encargado cultural de la embajada de Irán
en Buenos Aires.
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Artículo de opinión
La AMIA, la Embajada y nosotros, los argentinos.
por Juan Gabriel Labaké, Buenos Aires, 21 de
septiembre de 2004.
(Hemos extraído sólo los puntos que se refieren a la
explosión en la Embajada de Israel. Para ver el texto completo, ver artículo:
Explosiones en la AMIA y en la Embajada de Israel en Argentina)
El señor Alberto Jacinto KANOORE EDUL, su padre
Alberto KANOORE EDUL, y sus hermanas Alicia y Mabel me han otorgado poder
judicial para defender su buen nombre y honor y sus legítimos intereses, grave
e injustamente vulnerados por el juez que intervino en la investigación del
atentado a la AMIA y por otras instituciones y personas nacionales y
extranjeras.
Los hechos concretos y las pruebas e indicios
existentes en los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel obligan
indispensable y objetivamente a dirigir la investigación hacia una posible
pista israelí.
Hasta hoy, y por enormes presiones, tanto del gobierno
de Israel como de la AMIA, la DAIA, sectores del gobierno argentino (la
senadora Cristina Fernández de Kirchner y la SIDE especialmente), ciertos
periodistas y medios de comunicación, y aún del gobierno de EEUU de
Norteamérica (FBI y CIA), dicha pista ha sido intencionadamente bloqueada,
según ha quedado demostrado. Es hora de reabrirla.
Las razones para solicitar que se investigue la pista
israelí en ambos atentados son numerosas. Consigno las principales:
En primer lugar está la pericia de los tres ingenieros
de la Academia Nacional de Ingeniería, que determinó sin lugar a dudas que la
explosión en la Embajada se produjo dentro del edificio.
Ante ello, la Corte dispuso investigar la pista
israelí, pero la AMIA, la DAIA y la Embajada de Israel se opusieron tenazmente
con el pretexto de que dicha investigación constituía un acto de antisemitismo,
y amenazaron con pedir juicio político a la Corte. La pista israelí fue
abandonada.
Tanto en la AMIA como en la Embajada, y por una
decisión incalificable del gobierno argentino, los militares de Israel, la CIA
norteamericana y la Mossad israelí tuvieron desde el primer momento libre y
prioritario acceso a las ruinas de ambas explosiones. Peor aún, el Gral. Balza
ha reconocido que nuestro Ejército tenía la misma preparación que los israelíes
para actuar en esas emergencias, pero que el gobierno rechazó su ofrecimiento.
Ahora sabemos que el motor de la "Trafic", principal
"prueba" de la pista Siria-Edul, fue "encontrado" por un
militar israelí sin la presencia de testigo alguno. Y otro militar israelí
"demostró" cómo se habían colocado los explosivos en la
"Trafic".
La sospecha de que todos los complotados mencionados
(gobiernos e instituciones privadas) apoyaron esa mentira para ocultar la pista
israelí se torna legítima y, en este caso, insoslayable.
Y lo más extraño de todo: el gobierno israelí no se ha
constituido en querellante por el atentado que destruyó la sede de su Embajada
en la Argentina, y mató funcionarios de ella. Nunca antes se había visto una
pasividad y un silencio tan raros del Estado de Israel frente a un atentado
similar, incluso de menor envergadura.