Eduardo Paladini
Clarin.comPolítica25/02/16
Son nueve páginas, y luego de su presentación como Fiscal General ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal y a cargo de la Fiscalía General Nº 2, Ricardo Sáenz explica en breves cuatro líneas el porqué de su dictamen. Allí se concentra su fuerte gesto político de apoyo a la viuda de Alberto Nisman, sus hijas y la madre del fiscal. Sáenz dice que se presenta para adherirse "a los recursos de ambas querellas" contra la decisión de la jueza del caso, Fabiana Palmaghini, de pasar la causa al fuero federal.
Detrás de esa puja de competencia sobre la investigación está la clave de la historia: si la muerte del fiscal del caso AMIA, que apareció muerto días después de denunciar a la entonces presidenta Cristina Kirchner y otros por supuesto encubrimiento a los iraníes acusados por el atentado de 1994, es "dudosa", el caso queda en la justicia ordinaria de la Ciudad; si fue un "homicidio", debe hacerse cargo el fuero federal. La Cámara del Crimen decidirá el próximo 18 de marzo sobre el tema. Habrán pasado entonces exactos un año y dos meses de la muerte.
Esto último, es lo que piden las querellas y lo rechazó la jueza Palmaghini. Sáenz adhiere fuertemente a las primeras y en su dictamen toma como ciertas muchas de las acusaciones de los abogados de la mujer del fiscal y sus familiares para sostener la teoría del asesinato.
- "El delito de homicidio". En su introducción, Sáenz deja en claro su postura. "Concuerdo con los apelantes en que el objeto procesal de esta causa de acuerdo a la prueba producida hasta el momento, lo constituye la hipótesis de que Alberto Nisman ha sido víctima del delito de homicidio".
- "Lejos de hallarse deprimido". El fiscal general explica las partes que apoya de los dichos y pruebas que aportó la defensa de las hijas de Nisman. Allí recuerda que era "aparece muerto cuatro días después de haber formulado una gravísima denuncia por encubrimiento" del atentado a la AMIA y "a pocas horas de presentarse ante el Congreso", donde tenía previsto ampliar su acusación.
Pero también Sáenz adhiere al estado de ánimo con que se describe a Nisman por parte de las querellas. "Lejos de hallarse angustiado o deprimido, se encontraba satisfecho, de buen ánimo y abocado a la presentación que iba a efectuar ante los legisladores el 19 de enero (de 2015)". Con estos dichos, está claro, el fiscal general aleja la muerte de la hipótesis de un suicidio.
- "El departamento limpiado y la ficción de Lagomarsino". Respecto a la escena de la muerte, Sáenz recuerda que el arma periciada (que pertenecía al técnico informático Diego Lagomarsino) deja rastros cuando es disparada, y Nisman no los tenía en su mano. También coincide en que "el departamento de Nisman habría sido 'limpiado', pues sólo así se explicaría que no se encontraran huellas dactilares pertenecientes a personas distintas del occiso que visitaron el departamento horas antes de su muerte".
También es particularmente duro con la jueza y la fiscal Viviana Fein, que llevó la investigación inicial del caso, que "participaban de una suerte de 'ficción" respecto de Lagomarsino, ya que lo consideraban sólo imputado de la entrega del arma a Nisman, mientras que le daban intervención como parte en las pericias médicas, balísticas e informáticas, relacionadas claramente con la muerte de Nisman".
- "Cristina, Timerman, Aníbal y Milani". En su recorrido por los recursos presentados por la defensa de la madre de Nisman y para apoyar la idea de que la causa debe pasar al fuero federal, Sáenz enumera a los principales ex funcionarios kirchneristas involucrados. Y habla de "medidas de prueba que involucran a la ex Presidente Cristina Fernández, al ex Canciller Héctor Timerman, al ex Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, y al ex Jefe del Estado Mayor del Ejército César Milani".
- "Las amenazas sufridas por Nisman". El fiscal general destaca en particular el testimonio de una secretaria de la Unidad Fiscal AMIA que comandaba Nisman. Soledad Castro, recuerda Sáenz, conocía muy bien a su jefe y declaró su "convencimiento de que todas las amenazas sufridas por Nisman jamás le hicieron modificar su comportamiento personal ni decisiones profesionales". Esos dichos de Castro, concluye el fiscal general, más otras pruebas, "impiden sostener válidamente que Nisman se haya quitado la vida en forma libre y voluntaria". Esta última expresión parece no descartar la hipótesis del suicidio inducido.
- "Zona liberada y arma amiga". Sáenz destaca también que las querellas hablaron de la hipótesis de que "para facilitar el homicidio de Nisman existió una 'zona liberada'", "la prueba emergente del entrecruzamiento telefónico correspondiente a los días 16 a 18 de enero (cuando murió Nisman) entre los agentes de inteligencia Antonio Stiuso, Alberto Mazzino, Fernando Pocino y el General Milani".
Y repite una frase de los querellantes que involucraría a Lagomarsino y los agentes, en principio: "La utilización de un arma 'amiga' como arma 'asesina' es la mejor forma de montar posteriormente una escena alterada de 'suicidio' para garantizar la impunidad de los homicidios".