por Juan Manuel Otero
Informador Público, • 29/02/2016
Los argentinos -y supongo que es una característica
del ser humano en general- creemos generalmente en lo que nos dicen, más aún en
lo que nos prometen, especialmente si esa promesa la vuelca alguien que aspira
a ejercer la primera magistratura de la Nación.
De ahí que, cuando el Ingeniero Macri prometió que con
él en la Casa de Gobierno se acabaría “el curro de los derechos humanos”, las
intenciones de voto de “Cambiemos” recibieron un importante flujo de
adhesiones. Las que fueron ratificadas el día de los comicios llevando al
Ingeniero Macri al sillón de Rivadavia en ancas de las esperanzas de millones
de argentinos que confiamos en la sinceridad de sus promesas.
Comprendo que menos de tres meses en funciones es poco
tiempo como para hacer críticas de la gestión presidencial ni exigir resultados
milagrosos luego de la penosa década perdida. Pero también comprendo que hay
temas, o mejor dicho políticas de estado que, como mínimo, podrían haberse
aclarado.
El “curro de los derechos humanos” es uno de ellos.
Y con absoluta desilusión compruebo que, si hubo una
decisión bien clara y definida del Ingeniero Macri (o tal vez del Sr. Durán
Barba), es la de que el curro siga gozando de buena salud.
No me baso en que el silencio es la actitud del
gobierno, nada de eso. Los hechos son, lamentablemente, demostrativos del triste
y traicionero continuismo.
Desde
el primer día, con el nombramiento del Sr. Avruj al frente de la Secretaría de
Derechos Humanos, nos han mostrado que la finalización del curro pintaba como
un nuevo cuento “para la gilada”. No olvidemos la vergonzosa e ilegítima reacción de este señor cuando
tribunales del interior excarcelaron a militares que cumplían condena de
prisión. Se trataba de decisiones legítimas y fundadas en derecho, en un caso
por haber cumplido totalmente la pena impuesta y en otro, por haberse excedido
el plazo máximo permitido para estar en prisión sin que se haya dictado
sentencia.
Es decir, dos decisiones justas e irreprochables, de
ésas que lamentablemente no abundan. Sin embargo, el Sr. Avruj se arrogó
facultades de juez de casación y lo consideró “una mala noticia”, sin que nadie
del gobierno le llamara la atención por semejante exabrupto. El silencio del
Ing. Macri y el hecho de que se tratara de alguien a quien conoce
perfectamente, ya que lo acompaña desde el gobierno de la Ciudad, son una clara
demostración de adhesión a tales dichos y que el rumbo no ha sido modificado.
Y no debemos dejar de citar la visita del presidente
Hollande y su homenaje a las monjas francesas desaparecidas durante el gobierno
de facto, desarrollado en el Parque de la Media Memoria y luego arrojando
flores blancas al Río de la Plata junto a las abuelas de Plaza de Mayo y
autoridades nacionales.
Nada tengo que reprochar a este acto recordatorio,
pero me extraña que no se haya aplicado similar criterio en oportunidad de la
visita que el premier italiano Matteo Renzi nos hiciera pocos días atrás. ¿O
alguien duda acaso que el Director General de Fiat Argentina, Ingeniero Oberdam
Sallustro, no mereciera similar homenaje?
Su secuestro, torturas y posterior asesinato,
perpetrado por los homicidas terroristas apátridas, disfrazados de “jóvenes
idealistas” -conforme la absurda adaptación del estatuto de Roma utilizada por
nuestros jueces federales-, también fue un crimen de lesa humanidad.
Pero la historia oficial se hermana con la justicia.
Ambas siguen tuertas.
Es de esperar que en oportunidad de la próxima visita
del Presidente Barack Obama se termine con esta costumbre de ocultar la mitad
de la historia y se lleve a cabo el correspondiente homenaje hacia al Cónsul de
EEUU, John Patrick Egan, secuestrado y posteriormente asesinado por Montoneros
el 01/03/1975 en la ciudad de Córdoba, y al Gerente General de Ford en
Argentina, Ing. John Swint, asesinado por las FAP el 22/11/1973.
En ambos casos durante el gobierno peronista.
De lo contrario, deberé darle la razón al Dr. Menem,
quien tiempo atrás confesó que “si hubiera dicho lo que iba a hacer nadie me
habría votado”.
Dr. Menem, su método sigue vigente.
Antecedentes
de Avruj
Derechos (humanos) torcidos
Por Jorge
Elbaum *
Página12, 3-12-15
Claudio Avruj será el próximo secretario de Derechos
Humanos de la Nación. Sus antecedentes son coherentes con el resto del
gabinete, conformado por empresarios, CEO de multinacionales y actores de las
ONG devenidos en puristas gestores del Estado. Todos ellos se autodefinen como
la contracara de la “militancia” y buscan difundir una pátina aséptica y
desideologizada orientada a invisibilizar sus biografías y naturalizar la verdad
de sus decisiones futuras.
Claudio Avruj estudió la licenciatura en organización
institucional en la Universidad Bar Ilan, cuyo propietario era Rubén Beraja, el
mismo que hoy está siendo enjuiciado por encubrimiento en la causa AMIA. En
dicha causa también se encuentra procesado el comisario Jorge “Fino” Palacios,
primer titular de la Policía Metropolitana. Beraja no fue sólo el dueño de la
universidad en la que estudió Avruj. Fue también quien lo designó como director
ejecutivo de la DAIA en la década del 90, cuando el menemismo mantenía
relaciones carnales con Estados Unidos y también con la DAIA.
El director
adjunto de Avruj de esa época era Alfredo Neuberger quien aparece en los
Wikileaks como informante de la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires
cuestionando al gobierno de Néstor Kirchner. (http://bit.ly/1uavplW) Neuberger, además, fue
asesor de Enrique Mathov en su recordado período como secretario de Seguridad
del gobierno de la Alianza, por el que fue procesado como responsable político
por los asesinatos producidos por la policía en diciembre de 2001.
(…)
En 2007, Avruj dejó la dirección ejecutiva de la DAIA
para asumir como director de Relaciones Institucionales del Gobierno de la
Ciudad. La desvinculación con la DAIA incluyó una comisión investigadora
conformada por integrantes de su Consejo Directivo, orientada a relevar sus
manejos económicos financieros en su rol de director ejecutivo. Entre las
dimensiones investigadas –y no divulgadas para evitar el escándalo– figuraban
la edición de materiales gráficos con sobreprecios, faltantes informáticos y
“arreglos” de indemnizaciones con empleados a su cargo.
Su asunción, tiempo después, como subsecretario de
Derechos Humanos de la Ciudad incluyó la disolución del área de violencia de
género y el vaciamiento de recursos destinados al Parque de la Memoria, ubicado
frente al Río de la Plata. Siendo subsecretario de Derechos Humanos, asumió la
presidencia del Museo de la Shoá (Holocausto) con claras intenciones de
posicionarse como candidato a la presidencia de la DAIA. Su vicepresidente en
el museo de la Shoá fue Guillermo Yanco, actual pareja de la Piba, Patricia
Bullrich. Ambos, Avruj y Yanco, administran una agencia de noticias,
–Vis-A-Vis– dedicada a la temática de la colectividad judía, financiada en su
totalidad por publicidades del Gobierno de la Ciudad.
La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación fue
dirigida por un abogado perseguido por la dictadura militar, fuertemente
comprometido con las banderas de Memoria, Verdad y Justicia. Luis Eduardo
Duhalde fue sucedido por el hijo de militantes populares desaparecidos Martín
Fresneda, fundador de la agrupación HIJOS de Córdoba. Ahora el despacho de
secretario será ocupado por un berajista que participó en la organización de la
marcha del 18 de febrero, junto a Waldo Wolff y Sergio Bergman. Coherente con
esos antecedentes, su primer pedido a las autoridades salientes de la
secretaría fue solicitar el currículum de todos los empleados del organismo. Derechos
torcidos. Muy torcidos.
* Presidente del Llamamiento Argentino Judío.
Sociólogo y periodista.