14 DE MAYO DE 2016
El movimiento chiita libanés Hezbollah acusó hoy de la
muerte en Siria de su jefe militar Mustafa Badreddine a los extremistas sunnitas
sirios y prometió seguir luchando para defender el régimen del presidente
Bashar al-Assad .
Sin embargo ninguno de los grupos rebeldes o
jihadistas, que el Hezbollah combate desde hace años al lado de las tropas
sirias, el ataque de bomba que ayer causó la muerte de Badreddine.
Mustafá Badreddine es el dirigente de la organización
cercana a Irán de mayor rango muerto desde el asesinato en febrero de 2008 en
Damasco de su predecesor Imad Mughniyé.
"Nuestra investigación probó que la explosión en
uno de nuestros puestos cerca del aeropuerto internacional de Damasco que mató
al hermano comandante Mustafá Badreddine se debió a un bombardeo de artillería
de los grupos takfiris presentes en la zona", afirmó el Hezbollah en un
comunicado.
El régimen de Al-Assad y el Hezbollah designan como
"takfiris" (los que acusan a otros musulmanes de apostasía) a los
grupos jihadistas o islamistas radicales sunnitas implicados en la guerra en
Siria.
El Hezbollah no precisó sin embargo el nombre de
ningún grupo entre las numerosas formaciones armadas sunitas presentes en el
país en guerra.
La zona del aeropuerto de Damasco -donde, según el
Hezbollah, se produjo el bombardeo- está en manos del ejército sirio, con una
fuerte presencia de combatientes del partido y de los aliados iraníes. La
primera posición rebelde se encuentra a 7 kilómetros, en la Guta oriental.
El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos
(OSDH), Rami Abdel Rahmane, dijo hoy que "ningún disparo de artillería
había sido registrado en las últimas 72 horas de la Guta hasta la zona del
aeropuerto".
Además, el Observatorio dijo que Hezbollah debería
revelar la "verdad" de quién está tras el asesinato de su comandante.
Medios libaneses habían especulado antes con la posibilidad de que pudiera
estar implicado Israel, que ha atacado reiteradamente a las fuerzas del grupo
libanés que operan en Siria.
"Proseguir el combate"
"Los resultados de la investigación reforzarán
nuestra determinación y nuestra voluntad a proseguir el combate contra estas
bandas criminales y a derrotarlas. Era el deseo y la esperanza de nuestro
querido mártir", dice también el comunicado de Hezbollah.
El movimiento chiita, que libró una guerra contra
Israel en 2006, suele acusar a este país del asesinato de sus jefes pero en
esta ocasión no lo ha hecho.
Hezbollah es el enemigo jurado de Israel y es
considerado una "organización terrorista" por Estados Unidos. Se ha
convertido en blanco de los insurgentes y jihadistas desde su entrada en guerra
en Siria en apoyo a las tropas del régimen.
Badreddine, de unos 55 años, dirigía desde 2011 las
operaciones de Hezbollah en Siria, donde el grupo libanés lucha junto con las
fuerzas del presidente Bashar al-Assad contra los rebeldes.
Es uno de los cinco miembros de Hezbollah acusado de
la muerte de Rafic Hariri, ex primer ministro libanés asesinado en un atentado
en Beirut en 2005. Además, el Tesoro de Estados Unidos también le había
impuesto sanciones.
Badreddine había reemplazado en el cargo de comandante
militar a Imad Moughniyé, que estaba buscado por la Interpol y Estados Unidos
por una serie de atentados y secuestros. Badreddine fue enterrado al sur de
Beirut, feudo tradicional de Hezbollah, junto a su predecesor.