Por Héctor GIULIANO
(29.6.2016)
En el marco de su
política de gobernar con deuda la
administración Macri se ha embarcado en un proceso acelerado de
re-endeudamiento y toma de deuda adicional, primordialmente externa.
Aunque no se cuenta
con información oficial, se sabe que en lo que va del año el gobierno ha
colocado más de 20.000 MD (Millones de Dólares), sólo en cabeza del Estado
Central, sin contar las emisiones paralelas de obligaciones del Banco Central
(BCRA), de las provincias y de empresas oficiales.
El stock de la Deuda
Pública al 31.12.2015 – último dato del Ministerio de Economía (MECON, hoy
Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas) – era de 234.200 MD (222.700 de
deuda performing y 11.500 de holdouts).
A este monto falta
sumarle los cupones PBI por 14.000 MD y adicionales no computados de holdouts por
unos 10.000 MD más sobre los 11.500 conocidos.
Sin contar los
intereses a pagar, que a esa fecha eran 74.100 MD y que constituyen en realidad
una suma constante porque la deuda por capital o principal no se cancela sino
que se refinancia en su totalidad a las fechas de vencimiento – hasta el último
centavo - y además se toma deuda nueva, por lo que la masa de intereses es permanente
y su importe tiene fuerte tendencia al crecimiento.
A fin del 2015 la
Deuda Pública Externa era aproximadamente un 30 % de la Deuda Total pero esta
proporción está aumentando velozmente como producto de las grandes colocaciones
de nuevos bonos argentinos en el mercado de Nueva York y a tasas muy elevadas
en moneda extranjera.
Con ello, obviamente,
aumenta no sólo el stock de la deuda sino también sus intereses, que se pagan
como gasto público corriente y contribuyen – también en forma rápidamente
creciente – a incrementar aún más el déficit fiscal.
La emisión de los
16.500 MD para pago a los holdouts y otros destinos complementarios o menores -
en Abril pasado – colocados a una tasa promedio del 7.14 % representa, por sí
sola, un aumento de los intereses a pagar de unos 1.200 MD por año; que se
sumarán así a los 10.000 MD de intereses anuales previstos para el corriente ejercicio
y los sucesivos.
El Presupuesto 2016 –
Ley 27.198 (aprobada por la administración kirchnerista a fines de Octubre
pasado) – contempla un aumento de la deuda pública de 23.400 MD (68.000 de
Amortizaciones contra 91.400 de nuevo endeudamiento).
A esto hay que
sumarle ahora otros 12.500 MD para pago de los arreglos con los holdouts –
según Ley 27.249, de anulación de leyes cerrojo para arreglo con los acreedores
– lo que eleva el monto de la deuda a colocar este año a unos 36.000 MD.
El denominado
Programa Financiero 2016 del gobierno Macri (del 27.4) – en realidad, un
programa de endeudamiento financiero fiscal – prevé cubrir las necesidades de
financiamiento de lo que resta del año en la siguiente forma: 3.000 MD con
préstamos de Organismos Financieros Internacionales y Bilaterales, 10.850 MD
(160.000 M$, Millones de Pesos) del BCRA por concepto de Adelantos Transitorios
(AT) y transferencia de Utilidades Contables, 2.700 MD (40.000 M$) provenientes
de la ANSES y otros Entes Públicos, 7.200 MD de colocaciones en el Mercado
Externo, 8.000 en el Mercado Interno y 5.000 MD de otras fuentes): en total 36.750
MD.
Este desagregado de
datos oficiales, sin embargo, no sería completo,
claro ni muy consistente con las cifras reales que dimanan de las propias
informaciones gubernamentales:
a) Según
el Programa Financiero 2016 las Necesidades de Financiamiento citadas para el
2016 son de 36.750 MD y corresponden: 24.300 por Déficit Fiscal Primario y
12.500 por vencimientos de Capital e Intereses, de los que 9.000 pertenecen a
Títulos Públicos y 3.500 a Organismos Internacionales/Bilaterales.
b) El
Mensaje del Presupuesto 2016 preveía un Superávit Fiscal de 5.800 M$ para este
año, equivalente a sólo 550 MD, al tipo de cambio 10.60 $/US$.
c) Ahora,
en cambio, se proyecta el citado nuevo déficit de 24.300 MD (340-365.000 M$,
según se tome el dólar a 14 ó 15 $) aunque diversas estimaciones privadas hacen
subir este déficit a 400.000 M$ o más.
d) Esto
quiere decir que el incremento de deuda por 36.000 MD (23.400 de nueva deuda
más 12.500 de holdouts = 35.900 MD) no se corresponde en su composición con los
36.750 MD del Programa Financiero, aunque las cifras totales sean parecidas.
e) El
Programa de Endeudamiento 2016 no estaría reflejando las necesidades de
financiamiento para todo el año sino para lo que resta del período, posterior a
la colocación en Abril de los 16.500 MD, de los que 12.500 para pago a los
holdouts; lo que resulta del hecho que la información del MECON no incluye esta
operación porque fue dada a conocer el 27.4, días después que dicha
mega-colocación de bonos fuera realizada.
f) En
consecuencia, el aumento que se está produciendo en el endeudamiento del Estado
Central es mucho mayor al previsto en el Presupuesto 2016 – los 23.400 MD - ya
que éste no contemplaba los 12.500 MD adicionales acordados para los holdouts
(Ley 27.249, aprobada el 31.3 de este año) y no consideraba tampoco el altísimo
déficit fiscal hoy planteado sino que, por el contrario, preveía un Superávit
Primario de 5.800 M$ (550 MD) que ahora se ha transformado en un déficit de más
de 24.000 MD.
g) Con
el agravante que tales cifras corresponden – según lo expuesto - al Déficit
Fiscal Primario (es decir, sin contar el pago de intereses) mientras que el
Resultado Financiero (que es el real o efectivo porque sí toma en cuenta los
intereses a pagar) para el 2016 era ya negativo en casi 100.000 M$ (97.700,
equivalente a 9.200 MD) mientras que ahora se eleva a los 24.300 MD citados (15.100
MD más).
h) Esto
quiere decir que al aumento de los 23.400 MD del endeudamiento previsto en el
Presupuesto 2016 habría que sumarle ahora no sólo los 12.500 MD de la nueva
deuda para pago a los holdouts sino también los 15.000 MD adicionales de la diferencia
a cubrir por el nuevo Déficit Fiscal, lo que daría un total de nueva deuda por
más de 50.000 MD (51.000) en el año.
i) Cabe
agregar, por último, un punto especial que no queda claro, que es el
tratamiento del déficit de arrastre del año 2015, dado que el presupuesto
original – Ley 27.008 – preveía un Superávit Fiscal Primario de 110.000 M$ y un
Déficit Financiero de 50.000 M$. Esos importes proyectados para el 2015 fueron
modificados en el Mensaje de Presupuesto 2016 convirtiéndolos a déficits en los
dos rubros: 43.000 M$ primario y 138.700 M$ financiero (4.700 y 15.200 MD
respectivamente, a un tipo de cambio del período tomado a 9.12 $/US$).
j) Los
resultados del Ejercicio 2015 – como las proyecciones originales para el 2016 -
difirieron muchísimo de las muy optimistas previsiones K: Déficit Primario (en
lugar de superávit) por 292.000 M$ y Déficit Financiero por 282.000 MD
(producto de compensar 121.000 M$ de pago de intereses con transferencias
percibidas de la ANSES y del BCRA por un total de 130.000 M$); lo que traducido
a un dólar de 13 $, vigente a fin del 2015, da 22.500 y 21.700 MD
respectivamente.
En síntesis: el
Presupuesto en curso para el 2016 preveía un Déficit Fiscal de 97.700 M$ (9.200
MD) que ahora pasó a ser un déficit de 24.300 MD (los 340-365.000 M$ contemplados
ahora en el Programa Financiero del nuevo gobierno Macri que, en los hechos,
podrían ser mucho mayores).
Aquí – como dijimos -
no estarían incluidos los 12.500 MD de la deuda tomada para el pago a los
holdouts (ya colocada antes de la fecha de corte de la información a fines de
Abril pasado) por lo que el
endeudamiento de todo el año pasa a ser de 36.000 MD.
Y a este monto cabría
adicionarle los 15.000 MD de Déficit Fiscal nuevo para el 2016 (9.200
originales contra 24.300 del ajuste presupuestario), lo que llevaría el total
de endeudamiento del ejercicio a más de 50.000 MD.
Sin considerar aquí
la duda sobre el tratamiento del déficit adicional de arrastre del 2015, que
daría unos 6.500 MD más: producto de 138.700 M$ ≡ 15.200 MD según Mensaje del
Presupuesto 2016 contra 282.000 M$ ≡ 21.700 MD del resultado final oficial del
ejercicio según el MECON (convirtiendo los importes en pesos a dólares según el
tipo de cambio tomado a las fechas de corte respectivas: 9.12 y 13.00 $/US$).
El quantum del
endeudamiento de la administración Macri no se conoce todavía – la última
información del MECON es al 31.12.2015 – pero lo cierto es que las proyecciones
derivadas de la poca información oficial al respecto ya superan con mucho las
cifras del Presupuesto 2016.
A lo que debe sumarse
el paralelo macro-endeudamiento del Banco Central (BCRA) – los 5.000 MD de la
deuda tomada en Enero pasado con el consorcio de bancos internacionales
liderado por JP Morgan (cuyos términos se mantienen en secreto) y el aumento
del stock de Lebacs en lo que va del año, que es de 166.000 M$ (lo que equivale
a un incremento en dólares de 9.000 MD); el fuerte y acelerado endeudamiento de
las provincias - que no se conoce como dato de deuda consolidada pero se estima
pasaría los 7.000 MD en el año (entre deuda colocada y a colocar) y el monto
desconocido de la nueva deuda de empresas y organismos del Estado en su
conjunto (que es un dato nunca informado).
Es probable que el
peso creciente de los servicios de esta enorme masa de nueva deuda que se está
tomando, unida a la deuda heredada y al fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna
de 2005-2010 (una operación a la que se sigue presentando como supuestamente exitosa) desemboquen inexorablemente,
temprano o tarde, en una nueva reestructuración de pasivos o su equivalente de
una serie de reestructuraciones parciales pero sistemáticas, sobre todo debido
al extraordinario aumento del stock de la deuda y al peor perfil de vencimientos
derivado de grandes colocaciones a corto y mediano plazo.
Pero es muy difícil
pronosticar lo que pueda pasar en estas circunstancias con un gobierno que –
pese a su declamada política de transparencia – mantiene en secreto las
informaciones clave sobre su operatoria en materia de endeudamiento y cuyo
staff superior a cargo de las áreas decisorias en este campo está compuesto por
funcionarios que - independientemente de su grado de honestidad personal -
tienen abiertos conflictos de intereses por su relación con los grandes nuevos
acreedores del Estado, de los cuales fueron altos ejecutivos.
Pueden hacerse muchas
conjeturas al respecto pero lo único cierto es que – bajo las condiciones
conocidas – las cuentas no le cierran a
la administración Macri tanto en el campo fiscal en general como en el de
la deuda pública en particular, porque no existe la más mínima demostración de
la capacidad de pago del país por la deuda heredada y por la nueva que se está
tomando, como no sea refinanciando permanentemente los vencimientos y tomando
más deuda, que es precisamente lo que quiere la Banca Internacional.