Bicentenario y el Ser Nacional Argentino
Reflexión de monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La
Plata, en el programa "Claves para un Mundo Mejor" (27 de agosto de
2016)
“Este fin de semana es muy importante para nosotros,
argentinos, por el hecho de la Beatificación de Mamá Antula que fue una gran
apóstol de los ejercicios espirituales y, a través de ellos, de la
cristianización de nuestro país. Piensen que vino de Santiago del Estero a
Buenos Aires a pie: ¡que hazaña! Además, cuando uno ve, en Buenos Aires, esa
preciosa Casa de Ejercicios, ubicada en Avenida Independencia y Salta, piensa
en esa aventura espiritual extraordinaria”.
“A propósito de eso yo estaba pensando en la relación
con el Bicentenario y el escaso eco que ha tenido esta celebración de nuestra
independencia. No sólo escaso eco sino que he leído algunas manifestaciones que
me dejaron perplejo, porque si bien el entusiasmo patriótico no tiene que ser
patriotero, o un alarde, tampoco puede caer uno en una indiferencia total, como
que en fin son doscientos años y no me importa nada, se acabó el barullo; por
suerte hubo desfile militar este año pero no pasa nada”.
“He leído críticas acerca de lo que significa ser
argentino. Yo les preguntaría a ustedes, amigos televidentes: ¿existe un ser
nacional argentino? ¿Tenemos alguna identidad o no? Yo pienso que aunque sea en
los defectos tenemos alguna identidad. Todo el mundo habla de cómo somos y con
qué fallas cargamos desde hace tiempo y demás; aun desde un punto de vista
negativo pero existe una identidad argentina. Me parece algo evidente.
Somos
distintos de otros pueblos, raros para algunos pero somos distintos. Además en
esa identidad que se ha ido formando poco a poco, con la trasmisión de una
tradición solidaria, de generación en generación, hemos recibido cosas de
nuestro pasado histórico, se han añadido realidades nuevas sin duda, han
mejorado algunos aspectos y otros han empeorado nuestro ser nacional pero existe
un ser nacional”.
“Me parece que tendríamos que pensar un poquito más en
esto. No estoy hablando de ese entusiasmo arrebatado, sino del hecho de que uno
pueda considerar con tranquilidad cómo somos, qué cosas son verdaderamente
valiosas, qué cosas son defectuosas y debiéramos corregir; por eso también
pienso que tendríamos que evaluar, dentro de lo que es el ser nacional, el
hecho del cristianismo, el hecho de la presencia católica y por eso les
mencionaba a Mamá Antula”.
“¿Este es un pueblo católico o no? Les diría yo que es
un pueblo mayoritariamente bautizado, un pueblo que no va a misa pero es
mayoritariamente bautizado, que todavía bautiza a sus niños y eso es un valor
muy grande. Somos un pueblo que quiere a la Virgen de Luján, que quiere a la
Virgen y a lo mejor nuestra gente sencilla no está bien formada y eso es culpa
nuestra después de todo, culpa de los pastores y de la organización de la
Iglesia; y de una evangelización defectuosa, pero que es gente que ama a Dios y
a la Virgen y a los santos. Esas devociones son hechos valiosos que debemos
asumir como parte de nuestra identidad y no hay que despreciarlas como si
fuéramos unos soberbios ilustrados que nos las sabemos todas y vamos a
construir la Argentina del mañana sobre no se sabe qué”.
“Me parece que el Bicentenario debía haber hecho
pensar más en eso pero yo no he notado una abundante reflexión sobre estos
puntos y sí he leído cosas críticas con las cuales no estoy de acuerdo, porque
me parece que todo lo que debemos criticar acerca de la Historia Nacional; ha
habido tiempos mejores y tiempos peores, además de nuestras fallas crónicas,
también hay que sumar los valores con los cuales contamos y, entre ellos, yo
quiero destacar que somos un pueblo que cree mayoritariamente en Dios”.
“Y podríamos hilar más fino y ver en qué medida
también, nuestro pueblo, conserva el sentido común que hace notar que muchos
disparates jurídicos, que muchas de las leyes que se han aprobado en los
últimos tiempos, son efectivamente eso: disparates. Aun cuando uno tenga que
tolerar sus consecuencias o uno tenga que mirar encogiéndose de hombros y
diciendo “que le vamos a hacer”. Pero los argentinos somos argentinos y debemos
ser cada vez mejores y el Bicentenario debiera habernos recordado que hubo
gente en nuestra Historia, sobre todo los Padres que nos dieron la
Independencia, que es gente digna de ser imitada”.
Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata.