lunes, 5 de junio de 2017

QATAR

el ‘patrocinador del terrorismo’ a nivel mundial

LA GACETA 5 Junio, 2017 (Infovaticana)

Los países del Golfo han tomado una decisión histórica al cortar relaciones diplomáticas con Qatar por “apoyar” a grupos terroristas. Hasta Arabia Saudí, difusor del wahabismo, censura sus políticas.

 Arabia Saudí, Egipto, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Yemen y Libia han decidido romper sus lazos diplomáticos con Qatar por considerar que el país “apoya el terrorismo”. En un comunicado sin precedentes acusan a Doha de “violaciones graves con el fin de romper la estabilidad en la zona”.

Las palabras más contundentes han sido las de Riad. La dictadura islámica señala a Qatar por “incitar al abandono del Estado, poner en peligro su soberanía y la adopción de organizaciones terroristas, entre ellas los Hermanos Musulmanes, el Estado Islámico y Al Qaeda”. Las autoridades saudíes también acusan a Doha de respaldar a Irán en su apoyo a los “grupos terroristas” en la provincia de mayoría chií saudí de Qatif, así como en Bahréin, además de apoyar a los rebeldes hutíes del Yemen.

El régimen saudí, principal difusor de la doctrina wahabista a nivel mundial, rompe de esta manera con un socio clave en la zona que apoyó a Riad durante la crisis de refugiados, cuando desde Occidente se presionaba a los países del Golfo para que aceptaran inmigrantes. El ‘no’ fue rotundo, a pesar de contar con instalaciones como las carpas de La Meca con capacidad para dos millones de personas.

El Cairo, por su parte, también acusa al emirato de Qatar de “apoyar las operaciones terroristas en el Sinaí (noreste) y de intervenir en los asuntos internos de Egipto y los países de la región de manera que amenaza la seguridad nacional árabe y favorece las diferencias dentro de las sociedades árabes”.

Tras el comunicado, la alianza árabe encabezada por Arabia Saudí y que combate en el Yemen junto al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi ha anunciado la expulsión de Qatar de la coalición.

Patrocinador del islamismo
Desde hace más de una década, Qatar se ha convertido en uno de los principales patrocinadores del islam en Europa. Los petrodólares qataríes han financiado la construcción de miles de mezquitas en todo el continente, al frente de las cuales han situado a imanes de su cuerda para difundir su particular visión del islam.

En España, por ejemplo, el plan pasaba por levantar 150 templos hasta 2020. La inteligencia española mostró su preocupación en este diario por las sospechas internacionales acerca de una posible financiación del Estado Islámico por parte del Emirato. “Tenemos que preguntarnos quién está armando, quién está financiando al Estado Islámico. Y la palabra clave es Qatar”. Fue el alemán Mueller, del partido demócrata-cristiano, uno de los primeros en señalar directamente al Emirato de Qatar. Hizo esas declaraciones en octubre de 2014. Antes, y de manera más o menos directa, lo habían hecho otros: fuentes diplomáticas alemanas habían señalado que, si bien Qatar apoyaba a distintos grupos moderados, era cierto que había prestado su apoyo también a grupos radicales que soñaban con la implantación del Califato Islámico.

En marzo de 2015, el secretario de Terrorismo e Inteligencia financiera de Estados Unidos, David Cohen, señalaba el soporte de Qatar a miembros del Estado Islámico en Siria y denunciaba una legislación “demasiado permisiva” con determinadas donaciones de particulares a personas e instituciones relacionadas con el terrorismo.

El director del Royal United Services Institute de Qatar, Michael Stephens, respondía en un análisis de septiembre de 2014 que no de forma directa, pero sí indirecta. Hay donantes anónimos, decía, que han apoyado financieramente a los extremistas de Siria, porque ven con buenos ojos la implantación de un Califato Islámico (como el autoproclamado por los terroristas del ISIS). “Arabia Saudí y Qatar, convencidos de la pronta caída del presidente sirio Bashar al-Assad y de que un Gobierno sunita sería positivo para ellos, apoyaron a grupos radicales”, añade, en referencia a grupos como Liwa al-Tawhid, Ahrar al-Sham o Jais al-Islam, todos relacionados con los peligrosos miembros de Al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria.

Mezcla de una política “chapucera y de una buena dosis de ingenuidad”, señalaba Stephens, el resultado final es que las cuentas del Estado Islámico han visto multiplicar sus ingresos desde Qatar.

Donaciones millonarias

Los países del Golfo se negaron a acoger refugiados a pesar de que contaban con importantes medios para ello. Europa se convirtió en el destino principal de los inmigrantes y países como Qatar se aseguraron de que estos no viajaran con destino Oriente Próximo. Mientras Arabia Saudí financió el levantamiento de mezquitas en Alemania, los qataríes pagaron a los sirios los estudios en Francia.

El fiscal general de Qatar y la Universidad Sorbona de París firmaron un acuerdo por el que los árabes donarán 1,8 millones de euros durante tres años a la institución educativa. El objetivo no era otro que la financiación de matrículas y del alojamiento de cientos de estudiantes refugiados en la capital francesa.

La iniciativa no fue recibida con agrado por todos los sectores estudiantiles. El sindicato Unión Nacional Interuniversitario, por ejemplo, se quejó de la acogida de los refugiados sirios en las aulas mientras otros estudiantes franceses ”con méritos se han quedado sin plaza por falta de espacio”.

Francia no es el único país europeo al que los estados árabes han regalado dinero. Las universidades de Oxford y Cambridge han aumentado su solvencia gracias a la financiación de Arabia Saudí, convirtiéndose este país en el mecenas principal de la educación en el Reino Unido. La mayoría de estos fondos están destinados únicamente al estudio del Islam, Oriente Medio y la literatura Árabe.

En 2008, el príncipe saudí Alwaleed bin Talal donó 8 millones de euros a universidades de Cambridge y a Edimburgo. En 2005, el príncipe apodado ‘Sultán’ fue un poco menos generoso y pagó 2 millones al Museo Ashmolean, dependiente de Oxford. Hay otros muchos donantes que financian a las universidades británicas. El sultán de Omán, Qaboos bin Said, concedió 3,1 millones euros a Cambridge para financiar dos puestos, incluyendo el de un catedrático de árabe. Así una larga lista de naciones como Emiratos Árabes Unidos -5 millones a la Universidad de Exeter- o Abu Dhabi -a la Universidad de Gales-.

Los socios de Cebrián
Ghanim Alhodaifi Al Kuwari se convirtió en 2015 en uno de los socios principales de Juan Luis Cebrián dentro del Grupo Prisa. Con un perfil profesional vinculado a la construcción y alejado de los medios de comunicación, el qatarí participó en la ampliación de capital del grupo con una aportación de 64 millones de euros, con lo que se hizo con 6,4 millones de acciones.

A partir de ese momento, el millonario árabe ha contado con dos asientos en el Consejo de Administración que preside Cebrián, en el que hay un total de 12 puestos.

Al Kuwari también preside Investment Holding Group, una compañía bien relacionada con las élites qataríes cuyo objetivo principal es “jugar un papel activo y creativo en el mercado de Qatar, con una fuerte voluntad de contribuir grandiosamente al futuro del país”. En su momento, los medios especularon con que la entrada de este qatarí en el accionariado de Prisa tenía por objetivo tener una mayor presencia ante la Unesco, que meses antes había formado un convenio con Cebrián.

Rosell y Qatar
La relación entre el FC Barcelona y Qatar se inició en diciembre de 2010, cuando Qatar Foundation acordó patrocinar al primer equipo por un contrato de 170 millones durante cinco años, una cantidad que resultó vital para compensar las pérdidas económicas del club catalán, que posteriormente pasó a lucir el emblema de Qatar Airways, la aerolínea del Emirato.

El expresidente Sandro Rosell, en prisión por supuesto blanqueo de capitales, había mantenido lucrativos negocios con el Gobierno qatarí por medio de la empresa Bonus Sports Marketin, para el que había desarrollado el programa Football Dreams. Finalmente vendió la compañía a The Dahall Al Baraka Group, uno de los grupos más importantes a nivel privado de Qatar.

Donaciones a la Fundación Clinton

Aunque los medios de comunicación centraron su foco mediático sobre Donald Trump, su rival Hillary Clinton no tuvo más remedio que admitir que había aceptado un millón de dólares procedentes de Qatar durante su época como secretaria de Estado, sin informar de ello al Departamento de Estado, pese a que prometió que permitiría al organismo revisar las donaciones de gobiernos extranjeros.

Wikileaks filtró los correos electrónicos del jefe de campaña de Clinton, John Podesta, con las autoridades qataríes, que presionaban para mantener un encuentro con el expresidente estadounidense en el 65º aniversario de Bill Clinton. En otro de los mensajes, Clinton señaló que era el momento de “usar herramientas diplomáticas y de Inteligencia tradicionales para presionar a Qatar y Arabia Saudí”, pues ambos gobiernos estaban dando apoyo a “otros grupos radicales suníes en la región”, al margen del ISIS.


Resulta paradójico que los Clinton aceptaran donaciones para su fundación “sin fines lucrativos” de países que ellos mismo admitían que estaban detrás de las acciones terroristas en Oriente Medio. En otro correo Hillary aclaraba la situación: “El avance del Estado Islámico en Irak da al Gobierno estadounidense una oportunidad para cambiar la forma en la que hace frente a la caótica situación de seguridad en el norte de África y Oriente Próximo”.