La Voz del Interior, 31 de julio de 2017
Como legislador provincial asumió un rol de oposición
tenaz, que ahora intenta llevar al Congreso Nacional. Habla de pactos de
impunidad y opina sobre los avances contra el narcotráfico.
El legislador provincial Aurelio García Elorrio
buscará por segunda vez alcanzar el desafiante objetivo que significa para un
partido de estructura modesta llegar a la Cámara Baja.
–¿Si llega al Congreso buscará replicar su actitud de
controlar al poder como lo hace en la provincia?
–Nosotros hemos desarrollado un esquema de control de
poder que se puede implementar perfectamente en cualquier Parlamento. Hay que
saber buscar a otros diputados de otros partidos que tengan un compromiso
fuerte para hacer control de gobierno y, a poco de que se vayan logrando esas
asociaciones transitorias, se puede hacerlo aquí o allá. El objetivo nuestro de
llegar al Congreso es para protegerla aún más a Córdoba, porque esta provincia
está sin control. Es una provincia que se ha quedado sin oposición política
comprometida de manera mayoritaria. Entonces, nosotros aspiramos a que con una
banca de diputado en la Nación, una banca con muchos votos ayude más al control
político de Córdoba.
–¿Se puede hacer eso desde el Congreso Nacional?
–Sí, claro que se puede. Una banca nacional nos
ayudaría a repotenciar el control de poder interno en Córdoba. Hoy es una
provincia librada a la suerte. Hace falta que aquellos que estamos haciendo
esta tarea de controlar lo que hace el gobierno seamos ratificados en las
urnas. Hoy, el poder está cebado con la corrupción y tendrá que ver, a través
de los votos que nosotros saquemos, que la realidad de la corrupción
estructural se va poniendo sobre la mesa.
–¿Es decir que los votos que su lista obtenga darían
una idea de cuántos cordobeses rechazan la corrupción?
–Que están empezando a percibir que Córdoba está librada
a su suerte en medio de un pacto político espurio de impunidad entre el
gobierno y la oposición, que está dejando a Córdoba sin posibilidades.
–¿El pacto del que habla es entre el PJ y Cambiemos?
–No, porque sería muy amplio. Hay acuerdos políticos
manifiestos, espero que sean sólo políticos, entre el gobierno de Unión por
Córdoba y el mestrismo que la han dejado a Córdoba sin control. Por eso es que
queremos, a través de esta elección, que la gente nos empodere para seguir
haciendo ese trabajo en asociación con otros legisladores. Usaríamos la banca
en Diputados para hacer control de poder al Gobierno nacional, pero sobre todo
para controlar, con los votos que da una banca nacional, a un sistema político
que en Córdoba gobierna sin controles desde hace 17 años.
–¿Cómo es hacer una campaña provincial para una
agrupación como Encuentro Vecinal, que enfrenta a estructuras muy grandes?
–Uno lo hace con mucho entusiasmo, aún con disparidad
de fuerzas, porque advierte que estas formas de hacer políticas de los partidos
hegemónicos no van a subsistir porque no fidelizan el voto de la gente.
–Ahora, las encuestas muestran que las principales dos
fuerzas concentran un 70 por ciento del electorado.
–Es la realidad. Pero está claro que esta forma de
hacer política tiene plazo de caducidad, porque la democracia argentina todavía
no se puede consolidar porque tiene sobre sus espaldas al 32 por ciento de la
población pobre. Los partidos políticos hegemónicos no van a poder soportar el
problema de la pobreza solos. Hay que trabajar entre todas las fuerzas en un
programa nacional de desarrollo para los próximos 15 años pensando en ese 32
por ciento de argentinos que están en la pobreza. Un programa que quien lo gana
lo ejecuta y el que pierde lo acompaña. Si no se produce eso, la Argentina
tiene garantizada por décadas esta agonía.
–¿Cómo evalúa el accionar del Gobierno nacional sobre
el narcotráfico? ¿Hay avances?
–El problema central del narcotráfico en la Argentina,
que es el que originó todo, es una ruta internacional de droga colombiana que
es una de las cinco rutas principales de América del Sur. Es un recorrido que
se inicia en Colombia, pasa por Santiago del Estero y de ahí va al Atlántico o
al Pacífico a abastecer a Europa y a los Estados Unidos. El día que toquen esa
ruta yo le voy a empezar a creer a cualquier gobierno.