martes, 1 de agosto de 2017

ARGENTINA NUNCA PUDO SER VENEZUELA Y POR TANTO MACRI NO NOS SALVÓ DE SERLO


por Guillermo Cherashny
Informador Público, 1-8-17


Los sangrientos incidentes en la ilegal convocatoria a una asamblea constituyente en Venezuela fueron utilizados electoralmente por el gobierno nacional y por sus mayoritarios medios afines, aunque la situación de la dictadura de Maduro merece todo el repudio y la aplicación de la cláusula democrática en ese país.

En efecto, la situación trágica que vive Venezuela es utilizada por el gobierno no para sacarle votos a Cristina, cuyo electorado está muy firme, sino para "caranchear", es decir, rapiñarle votos a 1País, Randazzo, el peronismo en general y a Lousteau demostrando que sólo Cambiemos se preocupa por las libertades en el país caribeño y principalmente para instalar que Mauricio Macri nos salvó de convertirnos en Venezuela, lo cual es una falsedad.

Durante los gobiernos kirchneristas se destruyó completamente al ejército y todas las fuerzas armadas y de seguridad como factores de poder y sí hubo una relación carnal con la Cuba de Fidel pero ni la DGI cubana, el servicio de inteligencia ni el ejército cubano actuaron en nuestro país y, por tanto, la situación es incomparable con la de ese país.


Además de estos factores decisivos, ni Néstor ni Cristina intentaron desconocer la voluntad popular expresada en las urnas, como ocurrió en 2009, 2013 y 2015, ya que en cualquiera de estos casos, si la voluntad de los Kirchner era imitar a Chávez o Maduro, bastaba con desconocer los resultados o desaforar diputados y senadores y encarcelarlos. Además, cuando Cfk quiso copar la justicia, se lo impidieron, y cuando quiso destruir al grupo Clarín, también la justicia se lo impidió y no hizo nada para forzar la situación, aunque el cristinismo no condena al régimen de Maduro y es más, lo apoya sin reservas. Es decir que este recurso que utilizan el presidente y sus fanáticos en el sentido de que nos salvó de ser Venezuela es meramente un recurso electoral para caranchear votos, ni más ni menos.