Cristián A. Bengolea
La Nación, carta de lector, 19-8-17
Con enorme pena y dolor vivo los sucesivos atentados
terroristas en diferentes ciudades de Europa, con gran cantidad de muertos y
heridos. El jueves le tocó a Barcelona.
Sé perfectamente cómo se viven esos
espantosos episodios, dado que yo los viví en los años 70 en mi país. Fui
testigo. Vi gente despanzurrada en la calle por cobardes bombas colocadas en
diferentes partes de la ciudad por algunos de los que hoy se postulan a cargos
legislativos. También vi morir gente acribillada a balazos por seres humanos
que habían perdido la razón.
Lástima que en aquellos sangrientos años la vieja
Europa nos dio la espalda. Vaya a saber por qué. No importa ya. Como los
argentinos que vivimos aquella tragedia sabemos bien de qué se trata,
acompañemos sin resquemores a los que hoy padecen lo que nosotros padecimos
hace más de cuarenta años.