Las naciones tienen derecho a
defenderse de los emigrantes que las desestabilizan
catolicos-on-line, 28-10-17
El cardenal Robert Sarah ha asegurado en Polonia que
todas las naciones tienen derecho a distinguir entre refugiados genuinos y
migrantes económicos que no comparten la cultura de esa nación.
El purpurado africano intervino el pasado domingo en
el Congreso Europa Christi, celebrado en Polonia. Allí comentó precisamente la
negativa del país eslavo a aceptar la «lógica» de la redistribución de
migrantes que «algunas personas quieren imponer».
Según la revista polaca Gosc, el cardenal Sarah agregó
que, si bien cada migrante es un ser humano que debe ser respetado, la
situación se vuelve más compleja si pertenecen a otra cultura u otra religión y
ponen en peligro el bien común de la nación.
Los líderes mundiales no pueden cuestionar el «derecho
de cada nación a distinguir entre un refugiado político o religioso» que se ve
obligado a huir de su propia tierra, y «el migrante económico que quiere
cambiar su lugar de residencia» sin adaptarse a la nueva cultura en la que
vive.
Individualismo liberal
«La ideología del individualismo liberal promueve una
mezcla que está diseñada para erosionar las fronteras naturales de las patrias
y las culturas, y conduce a un mundo posnacional y unidimensional donde lo
único que importa es el consumo y la producción», dijo el cardenal.
Haciéndose eco del Papa Francisco, el cardenal dijo
que las naciones europeas deben asumir parte de la responsabilidad si han
desestabilizado a los países de los que los migrantes están viajando. Sin
embargo, añadió, eso no significa cambiarse a sí mismos precisamente a través
de la inmigración masiva.
Secularización de Europa
El cardenal Sarah también lamentó la secularización de
Europa, diciendo que el continente ha estado en una crisis de civilización sin
precedentes durante los últimos dos siglos, que comenzó con las palabras de
Friedrich Nietzsche «Dios está muerto, y lo hemos matado».
«Europa ha estado desde entonces en una crisis
continua causada, entre otras, por ideologías ateas, y ahora se está hundiendo
en el nihilismo», dijo.
El cardenal dijo que después del colapso de la Unión
Soviética, cuando muchas naciones recuperaron su libertad y democracia, parecía
que había comenzado un nuevo período positivo para Europa. Sin embargo, la
Unión Europea decidió no volver a las raíces cristianas del continente, sino
que comenzó a construir sus instituciones en abstracciones tales como el
mercado libre, la igualdad de las personas y los derechos humanos individuales.
Fue un error, dijo el cardenal Sarah, porque todas las
leyes deberían basarse en el concepto de la dignidad humana, que solo puede
provenir de Dios.