que busca ser el
premier italiano más joven
Elisabetta Piqué
LA NACION, 4-11-17
ROMA.- Llegó a la política casi por casualidad,
gracias a las redes sociales. Tiene 31 años y sueña con convertirse en el
primer ministro más joven de la historia de Italia, aunque a muchos esa idea
les produce escalofríos. Luigi Di Maio fue proclamado hace unas semanas el
candidato oficial a la jefatura de gobierno por el Movimiento Cinco Estrellas
(M5E), la agrupación antisistema creada por el cómico genovés Beppe Grillo -hoy
la primera fuerza política del país-, en vista de las elecciones de febrero o
marzo próximo.
Di Maio fue elegido candidato con sólo 37.000 votos en
unas primarias online en las que se descontaba su triunfo, vista la ausencia de
verdaderos competidores. "No es importante saber cuántos votaron, debemos
en cambio hablar de los millones de votos que debemos sumar en las próximas
elecciones", clamó Di Maio el día de su designación oficial, en la ciudad
de Rimini. "Fui elegido para cambiar a Italia y al país y ayudarlo a
resurgir", arengó. "Y hay que explicarles a todos cuál es nuestra
visión del país a largo plazo, basada en temas como la contaminación, el
deterioro hidrogeológico, la alimentación, la agricultura, el teletrabajo, la
difusión de autos eléctricos. Queremos crear un Estado que te proteja y que
esté cerca tuyo. Nosotros no somos ni de derecha ni de izquierda, llevamos
adelante las buenas ideas", también recordó, en una frase que es una
muletilla del M5E, agrupación considerada populista por los analistas.
Siempre elegante, impecable en sus trajes y modos, con
rostro de bravo ragazzo, Luigi Di Maio para muchos es un típico resultado del
marketing político. Con escasa experiencia y ni siquiera un diploma universitario,
se convirtió en diputado en las elecciones de 2013, cuando el M5E arrasó
captando el voto de protesta de los italianos, hartos de los escándalos de
corrupción de los partidos tradicionales y sacudidos por una gravísima crisis
económica
Di Maio no sólo fue uno de los 163 novatos
parlamentarios "grillini" que ingresaron en el Parlamento en marzo de
2013. En lo que significó su ascenso a las grandes ligas de la política, fue
elegido vicepresidente de la Cámara de Diputados con tan sólo 26 años; se
convirtió así en el más joven de todos los tiempos.
Nacido el 6 de julio de 1986 en Avellino -en la región
de Campania, en el sur del país-, hasta su ingreso en el mundo de la política
vivió en la pequeña localidad industrial de Pomigliano d'Arco, en las afueras
de Nápoles. Primero de tres hermanos, con su madre profesora de latín y griego
y su padre titular de una pequeña empresa de construcciones y afiliado a
Alianza Nacional, partido de derecha, Di Maio cuenta que de chico quería ser
policía. "Sentía fuertemente la necesidad de justicia, sobre todo en una
tierra devastada por la Camorra [la mafia napolitana]", escribió en su
currículum.
Apasionado de los motores, la Fórmula 1 y las
computadoras, su "compromiso cívico y político" nació en el
secundario, cuando fue elegido representante de los estudiantes. ¿Cómo era
entonces? "Tenía el pelo siempre muy bien cuidado y prolijo, su look no
era nada extravagante. Siempre fue un observador agudo, le iba bien en las
materias clásicas, con una evidente preferencia para la filosofía y era normal
en las materias científicas", cuenta Rosa Manna, su profesora de italiano,
en Di Maio ¿quién? Vida, obras y misión del político más atacado de Italia, una
biografía que celebra al candidato-premier, describiéndolo como un "alumno
modelo".
Terminado el colegio, Di Maio se anotó en la
universidad: primero probó Ingeniería y después, Derecho, "una experiencia
más complicada de lo que me imaginaba", que nunca concluyó. Camarero,
azafato, asistente de cine, técnico reparador de computadoras, periodista,
entre sus experiencias laborales, entró en el M5E en 2007. Tres años más tarde,
su candidatura a consejero comunal de Pomigliano d'Arco fue un fiasco: sólo
obtuvo 59 votos. Pero tuvo más suerte en diciembre de 2012, cuando con 189 preferencias
online se convirtió en el segundo candidato a diputado de la lista del M5E de
la región Campania: su catapulta al Parlamento en las elecciones de febrero de
2013.
Al mejor estilo Macron, está de novio con una mujer
diez años mayor que él, Silvia Virgulti. Con ella, experta en comunicaciones de
la misma agrupación política -que conoció justamente cuando le pidió consejos
televisivos-, convive en un departamento de Trastevere.
Di Maio no sólo es famoso por sus tropezones
gramaticales, sino también por sus reiteradas gaffes. La más importante, un
posteo de Facebook en el que comparó al ex premier Matteo Renzi con Pinochet,
al que definió como dictador de Venezuela... Aunque enseguida corrigió "el
lapsus".
El año pasado la revista Forbes lo incluyó en la lista
de los "under" 30 más influyentes de Europa. Hablando de Europa, si
bien el M5E en sus comienzos propuso un referéndum para abolir el euro, Di Maio
dijo recientemente que semejante iniciativa sólo podría darse como
"extrema ratio" (medida extrema). "Nuestra voluntad es cambiar
la Unión Europea, no destruirla", aseguró, en una entrevista con la
agencia EFE.
Católico, pero "no superpracticante", como
confesó a Vanity Fair, al día siguiente de recibir su investidura como
candidato oficial del M5E, fue a la catedral de Nápoles para asistir al milagro
de la licuefacción de la sangre de San Genaro, patrono de la ciudad. Para
muchos analistas es justamente eso, un milagro, lo que necesitará Di Maio para
convertirse en el próximo jefe de gobierno de Italia, ya que su partido no
tiene la mayoría de consenso y no acostumbra aliarse con otras fuerzas.