La Nación, editorial, 05 DE NOVIEMBRE DE 2017
La alianza de conveniencia mutua entre el gobierno
kirchnerista, que asumió el poder el 25 de mayo de 2003, y varios de los
principales organismos de derechos humanos se tradujo, en los hechos, en
dinero, subsidios, leyes, presencia mediática y redituables asociaciones. Era
el contexto más adecuado para un gobierno que, como en tantos otros asuntos,
priorizaba el parecer al hacer, el relato mentiroso a la verdad, alimentando un
discurso pensado para proyectarse más allá de la historia, con una carga
simbólica capaz de hacer prevalecer y justificar cualquier destino con el
dinero de todos. Una auténtica y gigantesca estafa moral basada en el odio y la
venganza.
La trayectoria de Enriqueta Estela Barnes de Carlotto
es la de una docente jubilada, ama de casa, quien, como presidenta de una
institución que transita sus 40 años de vida como "Abuelas de Plaza de
Mayo", no ha podido evitar las contradicciones y las polémicas a partir de
que el dinero, la ambición y el personalismo militante fueron distorsionando y
erosionando el prestigio y la finalidad de muchas organizaciones defensoras de
los derechos humanos.
En 2008, consultada sobre las acciones de los
militantes del Movimiento Peronista Montoneros, del Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP) y de grupos similares que operaban en la década del 70, los
calificó elogiosamente de "mártires", negando el amplio abanico de
gravísimos delitos que se les comprobaron. Con ese mismo falso y distorsionado
idealismo, que tanta sangre derramó en los años de plomo, se refería a su hija
desaparecida como integrante de "una generación que dejó la vida y nos
dejó la democracia". Paradójicamente en su afán militante salió también
con vehemencia a defender al general César Milani negando toda evidencia en su
contra.
Alterando también los hechos, cargó contra el Centro
de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), acusando a esa
institución de promover la impunidad para los responsables del terrorismo de
Estado cuando, al igual que Abuelas pero en la vereda opuesta, Celtyv defiende
los justos pero silenciados derechos de las víctimas inocentes del terrorismo
subversivo de aquellos años. Con este mismo espíritu beligerante, no sorprendió
que tildara de "disparate" la propuesta pacificadora de la
Conferencia Episcopal, que promovía la reconciliación nacional.
"No hay que confundir Abuelas con Madres",
señalaba Carlotto, marcando distancia con la agrupación dirigida por Hebe de
Bonafini y, al mismo tiempo, alejándose todo lo posible del escándalo
Schoklender.
Sin embargo, con aquel mismo estilo agresivo y
destemplado de Hebe de Bonafini, casi un par con el que rivalizó en la interna
de esos mismos organismos, Carlotto no pudo disimular su militancia partidaria
y arremetió recientemente contra la ministra de Seguridad por el caso
Maldonado, al afirmar que "Patricia Bullrich es una gendarme, pero una
gendarme mala". Incluso, sostuvo la hipótesis de que el cuerpo de
Maldonado "fue plantado" en el lugar en el que se encontró, instando
a averiguar dónde había estado conservado y quién lo tenía. "Es una muerte
desde el Estado y en democracia", y como tan superficialmente acostumbran
a calificar, aseveró enfáticamente que se trata de "un delito de lesa
humanidad" acusando al Presidente de falta de sensibilidad, frialdad y
autoritarismo, llegando a asimilar la ideología de los gobiernos de facto con
la de esta democracia. También, en su momento, apuntó contra el juez federal
Claudio Bonadio quien, según ella, "se maneja como si viviera en una isla
de esclavos". "Si pudimos con Videla, vamos a poder con Macri",
extrapoló, incapaz de percibir las abismales diferencias en otra muestra del
registro distorsionado de la realidad en el que cae con frecuencia.
Además de haber colocado a numerosos parientes y
amigos en cargos públicos, Carlotto ejerció la presidencia de la Comisión
Bonaerense de la Memoria, organismo integrado por representantes de entidades
de Derechos Humanos, el sindicalismo, la Justicia, la Universidad, la
Legislatura, funcionarios y profesionales, de los que se alejó en 2002 cuando
le cuestionaron el manejo de los cuantiosos fondos estatales. El resultado fue
que denunció que le habían falseado la firma, lo que la llevó a confrontar con
su sucesora en el cargo.
Firmante de una solicitada en apoyo a Aníbal Ibarra
tras la masacre de Cromagnon, calificó a los padres de las víctimas de
"delincuentes", lo cual le valió un amplio repudio. Tampoco dudó en
pedir por la libertad de terroristas internacionales de la ETA española, el MIR
chileno, o las FARC colombianas. En la lista, sumó también a Milagro Sala cuya
inocencia Carlotto defiende con una cínica pregunta: "¿Cuándo la vieron a
ella empuñar algo que fuera peligroso, salvo el martillo o alguna pala?".
Junto con Madres, avaló perversamente la decisión del
gobierno de Cristina Kirchner de cargar contra la empresa Papel Prensa
sobrepasando cualquier límite ético en una disputa política en otro uso espurio
de los derechos humanos, como definió de manera crítica la propia Graciela
Fernández Meijide. Es oportuno recordar que, en 2010, en el acto central por el
Día Nacional por la Memoria y la Justicia celebrado en las instalaciones de la
ex ESMA, una Cristina Kirchner abrazada a Carlotto afirmó que el caso Noble era
"la prueba del ácido" de la democracia argentina. Refiriéndose una
vez más en público a los hijos de Ernestina Herrera de Noble, amenazó con ir a
la justicia internacional, según ella, para "terminar este capítulo tan
trágico de la historia de la verdad". Después de denunciar durante años
que Marcela y Felipe Noble eran "parte del ocultamiento de un
delito", Carlotto no supo siquiera pedir disculpas cuando la Justicia se
expidió. Como quien teme gastar las palabras, dijo lacónicamente: "No
fueron nuestros nietos".
"Cuando fui citado por la jueza Servini de Cubría
-explicó un joven llamado Roberto J. Gutiérrez, sindicado erróneamente como
nieto de Carlotto y sometido a un maltrato que le ocasionó un grave daño
moral-, comprendí que esta mujer es tan distinta de como la ven todos, tan
insensible que no me resultó extraño enterarme de que había hecho con su
familia un negocio de los derechos humanos". Gutiérrez, además, la acusó
de haber manipulado los ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos, causa que
sigue abierta ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En otro
caso, el de Hilario Bacca, una airada Carlotto cuestionó a la Justicia por
autorizar que ese hijo de desaparecidos mantuviera la decisión de llevar el
nombre y apellido dado por sus padres apropiadores. Al momento de encontrarse
al nieto número 122, y aplicando falaces e interesadas fórmulas matemáticas
propias, Carlotto afirmaba que ese hallazgo demostraba que fueron 30.000 o más
los desaparecidos, dado que el padre del recuperado no figuraba denunciado como
desaparecido. En su afán por manipular los dolorosos hechos vividos y a pesar
de que sólo hubo 230 denuncias, Carlotto continúa pretendiendo instalar que
fueron 500 los niños desaparecidos.
Durante la llamada "década ganada", desde el
poder se hizo mucho más que aplicar el canon kirchnerista, distorsionar la
democracia, imponer el mandato del relato único como cuestión de fe,
estigmatizar al opositor o al crítico e instalar y justificar la corrupción
como método válido para financiar a una facción política y enriquecerse
personalmente con los recursos del Estado. Con la complicidad de muchas de las
organizaciones a las que benefició, la sesgada política de los derechos humanos
sólo incluyó a algunas víctimas e ignoró a otras en su afán por mantener al
país encadenado a los odios del pasado. El vasto agujero negro en el que se
esfumaron millones de dólares destinados a sostener lo que terminó siendo la
"industria" de los derechos humanos, resulta un enigma que no ha sido
todavía investigado.
A esta altura resulta inaceptable continuar
distorsionando la verdad histórica y manipular tendenciosamente los derechos
humanos para ponerlos al servicio de la mezquindad política, con burdos fines
económicos e ideológicos alejados de la reconciliación y el reencuentro entre
compatriotas que debiera primar a la hora de construir unidos el futuro de
nuestra Nación.