Crecen las
dudas sobre la reparación del buque tras la denuncia de un familiar
Natasha Niebieskikwiat
Clarín, 24-11-17
"Ninguna unidad zarpa sin estar en
condiciones", aseguró ayer el vocero de la Armada, Enrique Balbi. Más
temprano, la esposa del radarista del submarino ARA San Juan, Germán Oscar
Suárez, dejaba en el aire una fuerte denuncia que vuelve encender las dudas ya
existentes sobre el dudoso y extenso proceso de reparación y mantenimiento al
que se sometió al submarino y su estado real al momento de emprender la que
podría haber sido su última navegación.
"Mi esposo me comentó que tuvieron un desperfecto
en 2014 y que fue grave; eso es todo. Que fue grave y que generó un poquito de
tensión y de miedo ahí adentro. Pero como después salió todo bien son cosas que
se cuentan a la familia, no a la prensa", dijo Itatí Leguizamón, la esposa
de Suárez.
Un marino en actividad contó a Clarín que en 2014 hubo
problemas de filtraciones de agua y también dificultades con los planos, aunque
desde Defensa no lo confirmaron.
Además, bajo condiciones de anonimato, este
diario habló con un empresario involucrado directamente con la reparación de
media vida a la que debió someterse el ARA San Juan en 2005, y que por idas y
vueltas terminó comenzando en 2008. Para los especialistas esa pérdida de
tiempo para repararlo es inadmisible.
El empresario que también trabajó en la renovación del
sistema eléctrico del rompehielos Almirante Irizar -incendiado en 2007 y en
reparación por una década- fue directamente al grano al afirmar que ante todo
hay que poner la vista en las irregularidades de las contrataciones que efectuó
la Armada y Defensa en esos años en que por orden del Astillero Domeq García,
Tandanor hacía las licitaciones.
Entre otras puestas al días, al ARA San Juan se le
debieron hacer soldaduras en el casco, el "replacado" de 960 baterías
que mueven sus motores, la alineación de los generadores y se le cambiaron 37
kilómetros de cables, entre otras reparaciones.
Molesto cuando vio que sólo "se lo usó" para
justificar un concurso de precios, se retiró de la reparación del San Juan.
Conocido en el mercado, contó a Clarín, por ejemplo, que su costo para
desmontar, montar las nuevas baterías y hacer la interconexión de las mismas
fue de unos 118.000 pesos y, sin embargo, se quedó con el negocio un
subcontratista desconocido por un precio de entre 400.000 y 450.000 pesos.
El empresario sugirió que la jueza federal de Caleta
Olivia Marta Yáñez debería poner sus ojos sobre la documentación en Tandanor y
abordar las gestiones de los ministros de Defensa de la gestión K, Nilda Garré,
Arturo Puricelli, Agustín Rossi y también de Mauricio Macri, Julio Martínez,
quien estuvo al frente durante más de un año y medio.