El desafío de la ciberdefensa
Por Mario Montoto
Infobae, 8 de febrero de 2018
Muchos analistas describen internet como "el
nuevo campo de batalla global". No se trata de un escenario futurista ni
de una película de ciencia ficción, sino de una realidad conocida por todos.
Parece que, por fin, nuestro país ha tomado nota de esta situación y se apresta
a ocuparse de ella en lo inmediato. Celebramos que, en distintas oportunidades,
el ministro de Defensa, Oscar Aguad, haya hablado de la ciberdefensa como un
área fundamental en la que su cartera está poniendo especial énfasis. "El
próximo Pearl Harbor al que nos enfrentemos podría muy bien ser un ataque
cibernético que paralice nuestros sistemas de energía, red eléctrica, seguridad
y nuestro sistema financiero", aventuró el experimentado Leon Panetta,
extitular de la CIA y del Pentágono en la administración Obama. Esa es la cruda
realidad de un mundo complejo, un escenario amenazante que exige la máxima
atención de las autoridades civiles y la total disponibilidad de los máximos
responsables del Ministerio de Defensa, así como el involucramiento de los
altos mandos de las Fuerzas Armadas y otros organismos del Estado.
En Taeda, desde el mismo momento del lanzamiento de
nuestra revista DEF, cuando este tema parecía no preocupar tanto, intentamos
explicar a nuestros lectores en qué consiste la ciberdefensa y qué caminos
debemos adoptar para prevenir y hacer frente a ataques o acciones de sabotaje
canalizadas a través de la red. Al tema dedicamos coberturas especiales,
advertimos acerca de la guerra silente que se libraba en el ciberespacio y
convocamos a los mayores expertos a participar de los seminarios
internacionales sobre seguridad hemisférica que organizamos en Washington
(2010), Bogotá (2013) y Buenos Aires (2014), así como jornadas académicas
dirigidas a estudiantes y profesionales especializados en la materia.
En un mundo hiperconectado, en el que podemos realizar
transacciones bancarias u operaciones de comercio electrónico casi instantáneas
sin movernos de nuestro hogar, todo movimiento u acción está ligado a la red.
En ese contexto, la protección de las infraestructuras críticas se encuentra
estrechamente relacionada con la defensa del ciberespacio. Para ello, es
fundamental contar con la decisión política, el equipamiento adecuado,
profesionales entrenados y una fuerza militar preparada para hacer frente a
amenazas del crimen organizado y del ciberterrorismo. Los tentáculos de estas
poderosas bandas se extienden a escala planetaria y ningún país puede darse el
lujo de menospreciar el peligro que encarnan. En estas circunstancias, bajar la
guardia puede ser letal.
No es casual que hace apenas unos meses, en noviembre
de 2017, en Estonia, hayan tenido lugar los ejercicios más avanzados en materia
de ciberdefensa realizados en el ámbito de la Organización para el Tratado del
Atlántico Norte (OTAN). Como parte de la revisión de su estrategia de defensa,
la alianza atlántica incorporó las ciberamenazas como posible causa de
activación del sistema de "defensa colectiva", en los términos del
artículo 5 de su tratado fundacional, el mismo que se aplicó luego de los
atentados del 11 de septiembre de 2001.
Estados Unidos, por su parte, cuenta con su propio
cibercomando bajo la órbita del Pentágono. Israel puso su National Cyber Bureau
en línea directa con la oficina del primer ministro. Otros grandes poderes
militares, como Rusia y China, también han desarrollado sus propias capacidades
en la materia. Nuestro principal socio del Mercosur, Brasil, cuenta desde 2010
con un Comando Conjunto de Defensa Cibernética y, desde 2015, con la Escuela Nacional
de Defensa Cibernética.
Con vistas a una protección de nuestra soberanía, el
Ministerio de Defensa analiza la creación de una fuerza especializada e
independiente dedicada a la ciberdefensa en el ámbito de las Fuerzas Armadas,
para lo cual se planea convocar a personal militar y a profesionales
capacitados en el manejo de las nuevas tecnologías. De esta forma, se estará
dando un paso en la dirección correcta, poniendo el foco de atención en una
amenaza que puede impactar en el mundo real y afectar el control de
infraestructuras críticas, como el abastecimiento energético y de agua potable,
el tráfico aéreo y terrestre, y la seguridad de información estratégica. Es
hora de volcar este marco teórico a una acción clara y contundente que asegure
el cuarto espacio nacional.
El abordaje de esta problemática exige el compromiso
de las autoridades nacionales para el establecimiento de los grandes lineamientos
políticos y la firme conducción de las Fuerzas Armadas, con el asesoramiento de
los mayores expertos en la materia. Una política adecuada para defendernos de
las operaciones de ciberterrorismo requiere, finalmente, un trabajo coordinado
entre el sector público, la academia y las corporaciones privadas. Solo uniendo
nuestros esfuerzos y maximizando los recursos disponibles podremos garantizar
un entorno seguro que nos proteja del accionar de grupos inescrupulosos que
buscan sembrar el caos.
El ciberespacio está sometido a múltiples amenazas.
Así como protegemos nuestro territorio, mar y cielo, debemos tomar conciencia
de que tener una política de ciberdefensa es también proteger nuestra
soberanía.
El
autor es presidente de Taeda.
Mario
Montoto: el hombre de las dos revoluciones
La Nación, 14
de mayo de 2006
En Montoneros fue secretario de Mario Firmenich y
luego, su apoderado legal. Hoy, Montoto, que considera un milagro seguir vivo,
es un próspero hombrede negocios, dueño de una empresa de productos y servicios
bélicos. Sus antiguos enemigos se han convertido
en sus clientes y empleados.
"Tengo un apellido que no ayuda", dice Mario
Montoto mirando sin ver el anochecer sobre Puerto Madero.
En un tercer piso, la sala de reuniones de su empresa
Codesur tiene mástil y bandera, y cinco relojes en la pared con las horas
desparejas de Beijing, Washington, Buenos Aires, Tel Aviv y Madrid.
Una mezcla de voluntad, suerte y tragedia convirtió en
personaje a este ex montonero -Pascualito era su nombre de guerra- que fue
secretario y apoderado legal de Mario Firmenich y padrino de su hija, y hoy es
un fuerte empresario dedicado, entre otras cosas, a la venta de equipos y
servicios bélicos.
Los que antes querían matarlo hoy son sus empleados y
clientes. Codesur (Corporación para la Defensa del Sur) realizó el
mantenimiento del submarino Salta y, en sociedad con la firma israelí IAI, se
ocupó del mantenimiento estructural del Tango 01, el avión presidencial. Hoy
repara los motores de los helicópteros Bell del Ejército y su plantel directivo
cuenta con un general de división, un brigadier y un vicealmirante, todos
retirados.
A Néstor Kirchner lo conoció y trató ocasionalmente en
un local político de la calle 45, en La Plata. "Me siento totalmente
identificado con las políticas que el Presidente planteó públicamente para la
Defensa nacional, especialmente para recuperar nuestra capacidad de producción
para la Defensa."
Montoto ha invertido en vitivinicultura, tuvo un jet
privado, fue empresario metalúrgico y del transporte, rubro en el que resultó
muy cuestionado debido a su paso por los ferrocarriles concesionados y a su
sociedad con Sergio Taselli. Por sus relaciones con empresas de defensa de
Israel, integra la Cámara de Comercio Argentino-Israelí. Tiene un BMW y una
mansión en Palermo Chico.
Esta parábola que describe su vida le ganó mala
prensa. Pero como no es de los que bajan los brazos, también se dedicó a la
prensa y tiene una revista, DEF -sí, dedicada a temas de Defensa-, editada por
Taeda, firma que ha inaugurado una colección de libros con una biografía del
general Manuel Nicolás Savio, el creador de Fabricaciones Militares e impulsor
de la siderurgia.
Al frente de la revista se halla el coronel (R)
Gustavo Gorriz, militar especializado en prensa desde los tiempos en que
trabajaba en esa área para el jefe del Ejército y actual embajador en Colombia,
teniente general (R) Martín Balza. Gorriz luego fue edecán de Carlos Menem,
jefe del Regimiento Patricios y operador del sucesor de Balza, el teniente
general Ricardo Brinzoni. La presentación en sociedad de DEF (1) tuvo lugar en
septiembre último en el Congreso con la asistencia de diplomáticos, jueces,
legisladores, militares y empresarios.
(...)