DEUDA
DEL BANCO CENTRAL E INTERVENCIÓN DEL FMI
Por
Héctor GIULIANO
(10.6.2018)
Ante
la ineptitud, la descoordinación y la corrupción de una gestión de gobierno que
no da pie con bola en materia de
Finanzas del Estado y está llevando su endeudamiento público a límites
inmanejables, los acreedores de la Deuda han pedido la intervención de las
Cuentas Nacionales por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El
Fondo cumple el rol fáctico de auditor externo para garantizar a los acreedores
el cobro de los servicios de intereses de la Deuda de los Países Deudores sin
liquidez ni solvencia para poder cumplir con sus obligaciones, como es el caso
de la Argentina.
Desde
su asunción en Diciembre de 2015 el presidente Macri está dedicado a Gobernar
con Deuda y ha convertido el Endeudamiento no sólo en la pieza central de su
administración sino, a la vez, en la base de su supervivencia financiera y
política.
La
administración macrista – en su tercer año al frente del Ejecutivo – sigue vendiendo a la opinión pública anuncios
y expectativas a falta de poder mostrar resultados de mejoras concretas en cuanto
a Inflación, Tipo de Cambio, Tasas de Interés, Precios/Tarifas racionales de
Servicios Públicos, Déficit Fiscal, Inversión, Producción y Consumo, Balanza de
Pagos, Salarios Reales, Jubilaciones/Pensiones y Asistencia Social, etcétera.
Esta
patética falta de resultados financieros y económicos, unida al detonante de la
Crisis de Deuda cuasi-fiscal del Banco Central (BCRA) y a la falta de capacidad
de gobierno para manejarla explica el pedido de asistencia urgente al FMI, con la
consecuente intervención directa del organismo en el control de las Cuentas
Públicas.
SALVATAJE
DEL BCRA
Comúnmente
los préstamos del FMI al Gobierno Nacional se conceden para cubrir desequilibrios
del Tesoro Nacional de corto plazo, esto es, déficits de los gobiernos de turno
frente a coyunturas desfavorables de Balanza de Pagos vinculadas al Déficit
Fiscal.
Pero,
en este caso, se da la peculiaridad de que el crédito stand-by que se solicita con
carácter de urgente no tiene la finalidad primaria de cubrir problemas de la
Tesorería sino el agujero negro
financiero de la Deuda a corto y cortísimo plazo del BCRA por Lebac y Pases
Pasivos, esto es, que el pedido urgente al Fondo es para salvar el Déficit
cuasi-fiscal del Estado.
Para
ello, el gobierno Macri necesita contar con una masa de divisas muy importante a
los efectos de mostrar a sus acreedores que dispone de la ayuda internacional
necesaria para poder responder a una eventual salida generalizada de los
capitales golondrina que operan en el país – como ya se ha producido en los
últimos dos meses – y/o garantizarles su permanencia sin sobresaltos.
Estos
fondos de inversión especulativos lucran hoy en la Argentina con los márgenes
de ganancia por arbitraje entre tipo de cambio y tasas de interés más altos del
mundo.
Un
préstamo Stand-by de 50.000 MD cubre esta necesidad de garantía sobre el enorme
stock de letras del BCRA (las Lebac) y respalda a la vez la posibilidad de su
conversión gradual a títulos de mayor plazo, sean propios o del Tesoro
Nacional.
Pero
sobre todo ayudaría al gobierno Macri a sostenerse en el poder hasta la
terminación de su mandato a fines del 2019, tanto por la Crisis de Deuda del
BCRA como por la paralela crisis subyacente de la Deuda del Gobierno Central,
que es uno de los objetivos reconocidos por altos funcionarios de la propia administración
macrista, como el Ministro de Finanzas Luis Caputo y el Jefe de Gabinete Marcos
Peña.
Al
31.5 el monto de las Reservas Internacionales (RI) Brutas del BCRA es de 50.100
MD[1]
pero estas reservas han sido compradas con Deuda, una deuda que aumenta el
Pasivo del Banco cada vez más, que dispara un incremento astronómico de los
Intereses a Pagar y que compromete con ello su existencia como Banco: son 1.21
B$ (≡ 48.700 MD) de Lebac y 96.900 M$ (≡ 3.900 MD) de Pases Pasivos netos[2];
en total 1.3 B$ (≡ 52.600 MD).
Paradójica
o sintomáticamente, la macro-devaluación producida en las últimas semanas ha
servido para licuar gran parte de estos pasivos del BCRA en pesos cuando se los
mide en dólares: al 30.4 el stock de Lebac y Pases era casi como ahora, de 1.38
B$ - que al tipo de cambio entonces vigente (20.6917 $/US$) equivalía a 66.600
MD: 1.33 B$ de Lebac (≡ 64.100 MD) más 52.200 M$ (≡ 2.500 MD) de Pases Netos.
Esto
implica una relevante licuación de la extraordinaria masa de deuda por Lebac y
Pases del Banco – una masa de obligaciones que están en pesos – traducida a
dólares, como derivado de la fuerte devaluación que se ha registrado en los
últimos dos meses, que equivale así a unos 14.000 MD (66.600 – 52.600).
El
cálculo de reservas propias del BCRA, sin embargo, es muchísimo menor al saldo
de las reservas brutas del Banco, dando incluso un balance real muy negativo.[3]
Y
esto es sumamente grave porque los tenedores privados de Lebac y Pases Pasivos
– dado su cortísimo plazo - pueden trasladarse muy rápidamente a dólares.
El
monto del préstamo stand-by, que originariamente se cifraba en unos 30.000 MD,
se ha extendido a 50.000 MD, lo que constituye un crédito récord histórico para
la Argentina y para el propio FMI, cosa que denota la gravedad de la situación
argentina.
Y
a esto se agrega un conjunto de otros préstamos de Organismos Multilaterales de
Crédito (OMC) por 5.650 MD más, acordados con el Banco Mundial (BM ó BIRF), el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento
(CAF).
Estos
créditos, a su vez, se suman a los 2.000 MD girados días pasados por el Banco
de Pagos Internacionales (BIS) de Basilea, una entidad que está integrada por
los principales bancos centrales del mundo, y a dos operaciones de préstamos
Repo – por otros 2.000 MD – contraídas con los Bancos HSBC y Credit Suisse.
El
propósito conjunto del paquete de préstamos del FMI y los OMC es producir un blindaje de las reservas internacionales
del BCRA que permita contener una salida masiva de dólares como la que se ha
venido produciendo por la corrida cambiaria de los últimos dos meses; que le ha
costado al Banco la pérdida de unos 12.000 MD (algo más que el 20 % de sus reservas
totales).
CRISIS
DE LA DEUDA CUASI-FISCAL
El
BCRA fue metido durante la gestión Macri-Sturzenegger en un callejón sin salida debido a la enorme bola
de nieve de la deuda en Lebac[4].
Este
sobre-endeudamiento mayúsculo e irresponsable, producido fuera de toda
capacidad de repago del Banco y realizado a los fines de sostener la Política
Cambiaria de Dólar Barato con altas Tasas de Interés, ha llevado a la mayor sangría financiera de la Historia
Argentina: el BCRA tendría que afrontar hoy el pago de más de 450.000 M$ de
intereses anuales (una cifra superior a los intereses que paga el Tesoro Nacional), lo que implica
erogaciones de unos 35.000 M$ por mes.
La
extrema gravedad de la situación del BCRA – que es la que en realidad ha movido
el pedido de urgencia para salvar al Banco de lo que el propio FMI califica
como quiebra técnica – ha obligado
tradicionalmente a pensar en la alternativa de conversión de las Lebac en
títulos de más largo plazo dado que hoy poco más de la mitad del stock de 1.2
B$ de esas Lebac está colocado a 30 días (sin contar los vencimientos de Leliq
– que son letras a 7 días – y de los Pases Pasivos, a 1 y 7 días).
Una
suerte de nuevo Plan Bonex 1989 pero
con la particularidad que sería voluntario y no compulsivo como aquél.
Esta
posibilidad de alargamiento de los plazos hoy está inhibida por la presión
extorsiva de los tenedores especulativos de Lebac y Pases, que exigen al BCRA
más tasa para no irse al Dólar: la constante amenaza de pasar por el Escritorio para renovar los vencimientos
o pasar por Caja para cobrarlos en
efectivo.
El
Banco elevó sus tasas de interés antes del último vencimiento mensual de Lebac (la
subasta del día 15.5 pasado) llevándolas del 27.25 al 40 % anual pero con ello
no frenó totalmente la salida de dólares – que siguen mermando las reservas
internacionales – y fue forzando sucesivas intervenciones del propio BCRA y/o
de Bancos Oficiales (con el BNA-Banco Nación Argentina a la cabeza) para poder seguir sosteniendo el tipo de
cambio a menos de 26 $/US$.
Este
drenaje imparable de costos en divisas por salida de dólares y costos
financieros en pesos por pago de altísimas tasas de interés llevó al BCRA a un
punto crítico y ello explica el por qué del llamado desesperado del presidente
Macri al FMI y al gobiernos de los Estados Unidos para que le habiliten de
urgencia un salvataje del Banco y, a la vez, el sostenimiento artificial de su
gobierno frente a la nueva crisis financiero-cambiaria en que la propia
administración Macri – por sus errores y por su complicidad en el negociado de
las Lebac, no por herencia recibida –
se encuentra metido y sin capacidad de resolverla.
Es
por eso que este mega-préstamo pedido al FMI no es para equilibrar las Cuentas
Públicas – más allá de las economías presupuestarias recesivas de rigor que el
Fondo exige en estos casos – sino para salvar de la quiebra técnica al BCRA.
LA
PROPUESTA DEL FMI
Dada
la incapacidad y la connivencia del
funcionariado macrista – y del propio presidente como Jefe de Gobierno – para
manejar el problema de la crisis de endeudamiento cuasi-fiscal que esta
administración ha generado, los acreedores financieros del Estado decidieron
poner manos a la obra e impusieron la
intervención directa del FMI sobre las Cuentas del Estado Argentino (siempre
bajo la hipócrita expresión de que se trata de un supuesto “plan argentino” que
el Fondo analiza y aprueba).
Un
plan que cumpla la doble función de dar salida a la crisis por
sobre-endeudamiento del BCRA y que permita al gobierno Macri llegar al fin de
su mandato en 2019.
El
encargado de haber dado a conocer estas pautas del FMI parece haber sido el
Ministro de Finanzas, Luis Caputo:
a)
El Tesoro Nacional – con la ayuda del FMI -
se iría haciendo cargo paulatinamente de cancelarle al BCRA las Letras
Intransferibles que el Banco tiene en su poder como producto de la Política
Kirchnerista de Pago sistemático de Deuda Externa con Terceros (Acreedores
Privados y OMC) utilizando Reservas del BCRA (letras que hoy totalizan 67.100
MD).
b)
Estos pagos el Tesoro los efectuará en Pesos,
no en dólares, que el BCRA utilizará para recomprar parte de sus pasivos en
Lebac.
c)
El procedimiento significaría un canje
indirecto de Lebac por Bonos del Tesoro, ya que el gobierno cancela las Letras
Intransferibles con pesos, el Banco usa ese dinero para cancelar Lebac con los
tenedores y la Tesorería repone –
antes o después – los fondos usados apara pagarle al BCRA con la emisión de
nuevos Títulos Públicos, es decir, colocando más Deuda.
d)
Paralelamente, el BCRA dejará de financiar
con emisión monetaria a la Tesorería a través de sus Adelantos Transitorios al
Gobierno Nacional, que hoy suman 530.400 M$ (≡ 21.300 MD).
e)
El BCRA iría así reduciendo gran parte de su
Activo y, como contrapartida, también bajaría su Pasivo – por Lebac, Leliq y
Pases – se supone en la misma proporción.
f)
El Tesoro, carente de fondos propios como
para rescatar las Letras Intransferibles en poder del BCRA, se fondearía para
ello no sólo en la asistencia del FMI sino, sobre todo, con la colocación de
nuevos Bonos Públicos, esto es, aumentando adicionalmente su Deuda Fiscal.
De
esta manera – aunque gradualmente - se producirían tres cosas a la vez:
- El traspaso de
la deuda cuasi-fiscal del BCRA en Lebac a nuevos títulos fiscales del
Tesoro, a mayor plazo (alargamiento de los vencimientos).
- La descarga o
“sinceramiento” financiero-contable del BCRA por eliminación gradual de
las Letras Intransferibles en el Activo y del mega-stock de Lebac en el
Pasivo.
- El aumento
adicional de la Deuda Pública del Estado Central no sólo por la colocación de nuevos
Bonos para canje de las Lebac sino además por la nueva Deuda Externa
contraída con el FMI.
El
Presupuesto 2018 prevé un aumento de la Deuda Pública de 46.500 MD, a los que
se sumarían ahora el monto extra-ordinario de Nueva Deuda por el préstamo
Stand-by de 50.000 MD y otro monto, a determinar, derivado del traspaso de los
pasivos de Lebac del BCRA, esto es, por el pasaje de la deuda cuasi-fiscal del
Banco a deuda fiscal del Tesoro (ya que las Lebac no están registradas como tales).
Sin
contar con las nuevas ayudas de los
OMC, del BIS de Basilea y de los Bancos Privados.
Empero,
como el crédito del Fondo es – por definición – un préstamo contingente, es
decir, que se lo computa como Deuda a medida que se lo utiliza; y como el
reemplazo indirecto de las Lebac por Bonos del Tesoro a mayor plazo es gradual,
los resultados no estarían rápidamente a la vista.
Dicho
con otras palabras: que la ayuda del
FMI es para que el Estado Central se endeude dos veces: una, por los 50.000 MD
del préstamo Stand-by con el Fondo; y otra, por los Bonos adicionales que emita
para fondear el rescate indirecto de la Lebac.
Si
el primer desembolso del FMI – previsto para el 20.6, por 15.000 MD (un 30 %
del total acordado) – se destinase a recomponer, reforzar para la venta y/o
garantizar las reservas del BCRA, puede suponerse que el resto del préstamo se
utilice como crédito puente para
cubrir el bache entre rescate de las Letras Intransferibles y colocación de
nueva Deuda del Tesoro.
Pero
esto último es hipotético dado que está sujeto al conocimiento de los términos
del acuerdo con el Fondo, que hasta ahora se desconocen.[5]
CONCLUSIONES
PRELIMINARES
Hablamos
de conclusiones preliminares porque
hasta el momento sólo se conoce el anuncio oficial de la conferencia de prensa
Dujovne-Sturzenegger, puesto que el Acuerdo con el FMI todavía no está firmado
y – gestiones secretas mediante (no negociaciones)
– falta todavía esperar la letra chica
del convenio que se suscriba.
Lo
que estamos viendo sería algo tan claro como infantil: la idea de vender la
imagen de que ahora el FMI es bueno,
que nos ayuda y que el gobierno Macri
presenta su plan argentino que el
Fondo analiza y luego le aprueba. Y lo aprueba justamente porque da la
casualidad que está perfectamente en línea con sus recomendaciones del Informe
Cardarelli de Diciembre 2017.
Es
la forma de salida en que el
presidente Macri ha caído – en la mitad de su gestión – por culpa de su
Política irracional de Gobernar con Deuda (sobre-endeudamiento del Tesoro y
paralelo sobre-endeudamiento del BCRA), por su irresponsabilidad en el manejo
de las Finanzas Públicas y por la ineptitud suya y de su funcionariado superior
(bajo conflicto de intereses) en el manejo de las decisiones de gobierno.
Y
así es como sigue aumentando la Deuda Pública de la Argentina.
[1] Las abreviaturas MD/M$
significan Millones de Dólares/Pesos respectivamente (B$-Billones de Pesos) y
se expresan siempre con redondeo, razón por la que pueden darse mínimas
diferencias entre totales y sumatoria de términos.
El
signo (≡) - equivalente a -
corresponde a la conversión entre pesos y dólares, al tipo de cambio mayorista
de 24.9475 $/US$ tomado como paridad de referencia por el BCRA (al 31.5.2018).
[2] En realidad, el saldo de Pases
– operaciones del BCRA a 1 y 7 días de plazo – que se toma para este cálculo de
reservas propias debiera hacerse por el total de Pases Pasivos (préstamos de
los Bancos al BCRA) – que suman 306.200 M$ (≡ 12.300 MD) - y no del saldo neto
de 96.900 M$ (≡ 3.900 MD) que resulta de restarle los 209.300 M$ (≡ 8.400 MD) de Pases Activos.
Y
esto es así porque el BCRA respalda sus operaciones de Pases Activos (préstamos
de cortísimo plazo a los Bancos) con Lebac, que son pasivos del propio Banco
(!).
Por
ende, el stock de los Pases Pasivos constituye en la práctica otra ventanilla paralela de endeudamiento en
firme del BCRA pero que figura artificialmente compensada por operaciones en el
Activo que tienen como respaldo Pasivos del propio Banco.
[3] Reservas Brutas al 31.5 de
50.100 MD menos 11.300 MD de Depósitos en Moneda Extranjera (Encajes Bancarios
en Dólares y otras monedas) menos 8.900
MD de Otros Pasivos (Swap con China) – un subtotal 20.200 MD – da un saldo
primario de Reservas Propias de unos 30.000 MD (29.900) pero restándole los
52.600 MD de deuda conjunta por Lebac (48.700 MD) y Pases Pasivos netos (3.900
MD) pasa a ser negativo en 22.700 MD.
[4] El stock de Lebac al fin del
gobierno Kirchner era de 346.300 M$ y hoy pasa 1.5 B$.
[5] Una alternativa simplista o simplificada
– entre tantas otras - sería interpretar que el Acuerdo con el FMI podría
actuar en la práctica como un megacanje
encubierto o indirecto – como un préstamo
puente en su conjunto – destinado a cubrir las concentraciones de
vencimientos de los servicios de la Deuda del BCRA y del Tesoro con nueva Deuda transitoria (con anatocismo o
capitalización de intereses incluida) o bien adelantando fondos para que con
los mismos se recompren las Letras Intransferibles en poder del BCRA (en
dólares y/o en pesos) anticipando de esta manera las operaciones hasta que se
coloquen nuevos bonos del gobierno para absorber el traspaso.
Pero,
en cualquiera de los casos, el resultado es siempre un aumento del stock de la
Deuda Pública.