Gran parte del dinero mal
habido está a nombre de Lázaro Báez, el fiel testaferro de Néstor Kirchner.
Una auditoría ordenada por
el juez Casanello estimó que los bienes a su nombre (empresas, estancias,
edificios) tienen un valor de unos 200 millones de dólares (unos 8.000 millones
de pesos).
En la Justicia se sospecha
que Clarens ayudó a Daniel Muñoz, el exsecretario privado de los Kirchner, a
sacar plata del país para comprar propiedades en Miami por más de 60 millones
de dólares (unos 2.400 millones de pesos).
(Fuente: Joaquín Morales
Solá, “Los dólares del convento eran de Cristina”
La Nación, 16-9-18)