Por Héctor GIULIANO
(17.3.2019)
Según la Real Academia Española (RAE) la
palabra engendro hace referencia a la
criatura informe que nace sin la proporción debida y también identifica el
plan, designio u obra intelectual mal concebidos.
Para entender lo que pasa hoy en la Argentina
hay que comprender la naturaleza y alcance del engendro macrista de un
neo-endeudamiento bicéfalo en gran escala – Tesoro y Banco Central (BCRA) en
forma paralela – y lo que ello significa para el Estado Argentino.
La Política del presidente Macri de Gobernar
con Deuda llevó en dos años al abierto fracaso económico-financiero de su
gestión y a una situación de default por impago del que su administración hoy sobrevive
sólo merced al sostenimiento inestable de los capitales financieros – locales e
internacionales – y al préstamo Stand-By récord
del Fondo Monetario (FMI) por 56.300 MD[1],
que es lo único que le permitiría llegar a completar su mandato.
LA NUEVA CRISIS DE DEUDA
El problema de fondo de la Argentina no es
Económico sino Financiero y este problema deriva del Sistema de Deuda Perpetua
en que está metido nuestro país.
El Estado recauda mayoritariamente en Pesos
pero la casi totalidad de su endeudamiento está en moneda extranjera y/o en
moneda local ajustada directa o indirectamente por tipo de cambio.
Los vencimientos de Capital o Principal de estas
obligaciones no se pagan: hasta el último centavo se refinancia por novaciones
de deuda y pese a esta situación se sigue tomando deuda adicional; pero todo
ello a costa de pagar cada vez más intereses.
Estos Intereses crecen más que
proporcionalmente al crecimiento del Capital, con el agravante de que los
compromisos de pago se asumen cada vez a menor plazo, lo que acorta el perfil
de vencimientos de la Deuda en su conjunto.
Al 30.9.2018 – que es la última información
oficial disponible – el stock de la Deuda del Estado Central era de 321.000 MD
(sin contar Deuda Flotante) y esta deuda ha venido aumentando durante la
administración Macri al ritmo de unos 40.000 MD por año.
La cuenta de Intereses a Pagar en el 2019 es
de 750.000 M$ (≡ 19.000 MD) pero este importe está siendo rápidamente
sobrepasado debido al aumento no sólo del monto de las nuevas deudas sino
también al incremento de las tasas de interés y al citado acortamiento de los
plazos, que obliga renovaciones más frecuentes.
Como un agujero
negro que lo traga todo la Deuda Pública fue creciendo en todos los niveles
y en todos los ámbitos del Estado – Nación, Provincias, Municipios, Empresas
del Estado, Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios, Banco Central y Juicios
contra el Estado con sentencia en firme – y esto se hizo y se sigue haciendo
sin demostración alguna de capacidad de repago, es decir, por medio de
operaciones de gobierno financieramente irresponsables combinadas con la
extraña complicidad de acreedores que prestan a la Argentina sabiendo que el
país no puede pagar tales obligaciones.
Bajo la gestión Macri, este endeudamiento del
Estado tomó un ritmo de aumento tan vertiginoso como impagable no sólo del
Tesoro sino también del BCRA: el Banco debe en la actualidad (al 28.2.2019) –
en pesos y en moneda extranjera – el equivalente a (≡) unos 75.200 MD: 13.700
MD de Encajes por Depósitos en Moneda Extranjera, 18.100 MD por Otros Pasivos
(básicamente el swap con China), 21.300 MD por Leliq (856.000 M$) y 21.500 MD
por Pases Pasivos (837.000 M$).
Al momento de escribir esta nota el saldo de
las Leliq - que son Letras de Liquidez del BCRA a 7 días de plazo y vienen
teniendo un fuerte y rápido crecimiento - se acerca ya al billón de Pesos (un
millón de millones, equivalente a 25.000 MD). Y el de los Pases Pasivos – que
son obligaciones a sólo un día de plazo – llega a unos 860.000 M$.
Paradójicamente el gobierno Macri desarmó la
llamada Bomba de las Lebac – que
tenían plazo 30 días y pagaban tasas de interés del 50 % anual canjeándolas por
Leliq, que tienen menor plazo y pagan mayores tasas (hoy más del 60 %).
El costo financiero de estas operaciones
viene aumentando así casi exponencialmente, sobre todo en la medida que tanto
el Gobierno Nacional como el BCRA capitalizan por anatocismo gran parte de los
intereses que se devengan.
Tomando las dos principales masas de
endeudamiento del Estado – Gobierno Central y BCRA – tenemos que los Intereses
a Pagar proyectados en el año totalizan más de 1,6 B$ (1.625.000 M$ ≡ 40.000
MD): 750.000 M$ (≡ 19.000 MD) de la Administración Central y 875.000 M$ (≡
22.000 MD) del BCRA.
En promedio, son 4.400 M$ (≡ 110 MD) por día:
133.000 M$ (≡ 3.300 MD) por Mes.
Con el agravante que en el caso del BCRA los
importes de Leliq y Pases fueron calculados aquí con tasas de interés del orden
del 50 % y ahora están por encima del 60 % anual (prácticamente el 64 %).
Tal el cuadro de situación y el nivel de
gravedad o emergencia producido por la nueva Crisis de Deuda Pública del
Estado, tanto la de Tesorería como peor aún la del BCRA, dada su inmediatez.
LA TRAMPA DEL ARBITRAJE FINANCIERO
El BCRA se encuentra sometido a un esquema
extorsivo clásico por parte de los acreedores financieros del Banco que son tenedores
de las obligaciones de corto y cortísimo plazo por Leliq y por Pases Pasivos.
El BCRA renueva diariamente un promedio
aproximado de 200.000 M$, para lo cual abona tasas de interés cada vez más
elevadas.
El Banco sube las Tasas con el argumento de
lucha contra la Inflación pero el verdadero motivo es la contención de la
cotización del Dólar ya que el gobierno tiende a la búsqueda de un retraso
cambiario por sus necesidades de pago de los servicios de intereses de su deuda
dolarizada.
La Política de atraso del tipo de cambio
llevada a cabo por la administración Macri durante el bienio 2016-2017, sin
embargo, no resistió las presiones devaluatorias (motorizadas fundamentalmente
por la salida de capitales financieros de corto plazo) y esto llevó a la crisis
de Deuda que se dio a partir de Abril del año pasado.
Fuertes operadores especulativos – como es
regla en estos casos – se retiraron en
forma sorpresiva de sus colocaciones en Lebac y se pasaron abruptamente al
dólar, con el consiguiente efecto de suba en la cotización de la divisa.
Esto llevó a una rápida devaluación del Peso,
traducido en un aumento del Dólar del 100 % durante el 2018.
Y desde entonces los capitales financieros –
Bancos y Fondos de Inversión – han venido acentuando su típica maniobra
extorsiva contra la Argentina: me das más
Tasa o me voy al Dólar.
Una trampa por arbitraje entre tipos de
cambio y tasas de interés que no tiene solución dentro del sistema de
endeudamiento institucional del BCRA y que ha llevado actualmente a un nuevo
agravante: el uso de los recursos prestados por el FMI no ya para atender las Necesidades de
Financiamiento del Déficit Fiscal del Tesoro sino para financiar la Fuga de
Capitales a través del Banco Central.
Las altas autoridades del FMI en general y su
Directora-Gerente Christine Lagarde en particular están asumiendo un alto
riesgo personal al respaldar estas decisiones financieras irresponsables del
gobierno argentino usando los fondos extraordinarios del Organismo
Internacional en una apuesta que tiene destino final incierto.
EL VIAJE DE DUJOVNE A ESTADOS UNIDOS
En el marco de este nuevo capítulo de presión
extorsiva, la semana pasada un grupo de fuertes operadores especulativos
provocó una nueva mini-corrida del dólar que motivó otra vuelta de tuerca al aumento de la tasa de interés de referencia - que
es la que paga el BCRA por Leliq y Pases Pasivos - llevándola nuevamente a más
del 60 % anual, lo que agrava aún más el problema de las pérdidas adicionales
del Banco por concepto de Intereses Pagados durante el Ejercicio.
Este incremento de tasas, que potencia las
ganancias especulativas de los capitales financieros en la Argentina, agrava en
forma paralela los efectos recesivos sobre la actividad económica.
En estas circunstancias, el Ministro de
Hacienda Dujovne viajó a Estados Unidos para pedir ayuda adicional de
emergencia al FMI y a la Tesorería Norteamericana dado que está en juego el
desembolso del nuevo tramo del préstamo Stand-By del Fondo por 10.800 MD antes
de fin de este mes de Marzo.
Pero pese a la ayuda excepcional del tándem FMI-EEUU,
el panorama que se le presenta al presidente Macri en lo que va del año
electoral es sumamente grave:
a) el fracaso de la política
anti-inflacionaria del gobierno está desbordando las previsiones
presupuestarias (fijadas en un 23 % de aumento para este año).
b) su incapacidad de control del tipo de
cambio es manifiesta y sólo puede sostenerse a costa de mantener un esquema de
altas tasas de interés en beneficio de los Acreedores financieros del Estado y
en detrimento de la Economía Productiva.
c) el endeudamiento del Estado es cada vez
más gravoso por aumento del stock de los pasivos, de los intereses a pagar y
del peor perfil de vencimientos de las obligaciones: un cuadro cada vez más
inmanejable de refinanciación de vencimientos de la Deuda Pública Fiscal (del
Tesoro) y Cuasi-Fiscal (del BCRA)
Las principales directivas visibles derivadas
de esta reunión de emergencia del ministro Dujovne en Washington no se han
hecho esperar, ya que fueron transmitidas desde allá e implementadas en el
mismo día:
1. Mantenimiento del esquema de altísimas
Tasas de Interés que paga el Estado (BCRA y Tesoro) – que determina el piso de
todas las Tasas del Mercado – para tratar de frenar el aumento del dólar, con
el argumento de la lucha contra la Inflación.
2. Continuidad de la Política Monetaria
contractiva, con prórroga hasta fin de año del congelamiento de la Base
Monetaria (BM) o régimen de crecimiento 0 de la BM, para contraer la Oferta de
Dinero con el mantenimiento de elevadas Tasas de Interés.
Hasta ahora, en función del Acuerdo con el
Fondo, este congelamiento estaba previsto hasta Junio y ahora ha pasado a
Diciembre.
3. Mantenimiento del Tipo de Cambio Flotante
o Variable con menores limitaciones de intervención del BCRA.
El FMI impone la determinación de la
cotización del Dólar y otras monedas extranjeras a través del libre juego de
Oferta y Demanda de Divisas – léase Privatización del Mercado Cambiario – pero
en la práctica este mecanismo depende totalmente de las maniobras de los
grandes fondos especulativos de inversión financiera (Hedge Funds o Fondos de
Cobertura), que se mueven gracias a la perfecta volatilidad financiera del
gobierno Macri (incondicionalidad o libertad irrestricta de entrada y salida de
capitales), de modo que las limitaciones de intervención del BCRA tienen por
finalidad dejar librado al Mercado el valor del dólar en la Argentina y,
consecuentemente, el valor de la Deuda del Estado y sus servicios de pago de
Intereses.
Con esto se espera lograr el permiso formal
del FMI para el uso de la mayoría de los recursos que se aguardan del próximo
desembolso no para cubrir necesidades financieras del Tesoro sino para sostener
el tipo de cambio (9.600 de los 10.800 MD a percibir).
Decimos permiso formal porque en los hechos
esta utilización ya se ha venido realizando en gran escala desde el primer
desembolso del FMI en Junio pasado, siendo que el BCRA vendió en el mercado más
divisas que los 15.000 MD girados por el Fondo.
Ergo, el gobierno Macri se endeuda con el FMI
no para cubrir el Déficit Fiscal sino para financiar la venta de dólares que
alimenta la Fuga de Capitales.
Son aspectos relevantes dentro de la nueva
Crisis de Deuda que castiga a nuestro país por culpa de la Política macrista de
Gobernar con Deuda y de su confianza en las supuestas bondades de volver a
insertar a la Argentina en el Mundo.
Una tarea que es sostenida en conjunto por la
tríada Gobierno-Partidocracia-Medios, que está comprometida no sólo en soslayar
ante la opinión pública la gravedad de la situación económico-financiera del
país sino que además está abocada a preparar el allanamiento del nuevo gobierno
electo este año a la continuidad de las ataduras del endeudamiento pactado por
la administración Macri con los acreedores financieros del Estado y bajo la
supervisión del FMI.
[1] Las abreviaturas MD/M$ y
B$ significan respectivamente Millones de Dólares/Pesos y Billones de Pesos respectivamente
y se expresan siempre con redondeo, razón por la cual pueden darse mínimas
diferencias entre totales y sumatoria de términos.