Padre Federico *
Infocatólica, 23.04.19
Desvelado sin
razón conocida, luego de poco de dos horas más de sueño, se me vino a la
(sub[?]-)conciencia semi-dormida el esquema y argumento de un texto “eclesiásticamente
incorrecto”. En todo caso, estas líneas nocturnas (nocturnas como los hechos
relatados) no son culpa nuestra, sino del insomnio, causado quizás por la
ansiedad del periplo misional que comenzamos mañana con varias escalas previas
y esperado destino final en lo que, Deo volente, será el centro de nuestro
nuevo (y ansiado) circuito misional ad gentes: el Norte de Laos. El asunto del
desvelo, además de la ultra-periférica paganía laosiana (que nos convoca desde
su extremada indigencia espiritual), es la anunciada beatificación de un ex
obispo riojano (y algunos de sus infelices acólitos) y su inclusión en el
sacrosanto Martirologio, la cual no tendrá lugar sino en la mismísima Octava de
Pascua, el sábado que viene, 27 de abril del corriente.
Dicho
abreviadamente, Mons. Enrique Angelelli fue un indisimulado cómplice, promotor
y cooperador de la guerrilla comunista, la cual desangró a la Argentina,
matando incluso niños. Cerca de mi casa, v.gr., una persona que vendía flores,
voló en pedazos por la acción bienhechora de las bombas marxistas. El objetivo
de esta guerrilla, que fue comunista y terrorista (haciendo conductas tan
beatas y cristianas como tirar bombas en medio de la ciudad matando gente
inocente), fue implantar en la Argentina un gobierno marxista, como en Cuba, la
URSS, China, Vietnam y Laos.
Ahora bien, la
carnicería zurdo-asesina que asoló nuestros pagos tuvo sus capellanes, esto es,
algunos sacerdotes, y algún que otro episcopo, los apoyaron en mayor o menor
grado, debido a una ignorancia (o malicia) más o menos aguda. Fueron los
capellanes del terrorismo rojo. La confusión en Hispanoamérica fue tan grande
que no faltaron curas que tomaron las armas, como el asesino Camilo Torres, que
las izquierdas, siempre tan pías en su culto a los santos, pujan para que sea
canonizado.
De muy buena
fuente nos llegó la información que hay fotos que muestran a Monseñor Angelelli
acampando con desquiciados líderes sanguinarios del terrorismo vernáculo como
Santucho -el líder de la guerrilla en el monte tucumano (invictamente liquidada
por heroicos soldados de nuestras Fuerzas Armadas)-, muerto en un tiroteo, y
Gorriaran Merlo, fautor principal del demencial ataque al cuartel de La
Tablada, asalto éste capellaneado por fray Pugjanié.
Consta que
Angelelli fue a visitar al padre Melchiori (capellán militar de entonces) para
pedirle “fierros para los muchachos”, esto es, para la guerrilla marxista.
María Lilia Genta, hija del héroe Jordán Bruno Genta (ultimado por la guerrilla
roja), da testimonio de este crimen [1]:
Lo que voy a
contar ocurrió poco tiempo después de haber sido designado Angelelli Obispo de
La Rioja (julio de 1968) (…). El Padre Eliseo Melchiori, de origen chacarero,
doctor por Roma, Capellán de Aeronáutica (llegó a ser Vicario General de esa
Arma) estaba destinado en la Base Aérea de El Chamical, en la Provincia de La
Rioja. Así las cosas, Angelelli lo llamó a Melchiori citándolo en el Obispado
para hablar. Los capellanes militares dependen del Obispado Castrense pero es
costumbre y norma no escrita que tengan cierto vínculo y aún una relación
cordial con el Ordinario de cada lugar. De modo que el buen Cura Melchiori
acudió prestamente al llamado del Pastor. La sorpresa fue mayúscula cuando, al
quedarse a solas con el Obispo, éste le espetó:
– Che,
Melchiori, vos que estás con los milicos, ¿por qué no sacás algunos fierros y
me los traés para que yo pueda armar a los muchachos?
Las fotos de
Angelelli celebrando la Misa con una bandera de la banda llamada “Montoneros”
(una piara de terroristas) dio la vuelta al mundo. Estamos hablando de cosas
públicas y notorias, no de rumores de pasillo.
Pero, entonces,
¿qué está pasando? ¿Por qué un Papa quiere beatificar a alguien como Angelelli?
No lo sabemos. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar intenciones de un prójimo?
Nadie y por eso no juzgamos sus soberanas intenciones. Pero, uno de los
asesores oficiales de la Santa Sede (no es una metáfora), el agitador
izquierdista Juan Gravois, nos da una pista que nos permite encontrar una
explicación. El Santo Padre lo ha nombrado asesor del Consejo Pontificio de
Justicia y Paz del Vaticano, encargado de la organización de los “Encuentros de
los Movimientos Populares” [2].
Gravois declaró
a la prensa, que “los discursos” del Papa Francisco “son muy disruptivos y que
en términos ideológicos-programáticos están a la izquierda del Partido Obrero”
[3]. El mismo Gravois reconoció que Bergoglio está más a la izquierda que él,
diciendo lo siguiente: “el Papa está a la izquierda mía (…) Está planteando que
hay que hacer un cambio revolucionario y yo estoy planteando reformas. Soy
mucho más moderado que él” [4].
El Papa declaró
que a los comunistas “podríamos decirles: pero ustedes son cristianos” y luego
se rió [5], como si el tema fuera gracioso, lo cual no lo es ya que el
comunismo mató 200.000.000 de personas. Estas desconcertantes declaraciones a
la prensa contrastan de lleno con la inabolible definición magisterial que, en
documento del S.S. Pío XI, reza que “el comunismo es intrínsecamente perverso”
(S.S. Pío XI, Divini Redemptoris, 60 [6]).
En derecho, hay
un axioma procesal que dice: “a confesión de parte, relevo de prueba”. Creemos
que las confesiones de Gravois y la reseñada declaración papal explican el
porqué de la beatificación que, salvo que Dios la impida por medio de algún
milagro, se realizará el sábado que viene.
Algunos de buena
doctrina que no simpatizan con la beatificación en curso, dicen dos cosas: que
las beatificaciones no son infalibles y que (con ésto no coincidimos) acá
habría que aplicar la décimotercer regla ignaciana para sentir con la Iglesia
que dice que “debemos siempre tener para en todo acertar, que lo blanco que yo
veo, creer que es negro, si la Iglesia jerárquica así lo determina (…)[365]”.
Creemos que acá
no se aplica esta regla (pensada por San Ignacio en el contexto de plena guerra
doctrínal contra la herejía luterana que negaba, in totum, la validez del
Magisterio Papal) ya que acá no se trata de “lo blanco que yo veo”, sino de “lo
que es negro y yo veo como negro” y no cualquier negro sino negro azabache y
del peor azabache.
Sí, en cambio,
se aplica la 2ª regla ignaciana para el discernimiento de la 2ª semana que
previene contra el demonio que nos tienta sub angelo lucis (bajo ángel de luz,
esto es, bajo capa de bien) por medio de “razones aparentes, sotilezas y
asiduas falacias [329]”.
Una última cosa.
Hay un héroe
argentino, un soldado cabal, el Comodoro Estrella, católico practicante, que
hace tiempo está preso acusado calumniosamente de haber asesinado a Angelelli.
Es una mentira flagrante.
La inclusión en
el Martirologio de Angelelli aumentará sin medida los tormentos horrendos que
el Comodoro Estrella, prisionero de guerra, sufre en la cárcel [7].
Que todos tengan
unas muy felices Pascuas de Resurrección, que los llene de luz y parresía.
Padre Federico
Highton, S.E.
*Padre Federico,
sacerdote. Abogado por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Licenciado y
Doctorando en Filosofía (Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, Roma). Se
desempeñó dictando materias en tres Seminarios Mayores. Escribió varios libros.
Desde enero de
2014, es Misionero en Extremo Oriente. Actualmente, misiona en la Meseta
Tibetana.
[2] https://infovaticana.com/blogs/firma-invitada/quien-juan-grabois-asesor-del-papa/.
Se dice que Gravois fue un mal empresario: “Grabois tuvo un paso por la vida empresaria
que pocas veces comenta en las muy frecuentes apariciones en los medios. Y esa
faceta como patrón, estuvo caracterizada por un problema recurrente a la hora
de pagar impuestos y un quebranto como directivo de una empresa de capitales
extranjeros” (https://politicaydesarrollo-archivo.blogspot.com/2019/03/de-empresario-piquetero-la-historia.html).
[6]La fórmula
latina dice así: “Communismus cum intrinsecus sit pravus”.
[7]Sobre el
“asesinato” de Angelelli recomiendo la lectura de los excelentes informes de
los abogados Mario Meneghini ( http://mario-meneghini.blogspot.com.ar/2014/07/angelelli-el-crimen-que-fue-accidente.html)
y Silvia Marcotullio (https://www.informadorpublico.com/wp-content/uploads/2018/06/BREVE-RESEÑA-HISTÓRICO-JURÍDICA-DEL-CASO-A)