defiende a Salvini y censura la politización eclesial
Por Carlos
Esteban
Infovaticana, 31
mayo, 2019
El ex prefecto
para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, parece decidido a convertirse en el
‘Pepito Grillo’ de la actual Curia. Lo último: defender la postura
‘confesional’ de Matteo Salvini y deplorar que el alto clero se meta
descaradamente en política.
“Una autoridad
eclesiástica no puede hablar de cuestiones teológicas como si fuese un
aficionado”, lamenta el cardenal alemán Gerhard Müller, exprefecto para la
Doctrina de la Fe, en entrevista concedida al Corriere della Sera. “Y, sobre
todo, no debe meterse en política cuando hay un gobierno y un parlamento
legitimados democráticamente, como en Italia. Sería mejor hablar con Salvini,
discutir o corregirle si fuera necesario”.
Matteo Salvini,
líder de la Liga y ministro del Interior, se ha cobrado una importante victoria
en su particular e implícito duelo con la Curia y la Conferencia Episcopal
Italiana al alzarse con un 34% de los votos italianos al Europarlamento, por
delante de cualquier otro.
No debería ser
una derrota para la Iglesia, naturalmente, que no se presenta a las elecciones,
pero quienes rodean a Su Santidad, tanto en el Vaticano como en Italia, han
preferido plantearlo de este modo en un enfrentamiento público y demasiado
evidente del que han salido escaldados y con deseos, como ha expresado
diplomáticamente el secretario de Estado, Pietro Parolin, de “construir
puentes” con Salvini, por emplear una metáfora a la moda, después de que se
filtrara que el Papa, que ha recibido sonriente a tiranos de todo pelaje, se
negaba a reunirse con el líder liguista.
En general, Su
Santidad no está resultando muy afortunado en sus apuestas electorales. En
Italia no es la primera vez que sale lo que deplora de las urnas: pasó igual en
Estados Unidos con Trump, en su propia patria con Macri, en Brasil con
Bolsonaro y en la propia Italia con la coalición de Gobierno en que participa
la aborrecida Liga.
Para colmo de
males, Salvini y, en general, muchos de los partidos denostados por la Curia se
están llevando en buena medida el voto católico. El líder de la Liga, en
concreto, exacerba y subraya este dato haciendo pública profesión de fe,
besando su rosario en mítines electorales y encomendando Italia al Inmaculado
Corazón de María y a los santos nacionales.
A este respecto,
Müller reconoce que no le gustó el gesto de Salvini y que debería haberlo
evitado, pero añade que es mucho peor “que los obispos confundan los asuntos
que se refieren a la fe con los temas relativos a la política. Se puede
criticar a aquellos que no aceptan tus principios, pero no cerrarles la
puerta”.
Pero si el gesto
no le gusta, otra cosa son sus políticas. Müller recuerda que “hay países que
quieren descristianizar Italia y Europa; Salvini ha recurrido a los patrones de
la Unión Europea, a sus raíces cristianas”. Y concluye: “Prefiero a quien
habla de la tradición cristiana que a quienes la eliminan. Es absurdo que
colaboradores del Papa como el padre Antonio Spadaro actúen como jueces en
política”.