“Nos están asustando con la información, las
cifras están mal hechas”
Infobae, 27 de mayo de 2020
Pablo Goldschmidt es una de
las voces del ámbito científico más críticas sobre el tratamiento de la
pandemia. Virólogo jubilado del Ministerio de Salud francés, el experto en
microbios volvió a cuestionar los cálculos que realizan los sistemas sanitarios
en el mundo sobre el impacto del coronavirus. Por lo tanto, descree de los
cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y considera riesgosas
las medidas restrictivas adoptadas por los gobiernos para enfrentar la
SARS-CoV-2.
“No hay ninguna lógica al
analizar las cifras de mortalidad. Algo no cierra si digo que en Bélgica hay
797 fallecidos por millón, Alemania tiene 100 y Nigeria tiene 1. O en Panamá,
que tiene 68 fallecidos por millón, México tiene 54 y Venezuela, 4. Argentina
tiene 10 fallecidos por millón, Sudáfrica 7 y Australia tiene 4, pero Guinea
tiene 1 por millón de habitantes. Cuando se ve esto, digo que todo esto no
sirve", sostuvo el biólogo y farmacéutico durante una extensa disertación
ante el Centro de Profesionales Farmacéuticos (Ceprofar).
La opinión de Goldschmidt,
un convencido de que la lucha contra los virus no debe generar pánico, ocasiona
un importante rechazo en sus colegas que apoyan el consenso sanitario de
extremar las medidas de aislamiento para prevenir el contagio. Sin embargo, el
autor del libro "La gente y los microbios” -donde explica la psicosis que
generaron la gripe H1N1 y el SARS- pide reconocer los “límites del conocimiento
científico” ante el nuevo coronavirus y pondera como una medida de mayor
eficacia la adopción de máscaras plásticas y que gran parte del problema se
debe a las “fallas en los sistemas de protección social”.
“Sabemos que estamos frente
a una infección respiratoria que mata de 30 a 50 veces más a la gente de más de
70 años, y a las que tienen serios factores de riesgo. A esa gente hay que
atenderla bien”, expuso el virólogo, tras una larga introducción sobre la
naturaleza de los microbios y su relación de la sociedad, la biología y la
evolución de distintas epidemias.
A continuación, las
principales definiciones del científico:
La gravedad de la enfermedad
“Todo el mundo está ocupado
en encontrar un culpable absoluto, que no es tan patético, ni tan grave. Es una
enfermedad respiratoria complicada, que desgraciadamente mata a las personas
mayores entre 30 a 40 veces más que la gente joven".
“No sabemos mucho (de la
enfermedad). Lo que no se tiene certeza o lo que no puede concretarse. Nuestra
sociedad no aguantó y le fue dificilísimo aceptar la contingencia. Ahora todo
el mundo tiene la solución, o dice que es grave, que es terrible, otros que no
existe, otros que es originada en un laboratorio”.
“Llegamos a un momento de la
historia de la ciencia de aceptar los límites del conocimiento científico. Eso
no quita que la sociedad no acepte si no se dio la protección correcta o que
hubo fallas en el sistema de protección social”.
Medidas preventivas contra
el COVID-19
“Al comienzo de un brote, lo
mejor que se puede recomendar es proporcionar máscaras a la población sana, con
una prioridad indiscutible para las personas ancianas y para el personal que
esté en contacto con otras personas. Es lo que permite bajar el número de
casos, junto al de personas contagiadas muy graves o con riesgo de muerte”.
“Asia empezó a usar
enseguida las máscaras para el COVID. En Hong Kong, hay 129 fallecidos por
millón de habitantes; en Corea, son 200. En Francia, son 1100, y en España,
2900. Es una solución que no tiene que ver con los medios económicos".
“No se puede trabajar sin
máscaras, ni guantes y sin gorro. Pero además hay gente que es vulnerable a la
que hay que ayudar y proteger”.
Pobreza y salud
"¿Somos todos del mismo
mundo? Estamos todos peleándonos contra algo cuando la esperanza de vida
promedio en Mozambique es de 42 años, en Japón de 82 y Argentina de 78. Cuando me
están asustando con informaciones de pánico, digo que no, que nos calmemos y
analicemos lo que está pasando en el mundo. Hay un problema de una enfermedad,
pero también hay otro montón de problemas. ¿Saben lo que es que se queden
ciegos chicos a los 11 años porque la mamá no les enseñó a lavarse las manos?”
"Lo que la gente
precisa no es plata, sino solidaridad entre ellos para hacer un pozo de agua.
El límite es la educación primaria. A veces se hacen siete veces el mismo
tratamiento porque (la comunidad) no integra (las prácticas de higiene). Los
nenes y las nenas entienden que estar sucio está mal”.
“Las enfermedades de la
gente pobre no se curan con antibióticos. No digamos que todo tiene que ver con
lo médico, si está desprovisto de la cuestión humana".
Las cifras mundiales de
coronavirus
“Cuando se mira el número de
personas fallecidas por millón de habitantes, hay contagios de países con 790
fallecidos por millón de habitantes, a 10. Hay lugares donde hay muchos muertos
y con el sistema de seguridad social funcionando. Entonces lo que estamos
analizando en las cifras está mal hecho, o no es COVID, o las cuentas no
dan".
“Hay que bajar un poco esta
locura de estar mostrando cifras de muertos todo el día, como si fuera un
exorcismo de la muerte. Ya basta, llegamos al límite de lo tolerable, es muy
difícil así. ¿Por qué entonces no nos cuentan cuántos se mueren de hambre por
día? Hay colegas que cayeron en la trampa".
“Hay numerosos analistas que
dicen que en los primeros cuatro meses de 2020 hubo más muertos que en 2019,
probablemente por el COVID. Cuando se miran las cifras, son casi las mismas de
muertos que en 2018”.
“Uno ve que este virus es
más serio que la gripe, aunque la gripe no lo sea. Decimos que no hay salida y
hay una hecatombe internacional. Esto no es la polio, no se lo puede comparar.
Tampoco es la gripe de Hong Kong. Se habla mucho de los muertos de COVID, pero
no se tiene idea de la cantidad de gente que murió en España en 2005 por la
influenza”.
“Mientras tanto, hubo una
pulsión de locura. Una pulsión de buscar culpables reales o imaginarios. No se
protege a la gente que tiene que estar protegida y hubo errores de percepción.
Pero además, sobre todo la prensa, tuvo una dificultad para asimilar la finitud
de la existencia humana. Hay que aceptar también que hay riesgo de
fallecimiento y no se puede intoxicar permanentemente al ser humano con cifras
de muerte".
Las prioridades
“Cuando uno mira la pandemia
de 2020, estamos con 350 mil personas que fallecieron por un virus respiratorio.
Este año va a haber 2.800.000 personas que van a morir por obesidad. Hay una
pandemia de gordura que nadie le cierra la boca a nadie y de la que no se
habla”.
“En Francia, el año pasado
hubo 50 mil suicidados solamente porque no conseguían o no tenían trabajo.
¿Cuántos va haber este año? ¿Quién se va a hacer responsable? A veces es peor
quedarse sin trabajo. Me dicen que quiero mandar al frente a la gente, no quiero
mandar al frente a nadie”.
“Parece que la gente no
tiene infartos ni ACV. Esa gente que por ahí tuvo hemorragias en la retina se
va a quedar ciega. Hay que ver cuál es el costo social del pánico. La gente no
se fue a hacer la quimioterapia y o los controles de cáncer por miedo. ¿Qué
pasó? ¿Es el virus o la locura?”.
Las teoría detrás del
coronavirus
“Hay 5200 virus en un
murciélago. Son animales que viven hacinados y amontonados. Si se le saca
sangre a un murciélago, se le va a encontrar zika virus, chikunguña y distintos
tipos de coronavirus. ¡Basta con las teorías del complot! Este virus no se hizo
en un laboratorio, existen los murciélagos salvajes”.
La democracia y el uso del
Estado
“El tratamiento científico y
mediático (del coronavirus) provocó una contracción de la democracia. Muchos
pensadores están preocupados, con un estado de sopor, por el consentimiento que
tuvo la población. Hay una especie de contrato imaginario con el Estado de que
nos va a proteger, porque somos jóvenes y cerramos la boca. Se pierde la
libertad porque se imagina una ilusión de ser curados, y por esa ilusión se
acepta la violencia institucional. Hay un acoso incesante de la fuerza
pública”.