es el que
más creció desde 2012: 26%
En el 2012, cada 100
trabajadores privados coexistían 42 agentes en la esfera pública. Hacia abril
2020, la misma relación subió hasta 55. El
empleo estatal aumentó 15% más que la evolución poblacional, aproximadamente
482.400 empleos por encima del nivel inicial ajustado por habitantes.
Alfil, 8 julio, 2020
El empleo registrado creció
de forma casi ininterrumpida desde el 012 hasta la crisis de 2018; desde
entonces se acumulan 20 registros con variaciones interanuales negativas hasta
abril, cuando se contaron 11.780.700 de empleados formales. El punto es que el
mejor comportamiento es el del sector estatal que, hace dos años retomó su
tendencia alcista después de acompañar la dinámica poblacional. Así entre 2012
y este 2020 aumentó 26%, la órbita pública global sumó 665.000 nuevos agentes.
Los datos se desprenden de
un estudio del Iaraf que dirige Nadín Argañaraz. En ese mismo lapso los
asalariados públicos aumentaron su importancia relativa en el empleo registrado
total, pasando de un 23,4% en 2012 a representar un 27,3% en abril último. Al
mismo tiempo, en 2012 los privados registrados eran 6.068.500, equivalentes al
55,7% del total formal del país. Las recurrentes crisis de los últimos años
hicieron que ese grupo pierda participación hasta llegar a 5.807.200 en abril
(261.000 menos que en 2012), 49,3% del total.
En el 2012, cada 100
trabajadores privados coexistían 42 en la esfera pública. Hacia abril 2020, la
misma relación subió hasta 55; es decir, la relación se incrementó en un 32% en
estos años. Para el período comprendido entre enero 2012 y abril 2020, el Indec
proyectó un crecimiento poblacional del orden del 9,6%. El empleo público
creció un 15% más que la evolución poblacional, aproximadamente 482.400 empleos
por encima del nivel inicial ajustado por habitantes.
El Iaraf subraya que esta
dinámica tiene grandes repercusiones en las finanzas públicas de todos los
niveles de Gobierno porque el aumento del gasto público requiere mayor
recaudación impositiva para financiarlo, en una economía privada estancada y
que no crece. La mayor recaudación impositiva en Argentina se busca a través de
una más carga tributaria, con más cantidad de tributos (coexisten 165) y alícuotas
más altas en los impuestos y tasas.
“Una consecuencia de la
mayor carga tributaria, es que agrava la destrucción de empleo privado e impide
la creación de nuevos empleos, ya que genera desincentivos a la formalización
laboral, por lo que la situación se retroalimenta”, agrega el estudio. La
respuesta a cuanto más le cuesta al Estado pagar los salarios de esos nuevos
trabajadores públicos se puede calcular tomando un costo laboral mensual de
$69.9002: los 664.600 nuevos respecto al 2012 implica un gasto anual de
$604.000 millones para 2020, es decir casi un 2% del PIB. Si solamente se
consideran los 482.400 puestos excedentes al crecimiento poblacional, son
$438.000 millones (1,5% del PIB).
La pandemia, cuarentena y la
crisis económica están causando la destrucción de puestos de trabajo, pero en
abril el empleo público volvió a crecer (0,9% interanual), mientras que todas
las demás categorías mostraron una contracción significativa. La consultora
admite que es esperable que en un contexto de crisis haya un incremento para
reforzar y mejorar las condiciones sanitarias y de seguridad necesarias para
hacer frente a la pandemia.
La situación es diferente en
el resto de las categorías ocupacionales y el aislamiento afectó de forma
heterogénea a las distintas actividades económicas. Particularmente, los
asalariados privados que, con el descenso de marzo perforaron el nivel de los seis
millones, en abril tuvieron una contracción aún mayor.
El empleo formal y en blanco
mostró una caída interanual de 5,2% en abril equivalente a 318.700 menos
puestos de trabajo, explicando el 82% de la caída de empleo total. Más de la
mitad de esa baja se concentró en marzo y abril, aún con la política de doble
indemnización, se destruyeron 173.500 puestos de trabajo. Esto refleja el
cierre definitivo de muchas empresas. Los asalariados públicos aumentaron 0,9%
y fue la única categoría que mejoró: 29.600 nuevos empleos en relación a los
existentes en 2019. Particularmente, entre febrero y abril, la suba fue de
5.700 puestos. Los autónomos independientes cayeron 6,3% (25.000 menos) y los
asalariados de casas particulares y monotributistas mostraron una contracción
interanual del 1,9%, destruyendo un total de 46.600 puestos.