en la
Convención republicana
Tomó la palabra en la
convención del partido republicano para apoyar la reelección de Donald Trump como
inquilino de la Casa Blanca.
(InfoCatólica) 27-8-20
Este fue el discurso
completo de la Hna. Deirdre "Dede" Byrne:
Buenas noches. Soy la
Hermana Dede Byrne, y pertenezco a la Comunidad de las Pequeñas Trabajadoras de
los Sagrados Corazones de Jesús y María.
El pasado 4 de julio, tuve
el honor de ser una de las invitadas del presidente en la celebración de su
'Saludo a América'. Debo confesar que recientemente recé en la capilla, rogando
a Dios que me permitiera ser una voz, un instrumento para la vida humana. Y
ahora aquí estoy, hablando en la Convención Nacional Republicana. Supongo que
será mejor que tengan cuidado con lo que rezan.
Mi viaje a la vida religiosa
no siguió una ruta tradicional, si es que eso existe. En 1978, como estudiante
de medicina en la Universidad de Georgetown, me uní al ejército para ayudar a
pagar mi matrícula, y terminé dedicando 29 años al ejército, sirviendo como
médica y cirujana en lugares como Afganistán y la Península del Sinaí en
Egipto.
Después de mucha oración y
contemplación, entré en mi orden religiosa en 2002, trabajando para servir a
los pobres y los enfermos en Haití, Sudán, Kenya, Iraq y en Washington, D.C.
La humildad es el fundamento
de nuestra orden, lo que hace muy difícil hablar de uno misma. Pero puedo
hablar de mi experiencia trabajando para aquellos que huyen de los países
pobres y devastados por la guerra en todo el mundo. Todos esos refugiados
comparten una experiencia común. Todos han sido marginados, considerados
insignificantes, impotentes y sin voz.
Y
aunque tendemos a pensar que los marginados viven más allá de nuestras
fronteras, la verdad es que el grupo marginado más grande del mundo se
encuentra aquí en los Estados Unidos: son los no nacidos.
Como cristianos, conocimos a
Jesús por primera vez como un embrión conmovedor en el vientre de una madre
soltera y lo vimos nacer nueve meses después en la pobreza de la cueva.
No es una coincidencia que
Jesús defendiera lo que era justo y que finalmente fuera crucificado porque lo
que dijo no era políticamente correcto ni estaba de moda.
Como
seguidores de Cristo, estamos llamados a defender la vida contra lo
políticamente correcto o la moda de hoy. Debemos luchar contra una agenda
legislativa que apoya e incluso celebra la destrucción de la vida en el útero.
Tengan en cuenta que las
leyes que creamos definen cómo vemos nuestra humanidad. Debemos preguntarnos:
¿Qué decimos cuando entramos en el útero y acabamos con una vida inocente,
impotente y sin voz?
Como
médico, puedo decir sin dudarlo: La vida comienza en la concepción.
Aunque lo que tengo que
decir puede ser difícil de escuchar para algunos, lo digo porque no soy sólo
pro-vida, soy pro-vida eterna. Quiero que todos terminemos juntos en el cielo
algún día.
Esto me lleva a la razón por
la que estoy aquí hoy. Donald Trump es el presidente más pro-vida que esta
nación ha tenido, defendiendo la vida en todas las etapas. Su creencia en la
santidad de la vida trasciende la política. El Presidente Trump se levantará contra Biden-Harris, que son los más
anti-vida de la historia, incluso apoyando los horrores del aborto tardío y el
infanticidio.
Debido a su coraje y
convicción, el presidente Trump se ha ganado el apoyo de la comunidad pro-vida
de América. Además, tiene una posición nacional de apoyo religioso. Nos
encontrará aquí con nuestra arma preferida, el rosario.
Gracias, Sr. Presidente,
todos estamos rezando por usted.
Vida de servicio a Dios y a
la patria
Byrn nació y fue criada en
los suburbios de Washington D.C. siendo la única mujer de siete hermanos.
Inició la carrera de medicina en la Universidad de Georgetown. Mientras estaba
allí, ingresó al ejército como una forma de pagar sus estudios y terminó
sirviendo en las fuerzas armadas durante 29 años como médico y cirujana.
Durante su servicio en el
ejército discernió su vocación religiosa, un llamado que dijo siempre tuvo, y
fue alentada por un sacerdote a encontrar una orden religiosa que le permitiera
continuar su servicio en el campo de la medicina. Así llegó a las Hermanas
Pequeñas Obreras de los Sagrados Corazones de Jesús y María, un instituto
nacido en Italia en el siglo XIX que está presente en Washington desde 1954.
Amplió sus estudios de
medicina en 1997, el mismo año en que conoció a la Madre Teresa. Byrne tuvo la
misión de asistir a la santa albanesa durante su visita a Washington.
Finalemmte la hermana Byrne
ingresó en el noviciado de dicha congregación religiosa en 2002 y emitió sus
primeros votos en 2004. Siguió en la reserva del ejército y fue enviada a
prestar servicio en misinones militares tres veces. Luego de la tercera misión
en Afganistán en 2008, se le ordenó retirarse del ejército, lo que hizo en
2009. En 2011 hizo sus votos perpetuos.