10 preguntas (y respuestas)
para entender todo
Tribuna de periodistas
-05/09/2020
El caso por la desaparición
de Facundo Astudillo Castro sigue dando qué hablar. Con más información que
mediática que judicial, Tribuna de Periodistas se ha puesto en campaña para
combatir las fake news y falsas noticias desde el día número uno.
Otro de los portales que se ha sumado a la
misma gesta es La Brújula 24, de Bahía Blanca. Esta semana, por caso, ha
publicado 10 claves para entender qué es verdad y qué es mentira:
¿Hubo desaparición forzada?
En tres meses de
investigación no se encontraron pruebas de que a Facundo lo haya desaparecido
el Estado. Tanto la Justicia Provincial, en el primer mes de investigación,
como la Justicia Federal en los dos meses posteriores nunca hallaron evidencia
contra los policías bonaerenses acusados por la querella.
¿Los policías mienten o
dicen la verdad?
Toda la prueba reunida y
corroborada por la Justicia demuestra que los cuatro policías apuntados por la
querella dicen la verdad. Sus testimonios fueron objetivados por prueba dura:
testigos civiles, antenas de teléfonos, ubicación satelital de los patrulleros
y prueba documental entre otras.
¿Qué es lo probado en la
causa?
Según pudo reconstruirse en
el expediente, Facundo salió de Pedro Luro la madrugada del 30 de abril rumbo a
Bahía Blanca. En Mayor Buratovich fue infraccionado por la violación de la
cuarentena (se labró un acta y se le tomó una fotografía en la ruta) por los
efectivos Jana Curruhinca y Mario Sosa. Luego siguió su camino haciendo dedo.
En la zona próxima al parque eólico Vientos del Secano fue levantado por la
policía –que estaba fuera de servicio– Siomara Flores, que lo acercó hasta la
garita de acceso a Teniente Origone. Poco después, un peón rural y una
estudiante alertan de la presencia de “un nene en la ruta” y –por intermedio de
un empleado municipal– lo alertan al policía Alberto González, que sale a
buscarlo en su patrullero. El uniformado lo identifica (no lo sanciona porque
ya había sido infraccionado en Buratovich aunque le saca una foto al carnet de
conducir) y lo deja continuar. Segundos después de haber estado con González,
Facundo le hace señas a una camioneta que pasaba. Era la productora rural “E”
que lo sube en el asiento del acompañante y los deja en las vías. El propio
Facundo pidió bajarse ahí para evitar el control fitosanitario. Cerca de las 16
comenzó a caminar entre los rieles rumbo a Cerri. Es decir, mientras para la
querella sostiene que Facundo fue secuestrado por policías en Buratovich, la
Justicia reconstruyó que el joven siguió camino.
¿Entonces los testigos de la
querella mienten?
Toda la hipótesis de la
querella se basa en el testimonio de tres personas que declararon ver a un
chico –de las características de Facundo– acercarse a un patrullero en el
kilómetro 776 de la Ruta 3. En ese lugar, según los abogados, el chico fue
secuestrado y desparecido. Bueno, la Justicia concluyó, basándose en distintas
evidencias, de que eso NO fue así. Facundo siguió su camino.
Sobre los dichos de los
testigos, entre los investigadores hay dos teorías. La primera es que sencillamente
mienten. Para tal afirmación se apoyan en el informe de patentes del
fitosanitario que no registró el egreso de Villarino del vehículo en el que se
movilizaban. La segunda conjetura, más benevolente, sostiene que los testigos
pueden estar confundidos y que la escena que vieron –de Facundo acercándose a
un móvil– puede haber sido, en realidad,
la del patrullero de González que se sucedió en Origone y no en
Buratovich.
¿Y qué le pasó a Facundo?
Eso aún no se sabe. Así como
está probado el primer tramo del recorrido de Facundo, la segunda parte es aún
materia de investigación. La autopsia y otras pruebas podrían ayudar en ese
sentido. La mayoría de los investigadores y peritos se inclinan en que algo
sucedió en el complicado trayecto que emprendió sobre las vías, por esos
motivos se pidieron informes sobre las hostiles características del lugar donde
se hallaron los restos óseos.
¿Y el amuleto encontrado en
Origone?
La Justicia no le da ninguna
relevancia. Esa artesanía, que según la querella sería de Facundo y fue
encontrada en un ambiente externo del destacamento policial, no tiene nada que
ver con el resto de la prueba que se ha recolectado en el expediente. Está demostrado
que el chico nunca fue conducido a ese lugar. Además dudan de la manera en que
ese elemento fue encontrado por el adiestrador (y su perro) convocado por la
querella. “Luego de tres meses es imposible que se detecten rastros de olor de
una persona. Ese tipo de rastros duran como máximo una semana”, señalan. Y otra
cosa más: la artesanía, que estaba en la basura, apareció recién en un segundo
allanamiento. “El primer allanamiento fue negativo, no se había encontrado
nada. Fue muy extraño encontrar eso luego de tres meses y habiendo habido un
procedimiento previo”, recuerda un investigador.
¿Y el DNI en el teléfono de
una policía?
Fue uno de los tantos shows
montados y que fue repetido por gran parte de los medios. Así como se
transmitió en vivo y en directo desde los restos de una vaquillona durante una
semana, a sabiendas de que era un animal, y se mantuvo en vilo a muchísima
gente informando que podrían ser “los huesos de Facundo”, con la foto del DNI
en el teléfono de la policía Curruhinca sucedió algo similar.
Se vendió como una novedad,
que generaba una “alta sospecha”, que la efectivo guardara en su celular esa
imagen del DNI. Para la causa no era “novedad” ya que ese dato figuraba en los
inicios del expediente, desde el mismo momento en el que la propia uniformada
declara la manera en que lo identifica a Facundo en Mayor Buratovich. Lejos de
ponerla bajo sospecha, ese hecho le sumó veracidad a su testimonio.
¿Y la pista narco?
Era una de las tres
hipótesis de la causa. De haber llegado Facundo a Bahía, los investigadores
apuntaban a un grupo de personas relacionadas con el narcotráfico. Y no porque
el chico estuviese involucrado en algo ilegal, sino porque su propio ex cuñado
Marcelo González –hoy asesorado por el abogado Aparicio– lo había introducido
en ese peligroso mundo al llevarlo a trabajar de albañil a un búnker de droga
ubicado en calle Rivadavia.
Esa línea era la preferida
si se demostraba que Facundo hubiese llegado a Bahía, pero de acuerdo a los
últimos acontecimientos todo parece indicar que algo le sucedió antes de
arribar a la zona de Cerri el mismo 30 de abril.
¿La causa vuelve al fuero
provincial?
Es una posibilidad.
Recordemos que la causa pasó a la Justicia Federal para que se investigue la
posible desaparición forzada. Ahora, descartada la hipótesis que motivó el
cambio de fuero, el expediente podría volver a la Fiscalía Provincial. Habrá
que ver qué opina el fiscal Martínez y que resuelve la Jueza Marrón.
“Habrá que saber si se
esperan los resultados de autopsia o si toman una decisión antes. Porque más
allá de los exámenes de laboratorio, lo que le compete a este fuero es si el
Estado fue el desaparecedor del chico o no, por eso una vez cerrada esa línea
se podría estar en condiciones de devolver la causa. Cualquier otra hipótesis
es de competencia Provincial”, explicaron fuentes judiciales.
¿La querella entorpeció la
Justicia?
En el ámbito judicial están
convencidos de que sí. Y eso es un delito. Afirman que lejos de buscar la
verdad de los hechos, los mediáticos abogados solo buscaron “embarrar la
cancha” y crear confusión en la opinión pública. “Ninguna prueba seria
aportaron a la causa. Todo fue show mediático, mentiras y difamaciones. Los
clarividentes eran más importantes que las pruebas. Agredieron a los que no repetían
su relato. Al fiscal, en vez de ayudarlo, se lo atacó sistemáticamente. Y
cuando se les dijo que debían cumplir con la confidencialidad sobre la autopsia
no lo cumplieron”, describió una alta fuente tribunalicia.