"La Argentina hoy necesita una revolución
de valores"
Carlos Hartmann
La Prensa.
05.11.2021
Los conceptos
pertenecen a Cynthia Hotton, licenciada en Economía y diplomática de carrera,
quien ratificó, en un mano a mano con La Prensa y a pocos días de las
elecciones generales de medio término, su adhesión, como mujer de fe, a los
valores cristianos. Entre otros, la vida, la verdad, la libertad, la justicia,
la paz, la igualdad ante la ley y el bien común.
El partido de
Cynthia Hotton -un frente propio- se denomina "Valores para mi país"
(Alianza +Valores). Su plataforma, integrada por cuadros políticos católicos y
evangélicos, "no es una cuestión religiosa", sino que lleva en la
agenda valores cristianos (es "universal y para todos"). Hotton fue
candidata a vicepresidenta en las elecciones de 2019, en el partido NOS, de Juan
José Gómez Centurión. Y con anterioridad formó parte del PRO, partido con el
que en 2007 accedió a una banca en Diputados.
- ¿Cómo transita
su partido el tramo final rumbo a las elecciones legislativas del próximo
domingo?
- La población
quiere ver algo distinto. Tenemos amplia expectativa en estas elecciones.
Hubo casi un 10% de bonaerenses que en las PASO del 12 de septiembre decidió no
votar a los partidos mayoritarios. A su vez, muchos ciudadanos directamente no
fueron a votar o lo hicieron por un partido más chico. Hemos hecho acuerdos
oficiales. Por ejemplo, con el partido Federal, el partido Celeste, el partido
Popular. Esos acuerdos, seguramente se van a traducir en votos.
- ¿Cuáles son los
valores que la dirigencia política -tanto del oficialismo, como de la
oposición- debería tener más en cuenta?
- Hoy la Argentina
y la clase política argentina tiene que demostrar honestidad, la honestidad que
lleva a la transparencia, y por otro lado, diálogo. No vamos a salir de la
crisis, si volvemos a tener esos movimientos pendulares donde uno hace algo y
después viene otro y lo destruye todo. Entonces el diálogo es fundamental para
que acordemos algún proyecto de largo plazo. Una iniciativa que trascienda este
bipartidismo que nos trajo la crisis que hoy tenemos. Nadie duda que existe una
crisis económica galopante, con una inflación al 50%, pobreza al 50%, una deuda
externa exorbitante, emisión monetaria y desocupación. Todo esto es lo que esos
partidos nos han traído. Al ser más de lo mismo, no nos van a llevar a buen
puerto. Reitero: necesitamos diálogo. Y por eso nosotros decimos que nuestros
valores tienen que ser un puente. De la grieta no se salta. Lo que se debe
hacer es tender puentes. Y por otro lado, necesitamos honestidad en la clase
política.
- En este contexto
de crisis al cual usted alude, ¿qué opinión le merece, como economista, la
intervención del Estado en el control de precios?
- Lo que está
haciendo el Gobierno es tratar de poner una curita a un sangrado que requiere
una solución mucho más estructural. Y pareciera que esa curita va a resolver el
problema interno de la Argentina. No. Esto no es así. De hecho cuando hay
intervención en los precios, en realidad se distorsiona todo el equilibrio que
debería haber en la parte del mercado. Nuestro modelo es la economía social de
mercado, y lo que hace es fomentar el trabajo, y la producción. Es lo que hoy
necesita la Argentina.
- ¿Cómo definiría
el rol del Estado?
- La función
del Estado es garantizar la libre competencia. No obstante, tiene que haber un
Estado presente, articulador, inteligente, para que el 50% de los argentinos
que hoy está debajo de la línea de pobreza, sea integrado al sistema productivo
de una manera eficiente y en el corto plazo. Tenemos un Estado que está
sobreinflado, con mucha corrupción, mucha ineficiencia. Por eso nosotros
creemos que es necesario un Estado presente, pero no éste.
- En un reciente
debate, el director nacional de Políticas Integradoras del Ministerio de
Desarrollo Social, Rafael Klejzer, expresó que el alimento es un "derecho
social". Agregó que la responsabilidad del Estado es llegar a alimentar a
toda la población. Y para eso el Estado tiene que intervenir. ¿Usted coincide
con esa apreciación?
- No. El Estado lo
que debe hacer es dejar que los argentinos puedan producir y darle más trabajo
a la gente. Los "planes sociales" no son una solución, si se cree que
con eso se resuelve el problema de alimentación de los argentinos. Lo que se
merecen los argentinos es trabajar y comprar no solamente alimentos. El Estado
se debe correr un poco, gastar menos, no ser tan corrupto y dejar que los
argentinos puedan resolver sus temas a nivel personal o de mercado. Y para eso
nosotros pensamos que hace falta otro tipo de gobierno, sin tanta intervención
y sin tanta corrupción, sino con una mirada de articulación para que cada uno
mantenga su libertad de elegir su trabajo, su sueldo, su dinero y también sus
gastos e inversiones.
- Un tema
acuciante, por sus implicancias, es el pago de la deuda externa y la relación
de nuestro país con el FMI. ¿Cuál es la propuesta de su partido?
- En primer lugar,
lamento que tengamos esta deuda. Se ha generado por malas decisiones de los
gobiernos que nos precedieron. Eso lo lamento terriblemente. Sí creo que los
compromisos hay que cumplirlos, porque también uno tiene que tener una
proyección a largo plazo. Siempre es importante tener acceso al crédito. Uno no
puede estar negociando con la otra parte, sin demostrar primero, compromiso en
el pago, y segundo honestidad en el acuerdo que se está tomando.
- Si se hubieran
cancelado las PASO por la pandemia, el Estado hubiera podido ahorrar una cifra
millonaria. También fue elevado el gasto en publicidad electoral por parte de
los propios candidatos. Desde esa mirada, ¿considera que las PASO deberían
haberse suspendido?
- No estoy de
acuerdo con estas PASO porque, de hecho, nos hemos dado cuenta el 12 de
septiembre que son muy pocos los espacios que presentan varias listas. Se tendría
que volver a lo que había antes. O sea, internas dentro de los partidos
políticos. Que los partidos políticos resuelvan sus candidaturas y no someter a
toda la población, a una elección que cuesta millones de dólares en un país que
hoy está cada vez más empobrecido. Por último, teniendo la posibilidad de haber
podido unificar las elecciones, o de implementar la boleta única, aplicaron
este sistema engorroso, con la cantidad de boletas a imprimir y esta
fiscalización a nivel nacional tan costosa.
- Por un aspecto
procesal (falta de legitimación activa) no llegó a la Corte Suprema el recurso
extraordinario donde se planteaba la inconstitucionalidad de la ley del aborto.
Si bien tuvo eco favorable la medida del juez federal de Mar del Plata, Alfredo
López, la Cámara Federal local revocó esa decisión. ¿Cómo evalúa usted los
avatares judiciales en un tema tan sensible para la sociedad?
- La aplicación
del aborto surgió en primer término desde la propia Corte Suprema. El alto
tribunal, al pronunciarse en el caso FAL (siglas del nombre de la persona
afectada) propuso el protocolo del aborto en distintas provincias. Luego se
generó este antecedente como una práctica que había que legislar, porque en
realidad ya se venía realizando. Este es un modus operandi que se ha
implementado en todo el mundo: cuando las leyes no acompañaban la decisión de
habilitar el aborto, se implementó la interrupción voluntaria del embarazo a
través de la Corte. Lamentablemente, hoy vemos que otros estamentos de la
Justicia participan de este mismo criterio. No hacen lugar a presentaciones que
para mí están bien fundadas. A su vez, la ley del aborto está en contra de lo
que dice la propia Constitución Nacional. Los que estamos a favor de la vida
tendremos que trabajar para que esto se pueda revertir. Habrá que crear las
condiciones en la próxima Cámara de Diputados.
- Los grupos
feministas hablan, en relación con el aborto, del "derecho de la mujer
sobre su cuerpo". ¿Cómo interpreta este concepto?
- La persona o el
bebé recién gestado, tiene un ADN distinto al ADN de su madre. Lo dice la
ciencia. Eso refleja que no es el mismo cuerpo. Piense usted que las células de
una persona, tanto desde la uña del pie hasta el pelo de la cabeza, tienen el
mismo ADN. Ese es el cuerpo de una persona, de un ser humano. El ser humano que
está dentro de la madre tiene un ADN distinto, por lo tanto no es la misma
persona. Lo que decimos es que una persona no puede decidir sobre la vida de
otra, esté dentro de su panza o no. Es otra persona. Esa es nuestra posición. Y
no es que lo decimos nosotros, sino la ciencia.
- ¿Podría enumerar
alguna de las iniciativas que, en caso de resultar nuevamente electa, impulsará
en la Cámara de Diputados?
- Lo primero que
están pidiendo los argentinos es trabajo. Y cómo generar o maximizar la
producción. Nosotros tenemos nuestro modelo o nuestros proyectos, pero nada
impide que si hay una iniciativa aprobada por las mayorías, mi aporte va a ser
el diálogo para que salga aprobado el mejor proyecto lo antes posible. Además
tenemos proyectos que tienen que ver con la adopción, con una ley de adicción,
pues hoy en día el flagelo de las drogas implica un consumo altísimo, y los
jóvenes, las familias, no saben dónde acudir. Necesitamos una ley de adicción.
Finalmente, hace falta una ley para las personas con discapacidad y una
normativa para el fomento del trabajo joven y nuevos emprendimientos.