de un plan económico integral y urgente
Adrián Ravier
Director de la
Maestría en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE
Infobnae, 4 de
Junio de 2022
La economía
transita por un largo camino de decadencia por la resistencia de la dirigencia
política a encarar cambios sustanciales que pueden sintetizarse en el siguiente
decálogo:
1. Política fiscal
y gasto público: Urge una regla que evite que el gasto público aumente por
arriba de la presión tributaria, especialmente ante el escenario electoral que
se avecina. Si bien el nivel agregado de erogaciones se ha licuado entre
2020-21, se corre el riesgo de volver a niveles de gasto y déficit
insostenibles, una vez que el gobierno comience a ceder ante las presiones
sindicales y gremiales;
2. Política
tributaria: Urge eliminar 160 impuestos, dejando sólo aquellos 11 que hoy
generan el 90% del total de recaudación tributaria. La medida sería un shock
positivo sobre la actividad, lo que permitirá incrementar la base imponible, y
con los recursos adicionales percibir más con menos gravámenes. El recuento de
171 impuestos surge de un relevamiento del Instituto Argentino de Análisis
Fiscal (Iaraf) a nivel nacional, provincial y municipal;
3. Superávit
fiscal: Urge alcanzar un excedente entre gastos y recursos tributarios para
poder asumir el pago de los compromisos de la deuda pública. En el caso
argentino no alcanza con equilibrio fiscal, primero por su coyuntura, pero
también para poder avanzar en una reducción de la presión tributaria, y quita
gradual de retenciones, además de una reforma previsional indispensable. En
2023 Argentina corre el riesgo de ir a un nuevo default y es necesario dar
tranquilidad a los acreedores que Argentina está haciendo lo posible para
reconocer sus obligaciones de deuda;
Es indispensable
avanzar en una reducción de la presión tributaria, y quita gradual de
retenciones, además de una reforma previsional
4. Política
cambiaria: Urge levantar el cepo. Se debe reconocer la cotización real del
dólar frente a una moneda que se ha destruido y sigue destruyéndose año a año.
Se deben terminar con los privilegios en el reparto de los escasos dólares a un
grupo de importadores oficiales y acreditados;
5. Desregulación
de la economía: Se deben terminar los controles de precios, para que pueda
normalizarse el funcionamiento bajo incentivos adecuados para la producción. La
infraestructura energética sufre hoy la falta de inversiones, y esto representa
un cuello de botella para recuperar tasas altas de crecimiento económico. Como
en otros episodios históricos del país, los servicios públicos pueden atraer
inversiones que contribuyan a reactivar la economía;
6. Política
monetaria: Urge dolarizar la economía, aceptando lo que espontáneamente ya
viene ocurriendo desde las PASO de 2019. El remanente de pesos que circula debe
ser reemplazado por dólares que el gobierno logre captar con nueva deuda, y los
otros pasivos del Banco Central deben ser reemplazados por deuda del Tesoro.
Una nueva convertibilidad con un tipo de cambio real alto (tras levantar el
cepo) puede ser una alternativa, pero me inclino en favor de la dolarización
para reducir el costo de salida y eliminar el riesgo de devaluación, lo que es
indispensable para tener bajas tasas de interés, tanto nominales como reales;
7. Apertura económica:
Urge recuperar el acuerdo con la Unión Europea, pero buscando también otros
acuerdos con el Nafta, Asia, África y Oceanía. El Mercosur podría ser el bloque
a partir del cual se encaren las negociaciones, pero si no lo fuera Argentina
deba salir del bloque. En esta materia hay mucho que aprender de los acuerdos
bilaterales de Chile con los bloques económicos, incluyendo el Mercosur. Esta
apertura requerirá de una eliminación total de los aranceles, lo que también
requiere un tipo de cambio real alto como punto de partida, lo que se obtendrá
al levantar el cepo y con la reforma monetaria de dolarización mencionada. Que
los bienes transables adquieran dentro de Argentina precios internacionales
bajos y competitivos, reducirá el costo de la canasta básica para los
consumidores, lo cual puede contribuir a bajar la pobreza, además de contribuir
también en una pronunciada mejora de la competitividad;
8. Legislación
laboral: Urge flexibilizar la legislación para que aquellos que necesitan
contratar personal tengan incentivos para hacerlo. En el mismo plan de
integración y retorno al mundo, Argentina necesita de esta reforma para mejorar
su competitividad. La medida contribuye también a un necesario cambio
estructural de empleo público a privado. Es un mito que esta medida provoque
precarización del empleo. La legislación laboral actual está provocando más
excluidos que nunca, niveles alarmantes de informalidad y altas tasas de
subempleo;
Hay mucho que
aprender de los acuerdos bilaterales de Chile con los bloques económicos,
incluyendo el Mercosur
9. Cielos abiertos
y aerolíneas argentinas: Urge recuperar una política de cielos abiertos, sea
con Aerolíneas Argentinas en manos público o privadas, o directamente cerrarla,
pero recuperando la competencia de quienes ofrezcan mejor calidad y precios a
los consumidores, como ya ha ocurrido en Europa o en Estados Unidos. La medida
le daría a la Argentina mayor dinamismo, lo que también contribuye a mejorar la
productividad.
10. Petróleo: Urge
privatizar la explotación del hidrocarburo, reconociendo que el gobierno ha
sido siempre un mal empresario, y que no tiene los recursos ni el conocimiento
para abastecer al mercado local con el crudo y sus derivados. La explotación
del reservorio de Vaca Muerta puede fundamentar los shocks de inversión que
Argentina necesita para salir de esta coyuntura. No sólo es indispensable que
el país se autoabastezca del combustible, sino que además genere ingreso de
divisas por exportación.
Por supuesto que
quedan otros frentes por encarar, como un Presupuesto Base Cero que permita
replantear la estructura del gasto público, con menos ministerios, secretarías
y sub-secretarías, que a la vez permitan reducir la burocracia y la corrupción.
Nueva Zelanda ofrece una experiencia notable en esta materia. Pero los 10
puntos mencionados arriba grafican una reforma integral y urgente que debería
estar en la agenda del oficialismo y la oposición para alcanzar consensos que
puedan ayudar a evitar otra crisis económica de magnitudes alarmantes.