cayó el gasto en contratados pero subió en
personal permanente
Virginia Porcella
Infobae, 19 de
Julio de 2022
Las cifras
preliminares del cierre de las cuentas públicas durante el primer semestre
confirman la presunción de que el déficit fiscal avanza a ritmo acelerado, con
las implicancias que ello tiene para el endeudamiento y la emisión monetaria.
Con una suba del gasto respecto del año pasado por encima del 10% en términos
reales, es decir, descontando la inflación, el desequilibrio acumulado durante
los primeros seis meses del año prácticamente duplica el registrado el año
pasado. Así, mientras el rojo fiscal
alcanzó 1% del PBI en 2021, el desbalance que acumuló el Gobierno hasta hace 20
días representa 1,9% de acuerdo a la información de la Oficina de Presupuesto
del Congreso (OPC).
Según detalla el
análisis de la dependencia parlamentaria, todos los rubros de gasto público
registraron una variación real positiva. Es decir, subieron por encima de la
inflación. Existe, sin embargo, una notoria excepción. El rubro “bienes y
servicios” anota una llamativa caída de 9,1% real respecto del mismo período
del año pasado, con un gasto total de $182.000 millones. Pero no todo lo que
brilla es oro.
El “ahorro” que se
generó en este rubro pasó a engrosar, en cambio, otros rubros de la ejecución
presupuestaria. Es lo que se desprende del análisis de los componentes que
están agrupados en cada título. Bajo el rótulo “bienes y servicios” se
incluyeron durante la pandemia, por ejemplo, gastos como la compra de vacunas,
que demandó el año pasado más de USD 700 millones, monto que este año se habría
reducido drásticamente.
Pero también en
esta categoría reviste la incorporación de empleados públicos a través de
contratos. Es decir, no son empleados en relación de dependencia del Estado
sino que el Estado hace una contratación de sus servicios. El gasto en esta
modalidad de empleo público también habría sufrido una merma notoria, acentuada
en junio cuando el renglón cayó 23% respecto a junio de 2021, pero que nada
tiene que ver con un achicamiento de la burocracia estatal. Por el contrario, los números de ejecución presupuestaria del
primer semestre indicarían que el recorte en contratos se tradujo en un aumento
de los puestos de planta permanente, es decir, en relación de dependencia. A
diferencia de la evolución negativa de “bienes y servicios”, el gasto en
personal creció 11% -siempre por encima de la inflación- respecto al primer
semestre del año pasado, variación que no puede ser enteramente explicada por
el impacto de las negociaciones paritarias.
Un repaso rápido a
la web de la Jefatura de Gabinete, en el apartado Gestión de Empleo Público,
permite inferir la tendencia. Entre aprobaciones de órdenes de mérito,
aperturas de concursos y convocatorias a cubrir vacantes hasta junio, se apunta
a incorporar unos 3.000 nuevos agentes estatales. Lo curioso es que estos
procesos corresponden sólo al bimestre mayo-junio, sin movimiento en los meses
anteriores. En contrapartida, julio mantiene el ritmo con un total de 843
órdenes de mérito aprobadas para cubrir 116 cargos en el INADI y 727 en el
Ministerio de Desarrollo Social, al tiempo que se iniciaron convocatorias y
concursos para ocupar más de 1500 cargos en la Jefatura de Gabinete, el
Ministerio de Turismo, Trabajo, la Secretaría Nacional de la Niñez,
Adolescencia y Familia, la Superintendencia de Salud y el Conicet. Ahora queda
por ver cuál será la reacción de la ministra de Economía, Silvina Batakis,
quien en sus primeros anuncios de medidas económicas la semana pasada apuntó a
que el “congelamiento de personal vigente se ampliará a todos los organismos
del Estado”
Aun así, el gasto en personal está lejos de ser el que
más aumentó durante los primeros meses del año. En el podio, sin ninguna
novedad, se ubica el gasto en energía que mantiene en jaque tanto las cuentas
fiscales como las reservas del Banco Central. En este sentido, los subsidios
económicos anotan una suba real de 38% mientras que es el gasto en programas
sociales el que secunda este incremento, con un aumento de 29% interanual. En
tanto, las transferencias a las provincias crecieron 13,1% mientras que las
asignaciones familiares lo hicieron en 11,7% real. Últimos de la lista quedaron
los jubilados y pensionados, que insumieron un gasto 6,3% mayor al del primer
semestre del año pasado y la obra pública, con una leve variación de 0,6% en
“gastos de capital”.