ENTREVISTA EN UNA NOTA DE GUSTAVO GIMÉNEZ
(6.9.2022)
EL DÓLAR SOJA DE
MASSA GENERA $ 300.000 MILLONES DE DEUDA
El anuncio del ministro de Economía del nuevo dólar soja a $ 200, ante
un selecto auditorio compuesto por los empresarios más importantes del agro
negocio, con el objetivo de conseguir U$S 5.000 millones para las reservas
durante este mes de setiembre omitió un “detalle” que este lunes se conoció al
publicarse el decreto 526/2022.
Por esta norma se endeuda al Tesoro en bonos en dólares por un valor
equivalente $ 300.000 millones, para cubrir el descalce que se le produce al
Banco Central entre el valor oficial de la divisa y este dólar especial. Por si
fuera poco, los analistas anuncian un nuevo aumento de las tasas de interés,
que ya arañan el 100% anual para rescatar los pesos que va a emitir el Banco
Central. Más inflación, endeudamiento, tasas que enfrían la actividad
económica, salarios e ingresos populares por el piso y una entrega tras otra,
es el menú económico del gobierno para cumplir con el FMI.
En el artículo 14 del DNU que reglamenta la operación del dólar soja a $
200 aparece una sorpresa que el ministro convenientemente calló: para cubrir el
bache que se le produce al Banco Central entre el valor del dólar oficial de $
140 y el nuevo dólar especial para la soja, el nuevo decreto autoriza al Tesoro
a emitir bonos en dólares destinados a cubrir el desfase del Banco Central, a
diez años de plazo y que pagarán intereses por un valor “igual a la tasa que devenguen las reservas
internacionales” durante ese periodo, que se cancelarán
semestralmente.
Si consideramos que la diferencia de $ 60 por dólar debe multiplicarse
por los posibles U$S 5.000 millones que se acordaron liquidar, estamos hablando
de una suma que estriba en $ 300.000 millones. Si dividimos esta cifra por el
actual dólar oficial la cifra da U$S 2.142 millones. Esos son los altos costos
de esta operación para comprar reservas.
Según el editorialista Esteban Lafuente del diario La Nación (1), los “datos oficiales de la Secretaría
de Finanzas a fines de julio de este
año, la deuda bruta total llegó a US$ 380.760 millones, unos US$ 35.747
millones más que un año atrás”. Una deuda compuesta por un 33% de
instrumentos en pesos y un 67% en moneda extranjera, cuyo volumen se incrementó
en los últimos 12 meses en moneda extranjera “en US$ 1676 millones, mientras que el conjunto de instrumentos en
moneda local creció en US$ 34.071
millones”.
Para el economista independiente Héctor Giuliano al volumen de deuda pública total
mencionado por Lafuente hay que sumarle otros U$S 13.000 millones del bono
atado al crecimiento del PBI, que no es tomado en cuenta en el cálculo
global.
Al mismo tiempo, para comprar los dólares traídos por los exportadores,
una vez descontadas las reservas el Banco Central deberá emitir muchos miles de
millones de pesos. Para neutralizar esta emisión de su efecto inflacionario y
retirar esos pesos del mercado, el Banco Central deberá emitir nuevas Leliqs.
Los analistas económicos descartan que para que estos nuevos títulos del BCRA
sean atractivos se subirá de inmediato nuevamente las tasas de interés. En las últimas
emisiones de LECERS la llamada tasa efectiva anual llego al 98%, ahora se
espera que superen largamente esas cifras. Giuliano comenta que se
menciona un aumento de hasta 10 puntos en esas tasas.
Esto no solo sigue inflando la bomba de endeudamiento del Banco Central,
que ya lleva emitidas alrededor de 7,5 billones de pesos y el crecimiento
del pago de intereses que devengan estas cifras astronómicas, sino que
encarecen el crédito local y llevan a un enfriamiento creciente (recesión) de
la actividad económica.
La aparición de este dólar soja a $ 200 ha desatado una ola de reclamos
de otros sectores empresarios del campo y la industria que protestan contra la
discrecionalidad de una medida de la cual no se ven beneficiados. Igualmente,
como señala el economista Fernando Camusso, citado en el artículo de La
Nación, “el problema de reservas no es de stock, aunque obviamente es una
consecuencia. El problema es de
flujos…”.
O sea que, para no volver a tener problemas con las reservas de octubre
en adelante, el gobierno va a tener que ir postergando el vencimiento de este
régimen. Una tendencia creciente para favorecer a los grandes exportadores:
dólar especial para la minería, para la industria automotriz y del
conocimiento, etc. Un desdoblamiento cambiario creciente que implica una
paulatina devaluación de la moneda con el efecto directo sobre el ritmo inflacionario
que esto significa.
En este sentido, para Jorge Vasconcelos de la Fundación Mediterránea,
como Massa adelantó que se van a “esterilizar” los pesos que deba emitir el
Banco Central, se “seguirán
subiendo las tasas, seguirán inflando los pasivos remunerados del Central
y recogiendo liquidez con tasas efectivas anuales del 100% o más”. Si
el ajuste fiscal no es lo suficientemente grande “la devaluación quedará como la primera opción para licuar la creciente
deuda del Central” (2).
En tanto, Massa viaja a Estados Unidos en busca de más préstamos en
dólares e inversiones. O sea, de más deuda y entrega a las multinacionales de
nuestros recursos. Se entrevistará con las autoridades del FMI y del Tesoro
norteamericano buscando que le aprueben la revisión de setiembre y el
desembolso de otros U$S 4.000 millones para cubrir los vencimientos el
fraudulento crédito Stand By contraído por Macri. Lo hará también con los
titulares del BID y el Banco Mundial para que le desembolsen créditos por
varios cientos de millones de dólares. Seguirá intentando obtener de los
buitres líneas de Repo e intentará firmar jugosos contratos para la extracción
de fuentes energéticas, fundamentalmente del cada vez más cotizado litio.
El ministro defendido y sostenido por La Cámpora, elogiado recientemente
por Máximo, está realizando en tiempo récord todo lo que el relato K denostaba.
Nos está súper endeudando, cuando el orgullo de Cristina eran las políticas
de “desendeudamiento”, le
está dando enormes concesiones a los especuladores y oligarcas del agro negocio
tan criticados hasta hace poco por Alberto y la jefa. Defiende un brutal ajuste
para achicar el déficit fiscal –hasta hace poco la vice defendía el déficit- e
intenta mantener el cortes monetario exigido por el FMI–que para Cristina era
innecesario porque no genera inflación-. De la promesa de “que los salarios le ganen a la inflación” ya
no se habla, a lo sumo se prometen unos pesos de la enorme recaudación esperada
para destinar a los sectores vulnerables, que el arrepentido de romper con el
gobierno, el dirigente de Patria Grande, Juan Grabois, defiende como una gran conquista. Sobran las
palabras.
En resumen, como señala Giuliano “esto es un endeudamiento para comprar reservas, una maniobra
irracional, tomar deuda para acumular reservas internacionales como garantía de
la deuda externa ¿Para qué sirve esa garantía? Para ir al mercado internacional
de capitales y colocar más deuda mostrando que tenés más reservas en el Banco
Central. El gran objetivo de Massa es dar un salto cualitativo volviendo la
Argentina al mercado internacional de capitales. En estos dos años el país
colocó deuda local, pero el compromiso con el Fondo Monetario era regularizar
las cuentas públicas para que el país vuelva al mercado internacional de
deuda”.
1. Art. “El dólar soja
incluye que el Tesoro emita deuda en dólares”, publicado en La Nación del
05/09/2022.
2. Art. “Economistas
advierten por el frente monetario”, publicado en la Ed. Impresa de La Nación
del 05/09.