de la agenda transhumanista?
POR AGUSTINA SUCRI
El galardonado
inventor y escritor Raymond Kurzweil vaticina que nuestro cerebro estará
conectado a Internet a principios de la década de 2030. Esto se hará mediante nanotecnología colocada
en nuestra neocorteza cerebral, que transmitirá y recibirá datos de la nube.
Afirma que estos nanobots sustituirán y ampliarán las capacidades de
reconocimiento de patrones de nuestro cerebro.
En tanto, el Foro
Económico Mundial también se hace eco de este concepto y afirma que los
teléfonos inteligentes serán sustituidos por implantes en nuestro cuerpo en
2030. “Esta agenda se está desarrollando e impulsando en la sociedad a un ritmo
alarmante”, alerta el médico estadounidense Jason Dean, quien abordó la
temática en una reciente presentación.
En 2013 la Casa
Blanca, con el apoyo de varias agencias federales y decenas de empresas
tecnológicas, anunció la iniciativa BRAIN (Brain Research Advancing Innovative
Neurotechnologies), que se propone desarrollar la manipulación y curación del
cuerpo mediante la nanotecnología. También busca desarrollar microsistemas de
interfaz neuronal totalmente implantables, capaces de comunicarse de forma
inalámbrica con módulos externos y de transmitir datos entre el cerebro y el
mundo digital. Tras esta iniciativa, DARPA lanzó en 2018 una campaña de dos mil
millones de dólares para desarrollar la próxima ola de tecnologías de
inteligencia artificial (IA).
Lo cierto es que
la nanotecnología ya se está desplegando a gran escala con las vacunas
experimentales de ARNm covid-19. La vacuna anual contra la gripe también ya se
está combinando con vacunas de ARNm y ambas se están sugiriendo como parte del
calendario de vacunas infantiles. “Para peor, nuestros hijos están siendo
adoctrinados para aceptar esta nueva tecnología con películas como Big Hero 6
de Disney, donde el protagonista inventa microbots que trabajan juntos como un
enjambre y son controlados por la mente”, subraya Dean.
"¿En qué
momento esta tecnología pasa de dar a nuestro cerebro acceso a datos
instantáneos a dar a la tecnología el control sobre nuestro cerebro y nuestro
comportamiento? Es un pensamiento muy
aterrador, pero esta es la dirección hacia la que se dirige la humanidad”, añade.
En un artículo
publicado en marzo, el médico estadounidense Joseph Mercola también analiza los
riesgos de la agenda transhumanista y brinda recomendaciones sobre cómo luchar
contra ella y proteger nuestra privacidad.
"Los
transhumanistas no tienen que ponerte un microchip en el brazo para obtener el
control, ya alteran la realidad y lavan el cerebro a la población mediante la
recopilación de datos y la manipulación de la información”, señala Mercola,
quien aclara que la noción de transhumanismo se está investigando y explorando
activamente, aunque en cierto modo ya está aquí. “Mucha gente considera que el
transhumanismo es convertir a los seres humanos en robots, pero en realidad
describe un movimiento social y filosófico que implica el desarrollo de tecnologías
de mejora humana”, explica.
Para Mercola, la
agenda transhumanista tiene como objetivo final controlar a la población
humana. “El proceso se ha acelerado por la pandemia de covid, y en los últimos
dos años, la cúpula global ha logrado influir en el comportamiento,
principalmente a través del miedo y la creación de narrativas”, sostiene.
La mayoría de la
gente no se da cuenta de que está siendo vigilada las 24 horas del día, y la
mayor parte de la vigilancia de nuestra vida la estamos permitiendo ya que
renunciamos a la privacidad y consentimos la vigilancia a cambio de comodidad,
apunta.
"Google es
uno de los principales culpables y el agresor más atroz, y tiene un gran
control e influencia ya que, en todo el mundo, el 93% de las búsquedas realizadas
en línea utilizan Google. Es el mayor monopolio de la historia del mundo”,
remarca Mercola.
Este médico apunta
que, en el futuro, es posible que el transhumanismo utilice tecnologías que se
implanten físicamente en el cuerpo o el cerebro humano para ofrecer una
cognición sobrehumana o formas de control mental. Sin embargo, en este momento
el transhumanismo ya está ocurriendo, no a partir de un dispositivo
implantable, sino a través de la psicosis de formación de masas y la
manipulación de la información, expresa.
Como ejemplo clave
cita el término "psicosis de formación de masas", que el doctor
Robert Malone, inventor de la tecnología de la plataforma central de la vacuna
de ARNm y ADN, mencionó en un episodio de "The Joe Rogan Experience"
el 31 de diciembre de 2021. El episodio fue visto por más de 50 millones de
personas.
El 2 de enero, la
“psicosis de formación de masas” alcanzó un valor de 100 en Google Trends, lo
que significa que había alcanzado el pico de popularidad, después de que
anteriormente fuera prácticamente desconocida. “Los tecnócratas no tardaron en
actuar, manipulando los resultados de las búsquedas y llenando Google de
propaganda para desacreditar a Malone y a la teoría de la psicosis de formación
de masas, a pesar de que Mattias Desmet, profesor de psicología clínica de la
Universidad de Gante (Bélgica), que tiene 126 publicaciones en su haber, lleva
muchos años estudiándola y el fenómeno se remonta a más de 100 años atrás”, comenta
Mercola.
Detalla que
quienes están bajo el hechizo de la psicosis de formación de masas se centran
obsesivamente en un fallo del mundo normal o en un acontecimiento o persona
concreta -en este caso, el covid- que se convierte en el centro de atención y
puede controlar eficazmente a las masas. “El fenómeno conduce al pensamiento
totalitario y, eventualmente, a estados totalitarios y está claro que Google no
quería que lo supieras”, dice Mercola.
En ese sentido,
argumenta que, debido a su monopolio, Google controla lo que uno ve manipulando
los resultados de las búsquedas y censurando sitios web o etiquetándolos como
"información errónea". “Si quieres averiguar cómo estar realmente
sano, por ejemplo, la información existe en Internet -está ahí- pero no podrás
encontrarla fácilmente si no sabes dónde buscar debido a la forma en que Google
controla la información”, asegura el médico, quien agrega que, al manipular la
información, pueden moldear y alterar la realidad sobre cualquier tema -desde
el covid hasta Ucrania- para que se ajuste a su agenda. “No es sólo el motor de
búsqueda de Google el que rastrea lo que hacés, sino también tu navegador”,
puntualiza.
En esa línea,
agrega que el navegador Google Chrome rastrea todo lo que hacemos online,
mientras que Gmail captura cada carácter que escribimos, y lo guarda en sus
servidores indefinidamente.
"Si utilizas
parlantes inteligentes en tu casa, como Alexa y Google Home o la aplicación
para smartphones Google Assistant, existe la posibilidad de que haya gente que
esté escuchando tus solicitudes, e incluso pueden estar escuchando cuando no te
lo esperas. Incluso los termostatos inteligentes pueden tener micrófonos”,
sugiere Mercola, quien no duda en preguntar: “¿Alguna vez has tenido una
conversación telefónica con alguien y luego, en la siguiente hora o día, has
empezado a recibir anuncios relacionados con algo de lo que hablaste?”.
"Este es un
poderoso ejemplo de la cantidad de datos que están recopilando sobre ti y de
cómo los utilizan para controlar y manipular tu comportamiento. No necesitan un
dispositivo transhumanista futurista para entrar y manipular tu cerebro: ya lo
están haciendo sin él”, prosigue.
REDISEÑAR LA VIDA
Mercola también se
refiere a los objetivos que persiguen personas como el transhumanista Yuval
Noah Harari, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén y uno de los
principales asesores de Klaus Schwab, propietario y presidente del Foro
Económico Mundial.
"Es
importante tener en cuenta que Schwab, el FEM y Harari hablan abiertamente del
transhumanismo como parte de ‘El gran reseteo’, y Harari admite que los datos
podrían permitir a las élites humanas hacer algo más que ‘construir dictaduras
digitales’", enfatiza.
"Al hackear
los organismos", dice Harari, "las élites pueden obtener el poder de
rediseñar el futuro de la vida misma, porque una vez que puedes hackear algo,
normalmente también puedes diseñarlo". Pronto, vaticina Harari, algunas
corporaciones y gobiernos podrán "hackear sistemáticamente a toda la
gente". Y, si consiguen hackear la vida, lo describe como la "mayor
revolución en la biología desde el comienzo de la vida hace 4.000 millones de
años". ”Según Harari, durante 4.000 millones de años, nada fundamental
cambió. La ciencia está sustituyendo la evolución por selección natural por la
evolución por diseño inteligente. No el diseño inteligente de algún dios por
encima de las nubes, sino nuestro diseño inteligente, y el diseño inteligente
de nuestras nubes -la nube de IBM, la nube de Microsoft- son las nuevas fuerzas
motrices de la evolución", pone de manifiesto Mercola.
Una vez hackeada
la vida humana, los hackers mantendrán el control sobre ella, un proceso que se
ha acelerado con la pandemia. Después de todo, dijo Harari, "se suele
decir que nunca hay que dejar que una buena crisis se desperdicie".
Mercola apunta que
la vigilancia es una parte clave del plan de control totalitario global, y
Harari dice que dentro de 100 años, la gente podrá mirar atrás e identificar la
pandemia de covid como el momento en que un nuevo régimen de vigilancia tomó el
control - "especialmente la vigilancia bajo la piel".
A pesar de que un
implante cerebro-ordenador permitió recientemente a un hombre totalmente
paralizado comunicarse con su familia y sus médicos con sus pensamientos, “no
creo que la tecnología haya avanzado hasta el punto de que se estén utilizando
microchips implantables como interfaces cerebro-máquina para controlar los
pensamientos”, aclara Mercola, quien inteligentemente hace hincapié en que lo
que sí existe en la actualidad son los pasaportes vacunas, que pueden progresar
hasta convertirse en identificaciones digitales, que luego conducirán a las
monedas digitales de los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés), el
final del juego.
“Las monedas
digitales de bancos centrales parecen ser inevitables; no es cuestión de si las
van a tener o no, sino de cuándo. Una vez que las CBDC se generalicen, podrán
controlarlo todo, ya que será difícil sobrevivir sin ellas”, vaticina, para
luego concluir: “No tienen que ponerte
un microchip en el brazo para conseguir este control inconmensurable: podrán
seguir y controlar todos tus movimientos a través de las CBDC”.
RESILIENCIA
En opinión de
Mercola, optimizar nuestra salud es una de las mejores medidas que tenemos para
desarrollar nuestra resiliencia personal frente a cualquier nueva amenaza que
se nos presente. Señala tres prioridades principales:
1. Evitar los
aceites de semillas en la dieta: los aceites de semillas, que a menudo se
denominan aceites vegetales, están ocultos en prácticamente todos los alimentos
procesados, incluidos los alimentos de los restaurantes. Prácticamente no hay
nada más destructivo para el cuerpo que producir enfermedades del corazón,
cáncer, degeneración macular relacionada con la edad, diabetes, obesidad y
demencia. Incluso si se eliminan los alimentos procesados y otras grandes
fuentes del aceite de semillas, como las salsas y los aderezos para ensaladas
en los restaurantes, se puede seguir sufriendo el impacto de estas toxinas
perniciosas porque están ocultas en alimentos aparentemente ‘saludables’ como
el pollo y el cerdo. Estos animales son alimentados con granos cargados de
ácido linoleico, grasa omega-6, que se encuentra en la mayoría de los aceites
de semillas y causa daños a la salud cuando se consume en los niveles excesivos
que son comunes hoy en día.
Mucha gente come
mucho pollo porque se percibe como un alimento saludable y es barato, pero es
una fuente importante de ácido linoleico. En tu propia cocina, ejemplos de
grasas saludables para usar en lugar de aceites de semillas son la grasa
vacuna, la manteca o el aceite de coco.
2. Evitar la
sobrecarga de hierro: en los hombres o en mujeres posmenopáusicas, la
sobrecarga de hierro puede poner en riesgo la salud. Como potente oxidante, el
hierro puede dañar los tejidos y perjudicar la función mitocondrial. El cuerpo
tiene una capacidad limitada para excretar el hierro, lo que permite que se
acumule en los órganos, incluidos el corazón, el hígado y el páncreas. Los
hombres y las mujeres posmenopáusicas pueden reducir el riesgo de sobrecarga de
hierro donando sangre dos o tres veces al año. Es un remedio eficaz y barato
que también ayudará a los demás.
3. Exponerse al
sol con regularidad: salir al aire libre bajo el sol, exponiendo la mayor parte
posible de la piel es la mejor manera de garantizar que los niveles de vitamina
D se optimicen.
Al exponerse al
sol, también aumenta la forma activa de la vitamina A junto con la melatonina
mitocondrial, un antioxidante profundamente importante dentro de las
mitocondrias que reduce el estrés oxidativo.
Por último,
Mercola sugiere “desgooglearse”. “No hace falta estar en Google.com para
arriesgar tu privacidad y ser vigilado. Es mucho más pernicioso que esto, ya
que tus datos pueden ser capturados mientras estás, por ejemplo, hablando por
teléfono”, alerta, para luego añadir: “Las aplicaciones pueden rastrear y
recopilar tus datos, que luego se utilizan básicamente para lavarte el
cerebro”.
En esa línea
apunta que es posible eliminar la presencia de Google en el teléfono móvil
adquiriendo un teléfono Android que no tenga el sistema operativo de Google,
pero habrá que encontrar a un informático experto que pueda reformatear el
disco duro del teléfono.
"Puedes
ayudar a proteger tu privacidad y luchar contra el movimiento transhumanista
evitando todos los productos de Google”, anima Mercola, quien aconseja:
*Dejar de usar los
motores de búsqueda de Google y probar Brave en su lugar.
*Desinstalar
Google Chrome y utilizar en su lugar el navegador Brave, disponible para todos
los ordenadores y dispositivos móviles. Bloquea los anuncios y protege tu
privacidad.
*Si tienes una
cuenta de Gmail, prueba en su lugar un servicio de correo electrónico que no
sea de Google, como ProtonMail, un servicio de correo electrónico cifrado con
sede en Suiza.
*Dejar de usar
Google Docs.
*Si sos estudiante
de secundaria, no conviertas las cuentas de Google que creaste como estudiante
en cuentas personales.