fomenta el subdesarrollo crónico
Por Carlos Andrés
Ortiz
Informador
Público, 6-5-23
Se citan algunas
de las múltiples y constantes acciones del ecologismo de tinte cavernario, que
evidencia ser el de más frecuente recurrencia entre los militantes de ese
pensamiento, ya transformado en ideología o mantra de credibilidad absoluta de
los “progres”, que lo apoyan y practican, sea eso desde “las izquierdas”
progres (hoy muy fuera de foco), o “las derechas” oligarcas que se suman al
neoliberalismo o el libertarismo; pero siempre en contra de Los Intereses
Nacionales, a los que ambos sectores desprecian o desconocen.
– Cuando se aprobó
la ejecución del puente Rosario-Victoria, un ignoto ecologista pretendió
impedirla, alegando que las construcciones de los pilares, “afectarían
irremisiblemente a los alevinos” (crías de peces); falso argumento que en
realidad buscó frenar el desarrollo que toda gran obra pública induce. Obra
terminada, y nadie reportó “muertes de alevinos”.
– Un par de décadas
atrás, hubo una muy fuerte y artera campaña orquestada por la británica ONG
pseudo ecologista Greenpeace en contra del desarrollo tecnológico nuclear
argentino, montada sobre golpes de efecto en la opinión pública (que del tema
sabe poco, pero teme mucho, en base al “dice que”). Uno de los ejes de eso fue
demonizar las supuestas “aguas radioactivas del subsuelo de Ezeiza”. La feroz
campaña desapareció de un día para otro, cuando se divulgó un estudio con bases
científicas, que precisó que el problema de las napas de agua, era causado por
grandes cantidades de materia fecal, ante la inexistencia de las necesarias
amplias redes de desagües cloacales.
– Como muchos
políticos están muy mal asesorados y son ignorantes totales acerca de tema de
la Energía Nuclear, varias provincias prohibieron que en sus territorios de
instalen nuevas centrales nucleares. Eso en buena parte es consecuencia de las
muy pobres o inexistentes campañas de difusión seria, sobre bases científicas
pero accesibles al común de la gente, institucionalmente por parte de la
Comisión Nacional de Energía Atómica y el INVAP, así como los profesionales del
sector, muy habituados a “hablar en difícil”, pero reacios a difundir e incluso
polemizar con los ecólatras y otros ignorantes, en forma comprensible para el
común de la gente.
– Hace una década
dos argentinos integraron la tripulación de un barco de la británica ONG
Greenpeace (que opera como extensión del MI6), que fue al Ártico a hostigar a
un barco ruso de exploración petrolera, siendo apresados en su lamentable rol
de marionetas del Imperio Británico. No parece casualidad, que la compatriota
que logró necia notoriedad en ese operativo, años después colaborara con el
apátrida neoliberalismo macrista.
– Feroz campaña de
“ecologistas” contra el fracking que se tiene que utilizar en el mega
yacimiento de Vaca Muerta, buscando paralizar las operaciones. Como no lograron
frenar la muy estratégica explotación del gran yacimiento, hoy clave para
terminar con las importaciones de hidrocarburos y posicionarnos como
exportadores, los ecólatras, tan afectos a escándalos y agresivas
manifestaciones, pasaron al silencio total. Es metodología usual que, cuando ya
no logra frenar la obra, cesa el acoso ecolátrico.
– Similar al caso
anterior, es el del proyecto de explotación off shore (mar adentro), del gran
yacimiento hidrocarburífero detectado frente a Mar Del Plata, pero a muchos
kilómetros de la costa. Los ecólatras de Greenpeace y otros entes similares,
publicaron falsos montajes fotográficos, según los cuales las plataformas
petroleras serían “visibles” desde la costa, lo que es una grosera mentira,
pues por la curvatura terrestre no se las verá desde las hermosas playas
marplatenses, ni desde edificios de altura. Otro montaje fue mostrar playas empetroladas,
lo cual es otra mentira alevosa, dada la distancia enorme, además que un
accidente o una falla con grandes pérdidas de petróleo es muy poco probable.
Además de la feroz campaña mediática, hicieron presentaciones judiciales, que
lograron demoras, pero ya fueron superadas, avanzándose en el importante
proyecto.
– En Santa Cruz,
los ecólatras buscaron impedir las construcciones de las grandes
hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, proyectos de larga data y muy
necesarios para proveer Potencia Firme y De Base, al sur del Sistema
Interconectado. Argumentaron “daños ambientales”. Un absurdo, en el seco y
desierto entorno de la Patagonia profunda. Con las obras en plena ejecución,
los escandalosos ecólatras, se llamaron a silencio. No lograron su negativo
propósito de impedir obras para el desarrollo.
– En Chubut,
mediante una amañada y feroz campaña de terrorismo ecolátrico, impidieron que
la minería se desarrolle en el estepario y deshabitado centro del vasto
territorio provincial. El desarrollo minero hubiese dado vida y empuje
económico a las vastedades áridas de las mesetas centrales chubutenses, las que
siguen languideciendo, al haberse evitado la explosión económica de empleos
bien remunerados que la minería y actividades conexas hubiesen aportado.
– En la
hídricamente muy rica provincia de Misiones, luego de una larga y muy falaz
campaña de terrorismo mediático de los ecólatras y de algunos operadores
privados que lucraron -y mucho- con los negocios conexos vinculados con la
termogeneración (usinas que consumen combustibles), se desembocó en un
plebiscito, en el cual los distintos partidos y sectores políticos compitieron desplegando
una amplia panoplia de groseras falsedades, en un proceso en el cual incluso
trascendió que se ejercieron fuertes presiones para evitar opiniones contrarias
a la brutal demonización que se desató en contra de las usinas hidroeléctricas.
El plebiscito no es vinculante, pero los ecólatras y los fuertes intereses
vinculados con la termogeneración pretendieron darle ese rol, del cual careció
desde siempre. El resultado técnico fue un empate, entre las montañas de
mentiras y tergiversaciones en las que incurrieron los diversos sectores
políticos involucrados en la fuerte campaña mediática que precedió a la
votación.
Los negacionistas
del terrorismo ecolátrico ocultaron en base a montañas de palabrerías
altisonantes, que desde hace décadas Misiones se abastece básicamente con
energía hidroeléctrica, primero provista desde Acaray (Paraguay), luego
Urugua-Í (Misiones), y Yacyretá (Ituzaingó, a pocos kilómetros de Misiones).
También ocultaron que la energía más barata que dispone Misiones es la producida
por Urugua-Í, y que esa central hidro nos libro del apagón masivo que sufrió
Argentina y partes de países limítrofes, ocasionado por la negligente falta de
mantenimiento durante el gobierno neoliberal macrista, del Sistema de Alta
Tensión. Además de ocho proyectos de mediana potencia, financiados con fondos
provinciales, y posiblemente perdidos en la nebulosa de archivos inhallables,
están los grandes proyectos binacionales de Corpus, Panambí y Garabí, de
grandes importancias energéticas, económicas y geopolíticas, con sus enormes
capacidades de generación de energía limpia y económica desperdiciadas.
– Claramente, los
ecólatras anti hidroeléctricos y antinucleares, son funcionales a la agenda
mundial, promovida por el Bloque Atlantista, que se opone a estos proyectos y
promueve las instalaciones forzosas de las intermitentes, poco eficientes y
costosas energías eólica y solar, que nos pueden llevar a la peligrosa pobreza
energética, que nos mantenga en el subdesarrollo crónico.