UN VALOR QUE APUNTALA EL DESARROLLO DE LA SOCIEDAD
Dos representantes
de un think tank húngaro visitan Buenos Aires para explicar el fenómeno Viktor
Orban
Guillermo Belcore
La Prensa,
04.06.2023
Por estas horas se
celebra en Buenos Aires el Primer Foro Panamericano de Jóvenes Políticos, un
coloquio con nuevas voces de ese creciente movimiento filósofico y cultural
sobre todo -pero político también-, que, por fin, parece haber perdido en
América y Europa el miedo y la vergüenza a reconocerse ante la opinión pública
como "derecha", incluso derecha pura y dura. Pudor, por cierto, insuflado desde hace
décadas por la izquierda gramsciana que ha ganado en el claustro y en la
mayoría de los medios occidentales la batalla por el "cambio del sentido
común", hasta al punto, por ejemplo, de hacer creer a millones de almas
ingenuas que la izquierda tiene el patrimonio exclusivo de la ética. Pero,
felizmente, soplan nuevos vientos; lo acabamos de ver en España. "Apuntamos
a ser la contracara propositiva del Foro de San Pablo y del Grupo de
Puebla", resalta el coordinador Enzo Di Fabio, joven profesor de
Filosofía, oriundo de Mendoza.
Llegó al país una
delegación de Hungría, invitada para explicar a los participantes de Argentina,
Chile, Brasil, Paraguay, entre otros países latinoamericanos, una novedad muy
interesante de Budapest: el surgimiento y consolidación de una Derecha Popular,
imbatible en las urnas, que ha plantado cara al pensamiento único progresista
transfronterizo. "La manifestación del instinto de supervivencia nacional
en una emergencia que afecta a la identidad del común", en palabras del
catedrático Miguel Iribarne, destacado colaborador de La Prensa. Nos referimos,
claro está, al fenómeno Víktor Orban, primer ministro del país magiar.
La delegación
húngara la integran tres personas: la eurodiputada Enikö Györi y dos
integrantes del think tank Centro de Derechos Fundamentales (https://alapjogokert.hu/en/): Dóra Gulyás,
directora de comunicaciones; y el politólogo español Jorge González
Gallarza. Los dos expertos conversaron
con La Prensa el viernes pasado en el NH Buenos Aires City, a metros de la
Plaza de Mayo. Asistieron a la charla la embajadora de Hungría en la Argentina,
Edit Bucsi-Szabó; y la cónsul y encargada de Asuntos Políticos, Carmen
Csernelházi.
"Básicamente,
a ambos lados del Atlántico, hay dos clases de think tank", explica
González Gallarza. "Los académicos y los políticos, como el nuestro.
Operamos con un gabinete político, creamos conexiones entre intelectuales y
dirigentes, ayudamos para que este mensaje húngaro conservador llegue a todo el
mundo. Todos los años organizamos un gran evento, el CPAC (siglas en inglés de
Conferencia de Acción Política Conservadora), versión húngara del encuentro que
se celebra en Estados Unidos, la reunión conservadora internacional más
importante del mundo. En el último, estuvo presente el presidente Orbán, el
primer ministro de Georgia, el ex premier de la República Checa, y dos
congresistas estadounidenses, entre otras personalidades. Intercambiamos puntos
de vista y nos esforzamos por construir un discurso unificado. Quiero destacar
que hay una creciente participación hispana en el CPAC".
-¿Argentinos?
-En el evento anterior
estuvo presente Mariano Gerván. Y el chileno José Antonio Katz.
LO OBVIO
Los lemas del
Centro -apunta Dóra Gulyás- son "Nación, Sentido Común,
Cristianismo".
¿Qué significa, en
su visión, sentido común?, preguntamos.
"Cuando
Hungría reformó, por amplia mayoría, la Constitución en 2011, voces airadas se
escucharon en Europa Occidental. ¿Por qué el cambio?, nos preguntaban. Porque
queremos volver a la normalidad, respondió el presidente Orban. Hungría
reconoce en su ley máxima el respeto de la vida humana desde la concepción, el
valor central de la familia, el matrimonio entre hombre y mujer y el papel del
cristianismo en la pervivencia de la nación. Eso es lo obvio. El sentido común
del que hablamos en nuestro lema del Centro", responde la señora Gulyás.
"Nosotros
participamos de este importante Foro en Buenos Aires -añade- porque creemos que
el modelo político de Hungría se considera un referente, un caso de éxito de
esa visión conservadora que está avanzando en el mundo".
En la reunión del
CPAC de mayo de 2012 en Budapest, el presidente Orban dio doce consejos a los
conservadores de ambos lados del Atlántico para asegurar la hegemonía
ideológica en las elecciones de 2024. Los doce puntos son los siguientes:
* Defender los
intereses nacionales en política interior y exterior.
* Influir en los
medios de comunicación.
* Exponer las
intenciones de sus oponentes.
* Economía,
economía, economía.
* No dejarse
marginar por las teorías conspirativas.
* Leer todos los
días.
* Tener fe.
* Encontrar
amigos.
* Construir
comunidades.
* Construir
instituciones.
* Reconquistar las
instituciones en Washington y Bruselas.
LAS RAICES
¿Por qué
consideran importante que un think tank político destaque su carácter
cristiano?, preguntamos a los visitantes.
Nos explican que
al Centro le interesa "divulgar los valores que son propios del
cristianismo". Dicho de otro modo, "el cristianismo es un valor que
apuntala a la sociedad". Contribuye "a una mejor convivencia
comunitaria", a la construcción de "una sociedad más próspera" e
"incluso a la salud mental de la población".
En la sociedad
húngara -añaden- se percibe un fenómeno poco habitual en Occidente: muchos
jóvenes participan con entusiasmo de las actividades de las iglesias. Hay un
redescubrimiento de las raíces cristianas de Hungría y esto, sin desmerecer la
importancia espiritual, redunda en una sociedad más sana y al desarrollo
económico, destacan.
"Hace dos
años -explica Jorge- el Fides, partido de gobierno de Hungría, fue expulsado de
la internacional Demócrata Cristiana, no obstante sigue considerando que forma
parte de ese colectivo, pero tal como se entendía décadas atrás: sostenemos que
el cristianismo forma parte de la identidad nacional. Las políticas de Víktor
Orban están permeadas por esa visión, tanto en asuntos de natalidad y ética
familiar como la protección de las fronteras. Esto ha sido totalmente
abandonado en la Europa occidental, tanto en los partidos como en la oposición
de centroderecha que se han secularizado por completo convirtiéndose al
liberalismo moral. Aunque ahora, desde Suecia al Mediterráneo, estamos
percibiendo una reacción de los pueblos".
Para combatir el
comunismo -escribió el polaco Czeslaw Milosz- se necesitaba no sólo de armas,
también de una "visión del hombre". También para revertir el
pensamiento único de matriz socialista-, que tanto daño hace, uno puede colegir
como conclusión de la charla.