DE LA DEUDA PÚBLICA EN PESOS
Por Héctor
GIULIANO
(13.7.2023)
En los últimos
tiempos, el gobierno Fernández-Fernández (FF)-Massa ha producido un cambio muy
importante en la estructura de la Deuda Pública en Pesos que está en cabeza del
Tesoro Nacional.
Según datos
oficiales del Ministerio de Economía (MECON) al 30.9.2022 – último Informe
Trimestral de la Deuda Pública
disponible – el stock de la Deuda era a esa fecha de 410.900 MD (Millones de
Dólares, prácticamente 411.000 con redondeo de cifras), equivalentes a (≡) 85.9 B$-Billones de Pesos, unos 86 B$).
De este monto, el
33 % es Deuda nominada en Pesos y el 67 % Deuda en Moneda Extranjera.
Además, por Tipo
de Acreedor, la tenencia del total de la Deuda correspondía 46.0 % al propio
Sector Público, 35.5 % al Sector Privado y el 18.5 % restante a Organismos
Financieros Internacionales (OFI) /Bilaterales.
Este dato es
importante porque indica que a esa fecha casi la mitad de la Deuda Pública está
en manos del propio Estado (Deuda Intra-Estado), pero esta situación estaría
cambiando porque en los últimos meses el gobierno FF-Massa ha venido
malvendiendo en el Mercado gran parte de esos Títulos Públicos a compradores
especulativos privados, dado que los mismos cotizan a un promedio del 32 % de
su Valor Nominal.
Es decir, que la
administración Kirchner se ha venido (y se sigue) desprendiendo de una gran
cantidad de Letras y Bonos del Estado que están en su poder – y que algunas
fuentes estiman fueron más de 4.000 MD sólo en lo que va del corriente año) – y
lo ha hecho a un tercio de su Valor de Mercado; de forma que estos nuevos
acreedores privados pasan a estar en condiciones de reclamarle al Estado
Argentino tales títulos al 100 % de su valor (que es el Valor Nominal o Nocional).
La mayoría de
estos papeles en cartera son vendidos por el Fondo de Garantía de
Sustentabilidad-FGS de la ANSES - que es plata de los Jubilados - y por el
Banco Central (BCRA), y se entiende también por parte de otros organismos
estatales (como el caso del BNA-Banco Nación Argentina, el BICE y otros Entes
Oficiales).
En la práctica, es
un proceso que correspondería a una suerte de vaciamiento financiero parcial
del Estado.
Estas
informaciones, empero, son difíciles de cuantificar porque dependen de
estimaciones privadas y/o trascendidos periodísticos, puesto que los datos son
mantenidos en secreto por parte de las autoridades.
Dicho con otras
palabras: que el gobierno se está desprendiendo a precio vil de Títulos
Públicos en cartera de la Deuda Intra-Estado que tienen el doble efecto de
descapitalizar al Estado – específicamente, a la ANSES – y a la vez exponerlo a
reclamos mucho mayores por parte de los Fondos Buitre que participan de este
negociado.
Pero volviendo al
tema central de esta nota, que es la Deuda Pública en Pesos, hay que destacar
aquí que desde la asunción de Sergio Massa al frente del MECON se ha producido
una rápida Dolarización Indirecta de esta Deuda en Moneda Nacional porque, a
medida que se van renovando las amortizaciones al vencimiento (roll over
sistemático y total de las obligaciones del Estado) y que se va agregando Deuda
Nueva, prácticamente la totalidad de los nuevos títulos se colocan con
cláusulas de ajuste o indexación por Tipo de Cambio, es decir, por Dólar
Oficial.
Estrictamente
hablando, los bonos se indexan por Inflación (CER-Coeficiente de Estabilización
de Referencia, que replica el IPC-Índice de
Precios al Consumidor) y/o por Tipo de Cambio Dólar, el que de ambos
resulte mayor como ratio de ajuste; de modo que tal indexación nunca resulte en
valores menores a la variable más alta (que obviamente es la mejor para los
Acreedores y la peor para el Estado).
Este proceso es
muy importante porque implica un mecanismo de Deuda en Pesos ajustada por
Moneda Extranjera: el Tipo de Cambio Dólar.
En la práctica,
significa así una dolarización – directa e indirecta – de toda la Deuda
Pública.
En este momento –
según cálculos a Junio/2023 – se estima que prácticamente la totalidad de la
Deuda en Pesos ya ha sido Dolarizada de este modo (un 96.4 % del total).
Hasta ahora, se
habla muy poco de este mecanismo de conversión indirecta de Deuda a Moneda
Extranjera – que se abona en pesos, no en divisas – y sobre todo de sus muy
discutibles “ventajas”.
Cabe destacar que
estas operaciones se habrían dado y acelerado durante los meses de este año de
la gestión Massa y mientras se llevan a cabo las nuevas negociaciones con el
Fondo Monetario Internacional (FMI), descontándose la responsabilidad operativa
del Vice-Ministro de Economía Gabriel Rubinstein, del Secretario de Finanzas
Eduardo Setti y del asesoramiento del ex negociador de la Deuda en las
Reestructuraciones de Alfonsín en 1985-87, del Plan Brady en 1992-1993 y del
Megacanje De la Rúa-Cavallo del 2001,
que es Daniel Marx.
Así como la
co-responsabilidad directa de la actual titular de la ANSES, Fernanda Raverta,
que tiene la obligación de defender el valor de la cartera de títulos del FGS.
Aunque, repetimos,
como estas informaciones y datos el gobierno las mantiene en secreto – igual
que todos los gobiernos - la magnitud de las operaciones realizadas no se puede
conocer por acceso directo.
Tal lo que está
pasando hoy en materia de Deuda Pública en Pesos del Tesoro Nacional y cuya
importancia los economistas del establishment soslayan hablar.
Además, como
agravante, con esto pudiera quedar abierta también la posibilidad de aplicar un
tratamiento análogo a los Pasivos Remunerados del Banco Central (BCRA), que
actualmente suman 16.0 B$ por concepto de Letras de Liquidez y otros 3.9 B$ por
Pases Pasivos: un quantum de 20.0 B$ en total.
Un tema que no es
descartable dada la magnitud ya inmanejable del stock de la Bomba de las Letras
de Liquidez (LELIQ) emitidas por este gobierno kirchnerista y las graves
dificultades para poder encarar un nuevo Plan Bonex o traspaso de las
obligaciones de Corto y Cortísimo plazo del BCRA (Leliq a 28 días y Pases a
sólo un día de plazo) por conversión a Deuda del Tesoro a términos de pago más
largos pero con indexación por Tipo de Cambio.
De esta manera, el
proceso de Dolarización Indirecta de la Deuda Pública – Fiscal y Cuasi-Fiscal
(BCRA) – pasaría a convertirse en el preludio avanzado de una Nueva
Convertibilidad hacia la cual, con sus medidas, tiende de hecho la actual
administración, con proyecciones de Economía Bimonetaria formal para después de
las Elecciones, con el advenimiento del próximo Gobierno, cosa – esta última –
que por el momento es sólo una Hipótesis de Trabajo, aunque con indicios
ciertos de base.