redobla su apuesta por la “salud sexual” y el
transgenerismo
By Rebecca Oas,
Ph.D. and Stefano Gennarini, J.D.
WASHINGTON, D.C.,
12 de enero 2024 (C-Fam)
El Director
General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los líderes
mundiales que “contrarresten la oposición conservadora” a los derechos sexuales
y “promulguen legislación progresista” como un “imperativo de derechos
humanos”, incluida la derogación de leyes que criminalizan la homosexualidad,
el trabajo sexual y la transmisión del VIH.
Tedros Adhanom
Ghebreyesus reafirmó su compromiso de promover el componente “sexual” de la
“salud sexual y reproductiva” en un boletín de la OMS fechado el 1 de enero. El
boletín, que comunica oficialmente la posición de la agencia internacional de
salud, declara que la “salud sexual” incluye “ La atención que afirma el
género” y la afirmación de los “derechos sexuales”, entre otras afirmaciones
controvertidas, deben ser tratadas como obligaciones de derechos humanos y “no
como cuestiones sociales marginales”.
El boletín envía
un fuerte mensaje de que la OMS está comprometida en promover el transgénero
bajo el lema de la “salud sexual”, el aborto como un derecho humano y la noción
de “derechos sexuales”. Es el respaldo de más alto nivel que ha recibido esta
controvertida agenda social, a pesar de que incluye temas que son muy
controvertidos en la mayoría de los países y dentro de la comunidad
internacional.
Los países
conservadores criticarán el boletín por infundado porque la Asamblea General de
la ONU o la Asamblea Mundial de la Salud, el órgano rector de la Organización
Mundial de la Salud, han rechazado repetidamente la noción de “derechos
sexuales” y las cuestiones controvertidas específicas promovidas en el boletín.
El boletín refleja
la redacción y las preocupaciones de un comunicado de prensa de la OMS con un
mensaje de Pascale Allotey, directora del “Programa de Reproducción Humana” de
la ONU el año pasado. Su mensaje respondió a una pregunta sobre qué pasaría “si
simplemente eliminamos la sexualidad de la “SSR” y nos centramos en la salud
reproductiva, garantizando una agenda no controvertida” centrada en la salud
materna. Su mensaje parecía responder a un memorando del Ministerio de Salud de
Zambia que se oponía al uso de la frase “salud y derechos sexuales y
reproductivos” (SDSR) porque “la inclusión de las palabras ‘sexuales’ y
derechos en la misma frase es la inclusión de [LGBTQ ] derechos.”
El concepto de
“derechos sexuales” ha sido rechazado en las negociaciones de la ONU desde
mediados de la década de 1990, cuando los términos “salud sexual y
reproductiva” y “derechos reproductivos” se incorporaron al léxico de la ONU, y
sólo con la salvedad de que no incluían un derecho humano al aborto o a
cuestiones homosexuales/transgénero.
En los últimos
años, las agencias de la ONU y los países progresistas han estado redefiniendo
la “salud sexual y reproductiva” para incluir aquellos mismos elementos
excluidos por los estados miembros de la ONU en aquel entonces. Entre ellos se
encuentran el derecho al aborto, las cuestiones homosexuales e incluso las
hormonas y cirugías para las personas que se identifican como transgénero,
incluidos los menores. Debido a que las agencias de la ONU y los países
occidentales progresistas no pueden lograr esta redefinición legalmente, lo
hacen unilateralmente en su programación. El boletín pide específicamente más
investigaciones sobre la “atención de afirmación de género”, pero los procesos
en curso de la OMS no dejan dudas sobre hacia dónde se dirige la OMS.
La OMS está
trabajando actualmente en una nueva directriz sobre la salud de las personas
transgénero que se espera respalde la hormona y la cirugía transgénero para
menores. El grupo que redactará la directriz está formado exclusivamente por
activistas transgénero. Incluso los expertos en derechos humanos de la ONU
están poniendo en duda su legitimidad.
La OMS ya sentó
las bases para esta directriz en su manual de diagnóstico actualizado, que
entró en vigor en 2022. El nuevo manual eliminó el “transexualismo” de su
capítulo sobre trastornos mentales. En su lugar, se añadió el nuevo concepto de
“incongruencia de género” a un nuevo capítulo sobre “salud sexual”. Ya no se
clasifica como un trastorno mental. De esta manera, quienes se identifican como
transgénero pueden obtener un diagnóstico, esencial para obtener procedimientos
médicos y medicamentos, sin el “estigma” de un trastorno.