a la batalla cultural católica y al rearme
moral
Religión en
libertad, 5-2-24
"Nos están
arrinconando. A ti y a mí". Con estas palabras, el empresario, abogado y
divulgador Raúl Mayoral comenzaba este martes su séptimo "pregón de
combate" de Libercast, un incipiente canal de YouTube centrado en la
batalla cultural por el "rearme moral y la defensa de la libertad".
En pocos minutos, Mayoral advierte de los peligros de excluir a Dios de la vida
pública, desvela las contradicciones del laicismo y renueva su llamado a los
católicos a la movilización con una consigna: "No escondas tu fe, hazla
presente en la vida pública, porque Jesucristo vive, resiste, insiste y
existe".
Mayoral goza de
una amplia y polifacética trayectoria como directivo en prestigiosas
instituciones empresariales, educativas y culturales. Desde hace años, su mayor
hobby y pasión es librar la batalla cultural como católico, lo que también ha
hecho en cientos de artículos publicados en medios como ABC, La Razón, El Mundo
o El Imparcial, entre otros.
Habla con Religión
en Libertad sobre Libercast, la batalla cultural en clave de fe y ofrece
medidas prácticas a los católicos para "no perder esta guerra por
incomparecencia".
Mayoral comienza
definiendo este fenómeno como algo indisolublemente unido a la cosmovisión
cristiana. Se trata, dice, de "una ofensiva" que se libra en todos
los ámbitos -educativo, en medios, editoriales, radios, universidades,
laboratorios-, con el objetivo de "crear un hombre nuevo y deshacerse de
los valores occidentales".
"La batalla
cultural pretende suplantar la forma de vida milenaria de Occidente, que fue
llamado Cristiandad, y desbancar el statu quo. Es otra cosmovisión, hostil a la
católica, que pretende acabar con ella", explica.
Lo define de forma
gráfica hablando de un "caballo de Troya", el de "la corrección
política, la manipulación informativa o el pensamiento único", sustentado
a su vez por tres arietes, "la memoria histórica para cambiar el pasado, el
género para cambiar a la persona y destruir a la familia y el cambio climático
para atemorizar con el apocalipsis. Y la Iglesia es quien defiende la
fortaleza".
Solo así se
entiende que se hable de una persecución al catolicismo y la Iglesia en
Occidente, pero no como la de países como Nigeria. La define como "el
umbral de un totalitarismo que no es el agresivo e implacable de los gulags
rusos. Es más suave, de terciopelo, que sutilmente te va arrinconando hasta la
censura o el acoso".
"No hay una
persecución cruenta, pero sí un intento de acallar a los católicos. Nos quieren
en la sacristía rezando, no quieren que la religión católica tenga presencia en
la vida pública ni que condicione la vida cotidiana", explica.
Más que batalla,
precisa, lo que estamos sufriendo es una "ofensiva", pues "los
católicos no estamos librando la batalla, sino de brazos cruzados".
Libercast surgió
cuando no se resignó a "perder la batalla por incomparecencia".
Concretamente dio el paso leyendo las medidas para crear un medio de
comunicación libre recogidas por Álex Rosal en Despierta y combate a los
bárbaros que arruinan tu vida' (Libros Libres).
Desde entonces
plantea su proyecto como "una misión" que hasta ahora se ha plasmado
en siete "pregones de combate", a lo que pretende agregar próximas
entrevistas y publicaciones.
"Hay que dar
la batalla en los medios, en las redes. Yo lo que hago es salir a este océano,
en el que no sé dónde voy a llegar, pero en el que quiero que se oiga la voz
católica. Tenemos en las nuevas tecnologías una revolución en bandeja para
defender nuestra forma de vida y librar esa batalla que ha empezado. ¿Por qué
permitir que gane terreno el adversario si puedo estar ahí?", plantea.
A su amplia
experiencia laboral y en medios, Raúl Mayoral agrega ahora la dirección de
Libercast, `un espacio donde librar la batalla de las ideas por el rearme moral
y la defensa de la libertad´.
La presencia de la
fe en la vida pública es uno de los leitmotiv en la vida de Mayoral. Por eso,
también llama a que, en la batalla cultural, lejos de quedarse en lo puramente
material, los católicos representen "la palabra del Evangelio",
logren "que su voz sea escuchada y denuncien las prácticas totalitarias
para acallarlos".
Complejos y falta
de formación, "trincheras" pendientes
Mayoral también
hace hincapié en que si la batalla cultural está perdiéndose por
incomparecencia de los católicos, se debe en buena medida a que esta "no
se ha librado por complejo en unos casos y falta de formación en otros. La
formación nos ha hundido", lamenta.
Por ello,
"ofrecer criterios sólidos" a sus seguidores, conocidos y familiares
será otra de las pretensiones de Libercast.
Se refiere incluso
a aspectos y ejemplos concretos como lo woke, el transhumanismo o lo queer, que
hace dos décadas podrían ser ignorados por la gran mayoría de fieles.
Por extraños o
novedosos que parezcan, sitúa a la lectura de los clásicos y especialmente de
la Doctrina Social de la Iglesia como un "mensaje perenne, que no caduca,
sino que es una brújula" capaz de "enfrentar lo que venga". Continúa la lista aludiendo a la importancia de
conocer la ciencia y sus evidencias que "derriban la ideología de
género" y doctrinas similares.
La importancia del
testimonio en la batalla cultural
Menciona en último
lugar el testimonio cristiano como algo "clave". "Si no damos la
batalla es porque no damos testimonio. En una comunidad, un católico debe ser
reconocido como una persona buena, honesta y si otro católico no sabe de ti es
que no estamos funcionando", menciona.
Dice que la
formación, los canales, la doctrina y las buenas lecturas "ayudan y
mucho", pero "dar testimonio es lo básico. Para ser buena persona no
hace falta leer, basta con agarrar la cruz, la oración, los sacramentos, la
asistencia a misa y vivir la fe en comunidad. Es fácil ser católico en casa, lo
difícil es serlo y saber estar en la plaza pública, con gente hostil".
Concluye con un
mensaje de optimismo ante la batalla cultural: "Hay que ir con alegría,
esperanza y con mucho humor, sin hacer el payaso, pero sin violentarnos. La
Iglesia permanecerá eterna, no la derrotará el mal. Tenemos la victoria".