extendió su control sobre la zona marítima de
las Islas Malvinas
Página12, 4 de
marzo de 2024
El Reino Unido
decidió de forma unilateral extender su control sobre zonas marítimas de las
Islas Malvinas, donde prohibieron la navegación y la pesca. Se trata de 166 mil
km2 que se sumarán a los 283 mil km2 sobre los que ya regía la exclusión, luego
de que en 2012 las autoridades británicas forzaron la creación de un Area
Marítima Protegida (AMP). Cancillería aún no hizo pública la carta de reclamo.
“Este tipo de
decisiones son reprochables por tres razones centrales: viola la prohibición de
realización de actos unilaterales en la Cuestión Malvinas según la resolución
31/49 de la asamblea general, viola los compromisos del Reino Unido en el marco
de la convención para la conservación de los recursos vivos marinos antárticos
(CCRVMA), y pone en práctica la utilización de medidas supuestamente vinculadas
a la conservación y protección del ambiente con finalidades geopolíticas”,
explicó a PáginaI12 Guillermo Carmona, ex Secretario de Malvinas, Antártida y
Atlántico Sur de la Nación Argentina durante la presidencia de Alberto
Fernández.
Las autoridades
británicas anunciaron en 2011 la creación de la AMP sobre 1.200.000 km2 de mar.
La iniciativa fue rechazada en aquel momento inmediatamente por el gobierno
argentino por tratarse de “un acto de provocación” hecho de forma unilateral e
indicaron en su reclamo que avanzaba sobre aguas sujetas a las normas
consensuadas en la Convención para la Conservación de los Recursos Marinos
Vivos Antárticos (CCAMLR). De esa región oceánica había 283 mil km 2 sobre los
que regían la exclusión de navegación y pesca que suponía el 23 por ciento de
la zona marítima de las islas Malvinas, a los que sumaron 166 mil km2 con la
última expansión anunciada el 26 de febrero quedando bajo su control el 36 por
ciento de la zona.
Con el pretexto de
la preservación marina los británicos no solo pasan por encima de los derechos
soberanos argentinos, sino además viola las normas de la CCAMLR de la que
forman parte más de treinta países que reclaman soberanía sobre el Continente
Antártico, ahondando el conflicto. La Convención se formó con la intención de
preservar la zona coordinando y acordando reglas comunes para sus integrantes.
Al cierre de esta
edición el ministerio de Relaciones Exteriores no había hecho público el
reclamo ante las autoridades británicas.