Por José Antonio Riesco
Antes de que finalizara el año 2008 en un acto muy concurrido, aunque de público calificado, se hizo la presentación del libro “La Política” (obligación moral del cristiano), de que es autor el doctor Mario A..Meneghini, un reconocido expositor y militante de la ortodoxia católica que, a su identificación con los postulados de la Iglesia suma una manifiesta y permanente vocación política.
Egresado de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (UCC), se orientó además, con buena formación filosófica, hacia la problemática administrativa del Estado. Es presidente del Centro de Estudios Cívicos.
La obra que comentamos (124 páginas-edición de El Copista- Córdoba), luego de una Introducción, se organiza en dos capítulos principales (I y II), y agrega un Anexo que suma documentos pertinentes al tema como ocurre a lo largo del texto, sobre todo los pontificios. Una bibliografía muy completa oficia de valioso soporte a cada tramo del trabajo.
No deja de llamar la atención, en el diseño de tapa, admirable, la imagen de Tomás Moro, figura consular de tiempos difíciles y que murió en el cadalso en 1535 por su tozudez y limpieza de alma. Se negó a convalidar las infamias domésticas de Enrique VIII de Inglaterra, monarca absoluto y siempre dominado por la impiedad y la lujuria. Al déspota le fue útil Tomás Cromwell, experto en intrigas y ambiciones, de ahí que sustituyó a Moro en el cargo de canciller del reino, aunque luego, al querer imponerle al rey una alemana gorda y sin gracias, para novia, provocando su enojo, también cerró su historia en el cadalso. El nuevo canciller superó en mañas políticas a Moro, pero Enrique sabía más de mujeres que él.
El capítulo 1 comprende: Ideas sobre la crítica a la democracia, La política como obligación moral del cristiano, Actitud política de los católicos frente al sistema de partidos, Mal menor en las elecciones políticas. Votar : ¿Optativo o moralmente obligatorio? – En el capítulo 2: La Política, Doctrina política de la Iglesia, Contenido de la doctrina, Síntesis de la doctrina política de la Iglesia (Enc. Pacem in Terris), Temas polémicos.
La tesis central del Dr. Meneghini –al menos tratándose de los cristianos que responden, con “fe y razón”, al magisterio de la Iglesia Católica-- señala la obligatoriedad moral de todos y cada ciudadano de participar de los instrumentos de acción que ofrece la democracia. Se puede cuestionar y/o combatir pacíficamente los males y vicios de la política, donde y cuando ellos dominen el escenario de la participación cívica, pero la prescindencia no es una opción válida, salvo situaciones excepcionales y transitorias. Su teoría del “mal menor” tiene fuerza y se enriquece con una selección de citas de documentos pontificios y de autores de prestigio. Es una obra, la suya, de mucha responsabilidad en las referencias bibliográficas. Sin pretender compararla me hizo acordar la de dos pensadores católicos cuya amistad siempre me honró: “La persona humana” de Miguel A. Grisolía, escritor y docente universitario en Rosario, y “El orden natural” de Carlos Sacheri, este último martirizado en 1975 por el marxismo enloquecido.
A este libro de Meneghini hay que leerlo y estudiarlo. Por los que creen desde la ortodoxia y también por los agnósticos que, pese a las apariencias, tienen preocupaciones religiosas. Después de todo la idea de Dios es más amplia y motivadora que la imperante en una cofradía. Ya que esto de “la política” pertenece a aquello de “este mundo”, donde estamos todos, por ahora, y que Cristo dejó al costado o por debajo de ”mi Reino”. Nuestro autor hace referencia, precisamente, sin abandono de los deberes prácticos y espirituales del Evangelio, al campo político que “los laicos” están compelidos a no tratar con indiferencia ni abstención. Pero es preciso, aceptar, que se trata de un asunto, la acción política, que se da en un terreno resbaladizo con mayor posibilidad que el que ofrece una carretera firme y recta.
O sea, es bueno aclarar que el deber de participar en los instrumentos de la política, en la actual sociedad compleja y dinámica, brinda oportunidades de servicio al “bien común” que no conocieron los tiempos pasados. El mapa cultural y socioeconómico de la actual vida social contiene una multiplicidad de campos de militancia cívica que excede en mucho (cantidad y calidad) al magro producto del mero partidismo. Y ya nadie identifica esta realidad de nuestra actual “sociedad activa” con los proyectos corporativos de otras partes y otras eras.
De otro lado, no debería confundirse el deber moral (ciertamente innegable) de participar en las actividades orientadas al mejor gobierno del grupo, con una especie de martirologio psico-espiritual. Para una persona, sobre todo jóvenes, con cierto pudor, en cuanto a ideas, sentimientos y conductas en ningún caso le puede ser indiferente el clima cargado de vicios, picardías, artimañas, corrupción y otras monadas que, con sus excepciones, domina en esos ámbitos. A no ser que eso sea, precisamente, lo que inconscientemente buscaba para realizarse. El dejar abierta esta dimensión polémica de la política es una contribución del libro del Dr.Meneghini. Hay que leerlo y discutirlo; por que hace pensar, un mérito poco común en esta materia.
Buenos Aires, enero de 2009.
(teodelestado@yahoo.com.ar)