Por Constanza Mazzina
Un nuevo fenómeno recorre América latina y la Argentina en particular. Es el de los “ni ni”, los jóvenes que “ni estudian ni trabajan”. Según datos de la Cepal, serían 900 mil en nuestro país. Generalmente, se los asocia con los estratos sociales inferiores.
Pero la realidad demuestra que el fenómeno atraviesa todas las capas sociales, sin distinción. Es cierto que los incentivos (o desincentivos) son distintos para cada uno, pero algunas claves se repiten: el esfuerzo de sus padres no ha tenido los frutos esperados, la falta de compromiso con un proyecto de vida; la ausencia de modelos que promuevan el esfuerzo y de modelos cuyo reconocimiento sea en base al mérito.
El tema de fondo es que socialmente, culturalmente, ya no valoramos el esfuerzo y el mérito, valores que están en la base del estudio y del trabajo. Si como sociedad no tomamos en serio aquello que nos hace despegar de la pereza cotidiana, ¿cómo pedirle a un chico de 15 o 16 años que termine de estudiar?, ¿cómo explicarle que tener un trabajo es importante? En todo caso, deberemos responder a una pregunta feroz de ellos: “¿Para qué?”.
Ya no valoramos la educación. Terminar el secundario no nos garantiza saber leer y escribir. Una carrera universitaria supone un esfuerzo cotidiano por superarnos. De nuevo: “¿Para qué?”.
El secundario ha perdido su razón de ser. Los jóvenes no tienen idea de las matemáticas y al pasar a la universidad, la elección de estudiar ciencias duras se convierte en una misión imposible e inalcanzable. Pocas universidades ponen entre sus propuestas carreras con salida laboral, preparando al futuro profesional en el manejo de competencias que le va a reclamar el mercado.
En esta época de elecciones, pese a que muchos de estos jóvenes votan, no ha habido candidato que presente una propuesta para ellos. No para ganar sus votos, sino para hacer frente a una realidad social. Nadie habla de poner de pie nuestro sistema educativo. Ninguno dice nada sobre el valor y el esfuerzo que demandan la educación y el trabajo.
*Docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de UADE.
Perfil, 28/08/11