Eduardo Ferreyra
(Se publica sin
gráficos)
A veces un estudio
que pretende mostrar un nuevo problema para la humanidad, muestra evidencia
sólida que desmiente a la hipótesis del calentamiento global causado por el
hombre. Un tiro en el pie para los alarmistas que financiaron el estudio.
En el Geophysical
Research Letters se publicó un estudio dando cuenta de una pronunciada
disminución de los niveles del ozono estratosférico durante el invierno
2010-2011. Nada raro aquí, dado que la disminución del ozono durante el inverno
es un fenómeno dinámico causado por la acción conjunta de los rayos cósmicos y
las bajísimas temperaturas de la estratósfera. En la Antártida sucede exactamente
lo mismo: en los años en que las temperaturas de la estratosfera descienden por
debajo de los -82ºC la disminución del ozono aumenta por el aumento de la
cantidad de nubes estratosféricas polares (NEP) formadas por cristales de hielo
de gases como el CO2, compuestos nitrosos, nítricos, y de cloro ofreciendo la
superficie sólida imprescindible para que, de acuerdo con la fase heterogénea
de la química, los ácidos de las sustancias mencionadas puedan reaccionar con
las moléculas de ozono.
El estudio tiene su
abstracto que dice algo sorprendente, no sobre el ozono que ya lo conocemos
casi todo, sino sobre la tendencia de las temperaturas globales de la Tierra.
Invierno Ártico
2010/2011 al borde de un agujero de ozono
GEOPHYSICAL RESEARCH LETTERS, VOL. 38, L24814, 5 PP., 2011
doi:10.1029/2011GL049784
B.-M. Sinnhuber, Institute for Meteorology and Climate Research,
Karlsruhe Institute of Technology, Karlsruhe, Germany
G. Stiller, Institute for Meteorology and Climate Research, Karlsruhe
Institute of Technology, Karlsruhe, Germany
R. Ruhnke, Institute for Meteorology and Climate Research, Karlsruhe
Institute of Technology, Karlsruhe, Germany
T. von Clarmann, Institute for Meteorology and Climate Research,
Karlsruhe Institute of Technology, Karlsruhe, Germany
S. Kellmann, Institute for Meteorology and Climate Research, Karlsruhe
Institute of Technology, Karlsruhe, Germany
J. Aschmann, Institute of Environmental Physics, University of Bremen,
Bremen, Germany
Puntos clave
Se observaron grandes
pérdidas del ozono estratosférico del Ártico durante el inverno 2010/11
Un enfriamiento mayor
de 1K habría resultado en una pérdida local casi total.
Un enfriamiento de 1K
puede contrabalancear una reducción del 10% de los halógenos.
El invierno de la
estratosfera de 2010/2011fue uno de los más fríos en registro con una gran
pérdida del ozono estratosférico. Las observaciones de temperatura, ozono,
ácido nítrico, vapor de agua, óxidos nitrosos, nitrato de cloro, y monóxido de
cloro del Interferómetro Nicholson para Mediciones Atmosféricas Pasivas (MIPAS)
a bordo de ENVISAT son comparadas con los cálculos de un modelo de transporte
químico (CTM).
Hay una excelente
concordancia general entre los cálculos del modelo y las observaciones MIPAS,
indicando que los procesos de desnitrificación, activación del cloro y la
disminución catalítica del ozono están suficientemente bien representadas. La
pérdida integrada de ozono del vórtice polar alcanza las 120 Unidades Dobson
(DU) para principios de Abril 2011. Los cálculos de sensibilidad con el CTM dan
una pérdida adicional de ozono de unos 25 DU al final del invierno para un
ulterior enfriamiento de la estratosfera de 1K, mostrando una casi completa
destrucción del ozono (el ozono remanente menor a 200 ppmm (partes por mil
millones) a lo largo de una gran extensión vertical desde 16 a 19 km de
altitud.
En el CTM una
reducción de 1K aproximadamente contrarresta a una reducción del 10% de la
carga estratosférica de halógenos, una reducción de halógenos que se espera que
ocurra en unos 13 años a partir de ahora. Estos resultados indican que una
severa disminución del ozono como la de 2010/ 2011, o aún peor, podría aparecer
para inviernos muy fríos del Ártico durante las próximas décadas si la tendencia
observada para los fríos inviernos Árticos de volverse más fríos continúa en el
futuro.
En el gráfico del
estudio se percibe una fuerte tendencia al enfriamiento de la estratosfera del
Ártico desde 1960 hasta 2010, donde el enfriamiento alcanza los valores de
1998. Es decir, que la estratosfera del Ártico se estuvo enfriando desde 1960 a
pesar del calentamiento global ocurrido durante el mismo perído. Hay algo que
debe ser revisado en la hipotesis catastrofista del cambio climático
antropogénico.
De manera que hay
científicos que han observado y reconocido que existe una tendencia marcada al
enfriamiento de los inviernos fríos del Ártico, que no tuvieron miedo a
enfurecer al establishment del calentamiento, y no dudaron en decirlo: hay una
tendencia observada al enfriamiento de los inviernos del Ártico. Esa afirmación
contradice de manera muy fea a las afirmaciones que los científicos alarmistas
siguen enviando a la prensa sobre “una aceleración del calentamiento global”.
Si el calentamiento es global, el Ártico sería el primero en mostrarlo. Pero
las mediciones del MIPAS y del CTM dicen que el Ártico lleva una tendencia a
enfriarse y con ello habrá una mayor pérdida de ozono estratosférico en el Polo
Norte.
Y lo mismo ocurrirá
en el Polo Sur, donde el agujero de ozono seguirá formándose y se hará más
grande a medida de que las temperaturas de la Antártida sigan descendiendo como
lo indican los gráficos de tendencias desde hace décadas.
Este estudio se
convierte así en otro clavo más en el ataúd de la hipótesis del cambio
climático antropogénico impulsado por el IPCC y su pequeño ejército de
científicos a sueldo.
Por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
Estrucplan, 22-6-12