lunes, 15 de julio de 2013

UN MODELO DE POLÍTICO CATÓLICO


Así calificamos a nuestro maestro, el Dr. Carlos Caballero, de quien existe en Internet una breve biografía que reproducimos a continuación, por considerarla objetiva y respetuosa. Luego agregamos nuestra opinión.

Carlos José Caballero

(Córdoba, 1917 - 1981)


Nació en la ciudad de Córdoba el 13 de septiembre de 1917, y estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba, recibiéndose con la especialidad de derecho laboral y Ciencias Sociales. Con posterioridad, fue profesor de ética y de historia argentina en la escuela superior de comercio “Manuel Belgrano” de su ciudad natal, profesor de ética, derecho constitucional y aeronáutico en la Escuela Militar de Aviación, profesor de economía política y doctrina social en la Universidad Católica de Córdoba.
Se desempeñó como juez en lo civil entre los años 1950 y 1955, siendo a partir de este último año y hasta 1956, camarista del trabajo. Ocupó la presidencia del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Córdoba de 1966 a 1967.

En septiembre de 1967 es nombrando Gobernador en la provincia de Córdoba. Asumió el día 13 de septiembre, e inmediatamente nombró al Dr. Luis Martínez Goletti como ministro de gobierno, al Dr. Alfredo Lozada Echenique, en la cartera de hacienda (quien sería sustituido en octubre de 1968 por el Dr. Miguel A. Rodríguez de la Torre), al Ing. Roberto Amengual, en la de obras públicas, al Dr. José M. Fragueiro, en la de educación y cultura y al Dr. Carlos Consigli, como ministro de salud pública.

Caballero da comienzo a su gobierno en un ambiente donde predominaban las huelgas, la lucha sindical, el terrorismo y los movimientos estudiantiles. El 10 de octubre de 1967 se dirigió a la localidad de Obispo Trejo (departamento Río Primero) y dos días después a Deán Funes (departamento Ischilín), dirigiéndose posteriormente a Marcos Juárez, Río Cuarto, Miramar, Elena, y otros puntos del interior de la provincia; dichas recorridas tenían por finalidad tomar conocimiento cercano de las necesidades del mismo.

Después del movimiento de protesta del 29 de mayo de 1969, el Cordobazo, el gobernador Caballero vio sumamente debilitado su gobierno, siendo reemplazado en ese cargo a mediados de junio. Posteriormente, el doctor Carlos José Caballero siguio su vida como embajador argentino en La República del Perú, desde febrero de 1970 hasta enero de 1971.

Es recordado como un hombre probo, justo, amable. Sus alumnos siempre lo han reivindicado como a un verdadero maestro y un gran patriota.

Wikipedia



Comentario:

Caballero fue una de tantas personalidades malogradas en la Argentina para la vida pública.  Con esta expresión queremos significar que no pudieron aplicar plenamente su capacidad y experiencia en la acción cívica, para la que tenían vocación, y a la que dedicaron mucho esfuerzo, descuidando sus intereses personales.

Al Dr. Carlos Caballero, lo conocí cuando ya estaba retirado de la función pública. Eso no le impedía manterner intactas sus inquietudes, que canalizaba en una entidad: la Fundación de Acción Social, desde la que procuraba difundir ideas, analizar la realidad nacional, y constituir equipos de gobierno.

En el plano personal, Caballero recibía en su casa una vez a la semana a algunos jóvenes, a los que transmitía generosamente sus conocimientos, con el método de la mayéutica. Con su guía me inicié en el estudio de la política, desde una perspectiva católica. Con él viajé a Buenos Aires, en su viejo auto Citroen, para asistir a un congreso de la Ciudad Católica, obra de formación para la acción, fundada por el intelectual francés Jean Ousset.

La Ciudad Católica, cuyo órgano de expresión era la revista mensual Verbo, estaba basada en tres requisitos precisos:
- Referencia habitual a la Doctrina Social de la Iglesia (disciplina que Caballero enseñó en la Unversidad Católica de Córdoba).
-  Postura clara frente a las diversas modalidades del totalitarismo moderno y de la subversión anticristiana.
- Sentido de la eficacia basada en la diversidad y complementariedad de las obras, excluyendo toda tendencia al monolitismo en la acción.

Quienes fuimos sus alumnos, aún extrañamos su hombría de bien, sus análisis precisos, y los consejos para la acción práctica en orden a contribuir al bien común argentino.

Córdoba, 15-7-2013


Mario Meneghini