Los resultados de la
improvisación
POR EDUARDO VAN DER
KOOY
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A mitad de este año,
un informe de la
Auditoría General de la Nación , que conduce Leandro Despouy, había
denunciado la falta de controles portuarios, sobre todo del cordón norte de
Buenos Aires. Se hizo hincapié en las ciudades de Zárate y Campana.
Berni negó tales
falencias. Pero Bonfatti afirmó la semana pasada que la droga en Santa Fe,
entre varias vías posibles, ingresa por el río Paraná. Otro informe de la AGN conocido ahora revela
fallas similares en los aeropuertos. El estudio se realizó con posterioridad al
episodio de enero del 2011, cuando un avión que salió del aeródromo de Morón e
hizo escala en Ezeiza fue detenido a su arribo a Barcelona con mil kilos de cocaína.
En ese suceso se vieron implicados tres hijos de ex jefes militares. Uno de
ellos fue liberado; los otros dos continúan detenidos en España.
El nuevo trabajo
revela la existencia en la
Argentina de 900 aeropuertos, 500 lugares de despegue y 280
aeródromos. La Policía
de Seguridad Aeroportuaria (PSA) debería ejercer vigilancia de los vuelos en
las 53 principales estaciones. La ejerce apenas en 39. Hay 14 desatendidas.
Tiene presencia, por supuesto, en Ezeiza y Aeroparque. Pero el protocolo de
control no es igual en vuelos regulares que en no regulares. En cada una de
esas cabeceras hay por día 20 vuelos de ese tipo. Una situación parecida, con
pocas correcciones, a la que imperaba cuando ocurrió aquel escándalo con la
cocaína. Otro dato, entre 92 páginas del relevamiento, llama la atención. Desde
el 2005 hasta el 2012 los imputados por delitos – droga o contrabando– que
pertenecen a la comunidad aeroportuaria representan el 8% del total. De esa
cifra, el 13% corresponde al propio personal de la Policía de Seguridad
Aeroportuaria. Despouy remitió el trabajo al Ministerio de Seguridad, entre
varias dependencias. Berni no dio todavía, ni siquiera, acuse de recibo.
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Clarín, 17-11-13