Gary Novak
GWNotCausedByCO2.com
Estrucplan, 21-3-14
Las publicaciones
fundacionales de la moderna ciencia del calentamiento global no cumplen con los
criterios para una ciencia válida. No se dan las metodologías, no se hacen
mediciones y las evidencias no son descritas. En vez de ello, con mucha labia
se mencionan fantasías ridículas con disparates contradictorios. Los estudios
consisten en nada más que una conclusión final a la que se arriba mediante
métodos ficticios.
Impacto Ambiental Una
publicación de Charney et al., 1979m hace la siguiente declaración:
“En respuesta a una
solicitud del Director de la Oficina de Políticas de Ciencia y Tecnología, el
presidente de la Academia Nacional de Ciencias convocó a un grupo de estudio
bajo los auspicios del Panel de Investigación del Clima de Consejo Nacional de Investigación
para evaluar las bases científicas de la proyección de posibles cambios
climáticos en el futuro que resultan de las liberaciones humanas de dióxido de
carbono a la atmósfera. Específicamente, nuestro encargo era:
Identificar las
principales premisas sobre las que se basan nuestra actual comprensión de la
cuestión.
Evaluar
cuantitativamente la adecuación e incertidumbre de nuestro conocimiento de
estos factores y procesos, y
Resumir en términos
concisos y objetivo nuestra mejor comprensión actual del tema dióxido de
carbo-no/clima para beneficio de quienes hacen las políticas.
El Grupo de Estudio
se reunió en el Centro Summer de Estudios en Woods Hole, Massachusetts, el 23
de julio de 1979, y durante las semanas subsiguientes se hicieron consultas
adicionales entre distintos miembros del grupo…”
La publicación usó
modelos de la atmósfera y efectos oceánicos para supuestamente determinar
cuánto calor resultaría de una duplicación de la cantidad de dióxido de carbono
en la atmósfera. No tenían un punto de partida para la cantidad de calor que el
dióxido de carbono produciría. Su conclusión fue la temperatura global
aumentaría en unos estimados 3º C. Ellos añadieron, “Por supuesto, nunca
podemos estar seguros de que algún efecto mal estimado o pasado por alto vicie
de nulidad nuestras conclusiones.”
El proceso fue
descrito en la sección 4, titulada: “Modelos y su Validez” de esta forma:
“Los estudios
independientes del problema CO2/clima que hemos examinado varían en un rango
que va desde simples cálculos son simples modelos radiativos/convectivos a
modelos zonalmente y verticalmente promedidados, con intercambios de calor
horizontalmente difusos y realimentaciones del albedo nieve-hielo hasta
completos modelos tridimensionales de circulación general (MCG) involucrando a
la mayoría de los procesos físicos relevantes. Nuestra confianza en nuestras
conclusiones de que una duplicación del CO2 eventualmente resultará en
significativos aumentos de la temperatura y otros cambios del clima, está
basada en el hecho de que los resultados de los modelos radiativos/convectivos
y los estudios de balance de calor pueden comprenderse en términos puramente
físicos y son verificados por los MCG más comple-jos. Esto último suministra
más información sobre variaciones geográficas en calentamiento, precipitación,
y cobertura de nieve y hielo, pero ellos concuerdan razonablemente bien con los
modelos más simples en las magnitudes de los efectos calentamiento general.”
Las afirmaciones son
una completa falsedad. Los científicos carece de la más mínima capacidad de
convertir los detalles, las complejidades y la aleatoriedad de la atmósfera a
medidas o cálculos, que es la razón por la que los meteorólogos no pueden
predecir más de unos pocos días para elementos tan simples como temperatura y
lluvias.
Los términos usados
son nada más que una ensalada de palabras. La afirmación que “la atmósfera
tiene rele-vantes intercambios de calor horizontalmente difusivos” es un
absurdo vergonzoso. La difusión en la atmósfera o en los océanos es
virtualmente inexistente más allá de la conducción y convección. En grandes
fluidos, la difusión no cubriría más que unos pocos nanómetros antes de que la
convección la torne irrelevante. ¿Por qué añadir “intercambio de calor”? Para
que se produzca un intercambio de calor tienen que existir dos medios con una
interfaz. Si la atmósfera y los océanos fuesen la interfaz, entonces no hay
ningún elemento “difusivo hori-zontal” en ello. La difusión es un concepto
químico, no un concepto de energía. El calor se mueve a través de conducción o
radiación, no difusión.
Quienes entre
nosotros disentimos se nos acusa de ser “Tierra planeros”. La senadora Barbara
Boxer dice que ella puede mirar por la ventana y ver cómo está ocurriendo. Los
meteorólogos sólo pueden predecir el tiempo a pocos días en el futuro debido a
la extrema aleatoriedad de los efectos atmosféricos que no se reduce a un
análisis. Sin embargo, los climatólogos determinan al área de la nieve de
superficie y la cantidad de radiación que refleja por lo menos para los
próximos 100 años.
Para modelar al calor
en la atmósfera que resulta del dióxido de carbono, el punto de partida tiene
que ser alguna cantidad de calor que se supone se está moviendo a través de la
atmósfera. Sin embargo esa cantidad fue el resultado final del estudio de
Charney más que el punto de partida. Muchos otros estudios usaron los mismos
conceptos básicos de modelado.
En 1984 y 1988,
Hansen et al usaron un modelado similar pero comenzaron con el concepto de cuánto
calor debería de producir el dióxido de carbono determinado como “observación
empírica,” que para ellos significaba el registro histórico asumido del
calentamiento de la atmósfera por el dióxido de carbono. El modelado tenía
enton-ces el propósito de mostrar cómo la atmósfera añadiría efectos
secundarios, lo que significa que los efectos secundarios fueron compuestos. En
otras palabras, no hay un concepto claro de un propósito o un conjunto lógico
de relaciones causa-efectos.
Un intento de
determinar directamente al dióxido de carbono primario fue hecho en 1998 por
Myhre et al. Ellos usaron “ecuaciones de transferencia radiativas” combinadas
con más modelado. El resultado fue una ecuación de tres componentes para el
calor producido por una aumento del CO2 en la atmósfera (5,35 ln C/Co). Quiere
decir el logaritmo natural de la relación del punto final del CO2 dividido por
el punto de partida del CO2. Para una duplicación del CO2 en la atmósfera es
5,35 por el logaritmo natural de 2, que es 3,7 watts/m2. Es extraño que el
resultado sea en términos de metros cuadrados, mientras que está aplicado a la
atmósfera que no tiene una superficie.
Ellos no sabían cómo
hacer un análisis con masa (kilogramos) o en metros cúbicos. No les preocupaban
esos detalles, porque todo el asunto era un embrollo de tal artificiosa
falsedad que los conceptos correctos no valían la pena de tomarse el trabajo.
¿Cómo podían Myhre et
al usar modelos para determinar al efecto primario mientras los demás usan los
modelos para determinar los efectos secundarios debidos a la realimentación?
Modelar la atmósfera no revelará la dife-rencia entre los efectos primarios y
secundarios –para no decir que no dice nada en absoluto. Pero la ecuación de
tres componentes de Myhre et al se considera ahora como el efecto primario
indiscutible y el punto de par-tida del análisis del calentamiento global por
el CO2. El modelado de hoy en día concierne sólo a los efectos secundarios de
la realimentación, que son mayormente atribuidos al vapor de agua.
En el análisis del
calentamiento global no hay nada más que modelado, siendo la simple razón que
las complejida-des y la aleatoriedad de la atmósfera están completamente fuera
del alcance de la ciencia que puede aplicarse. Sólo el modelado es lo bastante oscuro
para evadir la rendición de cuentas a los de afuera y proporcionar cual-quier
resultado deseado sin crítica.
El problema es, tal
norma no es ciencia. La ciencia tiene un propósito que es poner fin al error ya
la falsedad a través de procedimiento verificables. Procedimientos confusos
sólo promueven la charlatanería que la ciencia intenta corregir.
Fuente: Mitos y
Fraudes