By Stefano Gennarini, J.D.
WASHINGTON D.C., 21
de marzo (C-FAM)
Las compañías
cerveceras quieren que se exponga el orgullo gay en los desfiles por el día de
San Patricio. Coca-Cola quiere salvar los osos polares. Las tiendas Hobby Lobby
quieren proteger a los niños por nacer.
Aunque cada uno de
ellos ejerce la conciencia social empresarial, aquel motivado por creencias
religiosas quizás sea multado en un millón trescientos mil dólares por día. El
mandato de anticoncepción del presidente Obama, una de las disposiciones de su
ley de seguro de salud, exige que las compañías incluyan fármacos abortivos,
sin importar sus creencias religiosas.
Hobby Lobby, tiendas de artesanías
propiedad de cristianos, se rehúsa a pagar por el aborto. Según expertos en
derecho, el derecho internacional está del lado de Hobby Lobby.
La próxima semana, el
caso de Hobby Lobby será debatido en la Corte Suprema de los
Estados Unidos, junto con el de Conestoga Wood Specialties, cuyos dueños
menonitas afirman que sería «impío e inmoral» pagar por drogas abortivas.
Enfrentan multas de 95 mil dólares por día.
La libertad religiosa
es «vital» no solo para los individuos sino también para las entidades con y
sin fines de lucro, según expertos en derecho que presentaron un informe ante la Corte Suprema en
representación de nueve universidades y veintisiete especialistas. El derecho
internacional protege tanto los derechos religiosos comunes como la dimensión
pública de la libertad religiosa.
Los expertos señalan la Declaración Universal
de Derechos Humanos y el tratado de la ONU sobre derechos civiles y
políticos, que fue ratificado por los Estados Unidos.
Nada exige a los
individuos que «sacrifiquen» sus derechos humanos al entrar en el mercado, de
modo que el gobierno federal no puede atribular a las empresas que ponen en
práctica sus creencias religiosas, explicaron los especialistas. El ejercicio
colectivo de la libertad religiosa a menudo implica que los creyentes deban
usar formas corporativas modernas de manifestar sus creencias.
Los comercios
deberían ser libres de ejercer su conciencia corporativa conforme a su fe al
mismo nivel de motivos éticos como la responsabilidad ambiental, la justicia
social y otras causas.
La postura del
gobierno de Obama de que las creencias de los empresarios no pueden ser
atribuidas a sus empresas «no tiene sentido», dicen los expertos. «¿De qué otro
modo podría una compañía recibir sus valores y prioridades, si no de sus dueños
y gerentes?», se preguntan.
El gobierno de Obama
sostiene que las compañías no deberían ocuparse de cuestiones morales y éticas
sino solo de la ganancia.
El informe de los
expertos brinda ejemplos de países extranjeros que reconocen del mismo modo la
libertad religiosa de las empresas y de las organizaciones sin fines de lucro,
así como de organismos internacionales y regionales que reconocen la libertad
religiosa y la conciencia corporativa de las compañías.
La tendencia mundial
está a favor de reconocer la dimensión ética de las actividades comerciales,
documenta el informe. El Pacto Mundial de la ONU llega al punto de afirmar que las normas
internacionales exigen que los negocios tengan en cuenta las cuestiones que
atañen a los derechos humanos. El hecho de informar sobre la responsabilidad
social empresarial se ha vuelto algo común entre las compañías.
Esta tradición de
responsabilidad social empresarial tiene sólidas raíces en la historia de los
Estados Unidos.
El informe da cuenta
de una sentencia de la
Corte Suprema de Nueva Jersey que explica cómo los negocios
han «asumido» las obligaciones del civismo después del traspaso de la riqueza
de los individuos a las compañías.
Otro ejemplo de
legislación estadounidense que reconoce la conciencia empresarial es que se
permite a las compañías deducir contribuciones a obras benéficas.
Habrá una audiencia
de Corte Suprema de los Estados Unidos el 25 de marzo para determinar si la
penalización impuesta a las empresas que no acatan la disposición en materia de
anticoncepción entra en conflicto con la protección federal a la libertad
religiosa.