Alberto Buela (*)
Ante el pedido
expreso de un dilecto amigo escribimos este breve artículo, que no pensábamos
escribir para evitar que algún despistado piense que buscamos trabajo.
Hace cosa de unas
semanas apareció un artículo del periodista Hernán Brienza, el que entrevistó a
Cristina Kirchner, en el diario oficialista Tiempo Argentino, en donde hablando
del pensamiento nacional nos menciona junto con otros, como Horacio González,
Galasso, Maresca, Pancho Pestanha, Jorge Bolivar, Feinmann o ya fallecidos como
Amelia Podetti, R. Kusch, Tucho Methol.
Fue algo
premonitorio, pues una semana después el gobierno creó la Secretaría de Estado
para la coordinación estratégica del pensamiento nacional y lo nombró a un
profesor de filosofía, Ricardo Forster, al frente.
La creación de la Secretaría de marras y
la desatinada designación de un secretario no capacitado para ello, (incluso el
mencionado Brienza está mejor capacitado) levantó una polvareda de decenas de
artículos, todos en contra.
Los primeros que se
pusieron en contra fueron los periodistas y ensayistas del sistema: los Lanata,
Longobardi, Aguinis, Kovaldoff, J.L.Romero, Sebrelli, Grondona, etc. Afirmando
que no existe un “pensamiento nacional” sino que el pensamiento siempre es
pensamiento universal. Y que crear una secretaría ad hoc es querer domesticar
el pensamiento para uso del gobierno.
Otro tipo de reacción
fue la de aquellos que, aceptando la existencia de un pensamiento nacional,
cuestionan a Forster porque no está capacitado, pues por su formación: se educó
en la lectura de los autores de la escuela marxista de Frankfurt y nunca se
ocupó de filósofos americanos. Además
tiene otra limitante, y es que todos sus trabajos son sólo sobre autores
hebreos (Benjamín, Adorno, Derrida, Horkheimer). Es más, tiene un libro Ensayo
en torno a lo judío (1997), en donde sostiene que el cristianismo es la fuente
y fundamento del antisemitismo, invirtiendo así, el sacrificio de la Cruz. Tesis
desorbitada que hoy, no la sostiene ni el troglodita de Netanyahu.
Finalmente hubo otro
tipo de reacción y es la de aquellos que pensamos que el gobierno se equivocó
en la designación de un tal Secretario de Estado, porque es lo mismo que poner
a un carpintero de electricista, termina provocando un cortocircuito. Pero que
al mismo tiempo es acertada la creación de esta Secretaría pues, bien manejada,
ello permitiría lograr una mayor y mejor expresión pública de la pluralidad de
matices que conforman el denominado pensamiento nacional.
Ese pensamiento no es
una creación del fascismo, de los nazis o del populismo como piensan los
liberales y los marxistas ortodoxos, como los de la Escuela de Frankfurt,
entre otros. Sino que se constituye por la acumulación de trabajos en
torno a la explicitación de “lo nacional
argentino e hispanoamericano”. Y sobre el tema convergen multitud de
corrientes, aspectos y matices que tienen su partida en la Carta a los españoles
americanos del peruano Juan Pablo Viscardo en 1792 y que pasando por infinidad
de pensadores, ensayistas y filósofos llega hasta nuestros días.
Nosotros tuvimos la
oportunidad de publicar en 1992, con motivo del quinto centenario, dos
volúmenes sobre Pensadores nacionales iberoamericanos en donde rastreamos en
cada uno de los países que conforman nuestra ecúmene cultural a los autores que
se habían ocupado de la cuestión nacional y quedamos sorprendidos por la
variedad y número de los mismos.
Además en casi todas
las universidades americanas existen cátedras o seminarios sobre pensamiento
americano, latinoamericano, hispanomericano, iberoamericano, indoamericano,
indiano, colonial, etc. de modo que los estudiosos, la materia y los materiales
se extienden casi ad infinitum.
Es de esperar, aunque
no estamos muy convencidos, que el Secretario Forster, no practique la famosa
falacia de la reductio ad hitlerum a aquellos que no piensan como él, y a la
que tan acostumbrados nos tiene el marxismo, y de cabida y promoción a la
pluralidad de versiones y visiones que conforman el pensamiento nacional
americano.
(*) arkegueta,
aprendiz constante mejor que filósofo
buela.alberto@gmail.com
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