by César Augusto
Lerena
Informador Público,
28-2-15
César Augusto
LerenaLos sucesivos gobiernos nos tienen acostumbrados a negociar en una
debilidad extrema con las Grandes Potencias. El ex Canciller Caputo promovió
los llamados “Acuerdo Marco” que permitían el ingreso de 18 buques pesqueros al
Atlántico Sur y pescaron 200 buques mellizos rusos porque la Argentina carecía de
todo control. Cavallo con el apoyo de Felipe Solá ratificó esos acuerdos y
promovió los Acuerdos con la
Unión Europea que habría de significar la mayor depredación
de la historia pesquera. Con ello, se inauguró en la Argentina , el desempleo
y el subsidio al ex ocupado pesquero, al que se le agregarían los millones de
desempleados subsidiados.
El 16 de noviembre de
2004, Néstor Kirchner y Hu Jintao firmaron convenios, en una supuesta sociedad
estratégica, que permitiría a nuestro país recibir inversiones por unos 20.000
millones de dólares en los próximos 10 años; miles de millones que no llegaron
a la Argentina ,
sino que, por el contrario, embarcaciones extranjeras, en su gran mayoría
asiáticas, pero también españolas, con o sin licencias ilegales del invasor
británico en Malvinas extraen todos los años 1 millón de toneladas de pescados
y calamares del Atlántico Sur, lo que equivale en el comercio final
internacional una suma del orden de los 14 mil millones de dólares anuales.
Mientras esto ocurre la
Argentina desembarca 800 mil toneladas/año y exporta por
valor de U$S 1.500 millones/año. La Argentina no tiene una política de
comercialización nacional e internacional del pescado y por ello cientos de
miles argentinos no acceden al empleo.
El 18 de enero de
2010, a poco más de cinco años de aquella promesa incumplida, el entonces
Ministro de Agricultura argentino Julián Domínguez firmó la Resolución 5/10 que
autorizó a suscribir un “Acuerdo de Cooperación sobre Pesca” con el Ministerio
de Agricultura de China.
En base a ello y a
posteriores resoluciones de la
Subsecretaría de Pesca -además de los cientos de barcos que
pescan ilegalmente- 20 buques pesqueros chinos fueron autorizados a pescar en
el mar argentino asociados a empresas pesqueras chinas radicadas en la Argentina ; a condición
de que procesen en tierra el 10% de las capturas. Porqué 10% de las capturas y no
el 100% de las capturas? Porque los chinos a las capturas en el mar argentino
las consideran chinas y no pagan ningún arancel de ingreso a China, contrario a
lo que ocurre con los productos argentinos que deben pagar aranceles de
importación a China. Un verdadero negocio chino.
No hay “intereses
comunes con China en el desarrollo de la pesca, de beneficio recíproco”. El
Estado argentino, es el propietario del recurso, tiene un desarrollo
tecnológico excelente en la investigación, captura, conservación e
industrialización pesquera; mientras que China, sólo importa el 6% de materia
prima pesquera Argentina, con un bajísimo valor agregado (U$S 1.300/tonelada),
mientras que los principales importadores de pescado argentino compran a
valores equivalentes a los U$S 2.700 la tonelada (Brasil), U$S 3.300 (España) o
U$S 4.300 (Italia), etc. Un dato elocuente que demuestra que los chinos vienen
por nuestras materias primas, no agregan valor ni generan empleo.
Estos acuerdos se
firman en base a supuestos “…principios de igualdad y beneficios mutuos…”, y en
verdad se trata de la entrega de nuestros recursos naturales, hasta que se
hayan agotado y con ello se genere el cierre de las empresas nacionales, el
desempleo, la despoblación de todos los puertos del litoral marítimo y la
desocupación de las áreas estratégicas de la nación, como el territorio
Patagónico, el Atlántico Sur, las Islas Malvinas, el canal del Beagle y la Antártida Argentina.
China con 51,5
millones de toneladas anuales es el primer productor y exportador mundial de
productos pesqueros; es decir, produce 50 veces más que Argentina. Por lo tanto
será un mercado menos de Argentina. Las capturas chinas en el mar argentino no
sólo habrán de impactar directamente en lo económico-comercial, sino que éstas
capturas habrán de actuar sobre el equilibro biológico de las especies en el
mar argentino y con ello, este impacto negativo alcanzará sobre estas y otras
especies que capturan las empresas nacionales.
Señores, hay unos
95.000 buques pesqueros en el mundo, de los cuales 40 mil son Chinos, la
mayoría ubicados en el área austral; deberíamos estar muy preocuparnos por este
desequilibrio, donde la
Argentina tiene sólo unos 500 buques pesqueros, que siendo un
número sobredimensionado para el recurso máximo sostenible, no alcanza para
ocupar todo el mar argentino, cuyo control está limitado a tres buques de la Prefectura Naval.
La política de este
gobierno, instrumentada por el entonces Secretario Moreno, de exigirles a los
importadores que exporten lleva también a concentrar el negocio en unos pocos,
al igual que lo que ocurre en materia de granos y con ello a la pérdida de
rentabilidad del industrial argentino. El gigante asiático está en condiciones
de quedarse con toda la actividad pesquera argentina.
Si la Argentina tuviese
vocación o capacidad de controlar el mar, que no la tiene. Si la Argentina tuviese una
situación política, económica y soberana de fortaleza, que no la tiene, otro
podría ser el escenario, y seguramente no firmaría este Acuerdo claudicante.
Como con los Acuerdos de entonces con la URSS se acordará el ingreso de algunos buques
pesqueros chinos y pescarán cientos de buques mellizos sin control alguno o con
un supuesto control que encubra la corrupción. Derogar los acuerdos con la URSS , que se prolongaron por
años, fue una difícil batalla política, de intereses económicos y una clara
demostración de la debilidad negociadora de Argentina. Derogar los Acuerdos con
China, en una Argentina soja-dependiente, será un misión imposible, con un país
colonizado, sin empleo argentino y devaluados y depredados sus recursos
naturales. Será mar arrasado.
En un país soberano y
serio no hay excedentes pesqueros para entregar a terceros: toda la proteína la
obtiene racionalmente el Estado Nacional para alimentar bien a su pueblo; y más
aún si en su población hay altos índices de pobreza”. El acceso al recurso
pesquero es un derecho de tercera generación.
Este no es un Acuerdo
Chino. Este es un verdadero cuento chino, donde el pez grande se come al chico.
César Augusto Lerena
Ex Secretario de
Estado
Asesor en el
Honorable Senado de la Nación
del Senador Fernando Pino Solanas