Carlos E. Viana
Informador Público, 10-4-15
“Si va unido al poder legislativo (el Poder Judicial),
el poder sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario, pues
el juez sería al mismo tiempo legislador. Si va unido al poder ejecutivo el
juez podría tener la fuerza de un opresor”, Montesquieu.
Helena Highton (Ministra de la Suprema Corte de
Justicia), en un acto para la implementación del nuevo Código Civil y
Comercial, dijo: “El Código de Vélez Sarsfield estaba pensado para el hombre
blanco, con cierto poder económico, con buena salud, educado, era un código
oligárquico”.
Si la doctora repasara los libros de historia se daría
cuenta que el Código de Vélez Sarsfield, fue hecho como una herramienta más,
para que millones de inmigrantes vinieran a nuestra tierra, con garantías
jurídicas y que la gran cantidad de inmigrantes humildes que llegaron, a lo que
era un desierto salvaje, encontraron en este Código la protección suficiente
para su trabajo, el fruto del mismo y sus libertades civiles más elementales.
Tal es así que generación tras generación de italianos, españoles, galeses,
judíos, etc., se llevaron por los mensajes de los pioneros, para seguir
viniendo a esta tierra y escapando de las condiciones miserables en que vivían
en sus países, sin garantías ni derechos civiles o comerciales. Esta es la
lección que nos da la experiencia de nuestros abuelos, es el hecho que niega
las mentiras oficiales sobre la explotación y el hambre.
¿La Doctora debería respondernos la pregunta, que si
eran tan explotados porque la mayoría de ellos se quedaron en estas tierras?
¿Era tan malo el Código de Vélez Sarsfield, que más de un millón de personas
decidieron quedarse aquí bajo su protección, abandonando sus familias extensas
en Europa?
Que fue hecho para el “hombre educado”, dijo la
ministra de la Corte, y esta ignorancia nos llama poderosamente la atención,
porque la mayoría de los inmigrantes que vinieron protegidos por él Código de
Vélez, eran pobres analfabetos y en base a las políticas educativas
complementadas por dicho código, Argentina en treinta años pasó a ser la Nación
más educada de América y una de las primeras del mundo.
Con respecto a que “fue hecho para el hombre blanco”,
la doctora debería ver no solo historia sino la geografía demográfica de
nuestro país. No se fijó la doctora que, que en el noroeste y parte del
noreste, muchos de nuestro de nuestros políticos, hombres de negocios,
terratenientes, tienen rasgos indígenas. Y si en la pampa húmeda hay menos es
porque fueron absorbidos por la inmensa inmigración europea, se cruzaron. Hasta
hay quienes sostienen que el General Perón, tenía una antepasada india y sin
embargo fue Presidente de la República.
La tercera parte del ejército de Roca fue Tehuelche,
porque el genocidio lo habían cometido contra ellos los Mapuches, que vinieron
de Chile. Muchos indígenas recibieron tierras y fueron protegidos por el Código
Civil. A algunos de sus caciques les fue otorgado el grado de Coronel del
Ejército Argentino.
El Código Civil de Vélez Sarsfield fue para todos los
habitantes de la República, esa fue la filosofía de Alberdi, darle garantías
jurídicas a todos los habitantes para promover la inmigración.
Debería estudiar la doctora que el Código de Vélez
Sarsfield, fue el modelo en que se inspiró el Código Prusiano, una de las
naciones más civilizadas y educadas de la época.
Los orígenes de estos supuestos oligarcas
Realmente me preocupa que una ministra del tribunal
supremo no tenga en cuenta al usar la palabra oligarquía su verdadero
significado y que además la aplique ligeramente sobre Vélez Sarsfield. Este
hombre nació en Amboy, un pequeño y alejado pueblito de Córdoba donde residía
su padre, un Capitán del Ejército Español. Un hombre de clase media.
Entre Otros hombres de esa generación a los que sin
conocer sus antecedentes y acciones juzga la ministra de la corte como
oligarcas, fueron, por ejemplo, Domingo Faustino Sarmiento, hijo de un labriego
sanjuanino y su madre tejía a mano para levantar su humilde vivienda. Sarmiento
no murió rico. El General Roca, fue hijo de un Coronel retirado del Ejército de
San Martín, hombre de clase media. Alberdi provenía también de un hogar de
clase media de Tucumán. No vamos a seguir citando algo que todos pueden
comprobar, pero sí que el régimen de gobierno fue abierto y el ascenso social
de los inmigrantes fue notable, baste el ejemplo de Carlos Pellegrini, hijo de
un inmigrante y luego Presidente de la Nación. Todos progresaron en el marco
del Código Civil de Vélez Sarsfield, como lo hicieron millones de habitantes
blancos y muchos indios.
¿Qué es una Oligarquía?
No sé en qué Universidad se recibió la Doctora
Highton, pero parece que no le enseñaron bien Derecho Político. Si fue en los
70s está justificada.
Ya Platón y Aristóteles definían a una oligarquía como
el régimen político de los ricos, que aumentaban su riqueza en un círculo
cerrado, aprovechando el poder para apropiarse de los recursos del pueblo.
Para identificar una oligarquía contemporánea basta
fijarse en los viajes de gobernantes en las Seychelles, las cuentas de
allegados en Panamá, en las empresas fantasmas de Nevada. La doctora debería
tener en cuenta al Vicepresidente casi dueño de la casa de hacer dinero, a
Lázaro Báez y sus cuentas en el exterior, las irregularidades contables de la
cadena de hoteles del Calafate, a un Juez que reconoce haber aconsejado a otros
jueces para que sean prudentes con el gobierno, las presiones sobre el Juez
Bonadío, el asesinato del Fiscal Nisman. Néstor Kirchner quien la propuso a la
Doctora Highton como Ministra de la Corte, se jactaba de llenarse los bolsillos
con euros, que no los contaba, los pesaba y tenía en su casa un tesoro blindado
particular con las dimensiones del de un banco. ¿No es ésta una actitud
oligárquica?
Ahí tiene la ministra de la corte una oligarquía real.
Esta oligarquía la propuso a ella como integrante de la Corte Suprema de
Justicia, donde tuvo compañeros como Zaffaroni, un hombre rico con decenas de
propiedades, seis de ellas alquiladas a prostíbulos, concurridos por la
oligarquía. La trata de blancas es una de las tres actividades delictivas que
más daña, al mundo del Siglo XXI, y ha recrudecido en la década ganada. La
ministra es una señora. ¿Reaccionó contra este crimen?
Los Derechos del Niño
La Ministra violó con sus votos el artículo 18 de la
Constitución Nacional, que garantiza la defensa en juicio, con normas aceptadas
internacionalmente, como no sacar a un acusado de sus jueces naturales, de no
juzgarlos con leyes anteriores al hecho del proceso y otro sobre la
inamovilidad de la cosa juzgada. Todos ellos principios jurídicos reconocidos
por la Corte Internacional de la Haya y el Pacto de Roma, entre otros tratados
internacionales. Todos estos principios que no tuvo en cuenta la Ministra de la
Corte, fueron sostenidos para defender a los ciudadanos por más humildes que
sean y sin distinción racial, de los abusos de los poderosos, cuando la
República tuvo vigencia y respetó el Código Civil de Vélez Sarsfield. Parece
que en este sentido se olvidó la ministra de los humildes y especialmente de
veintinueve niños asesinados por la subversión, sobre lo que ella sostuvo y
voto que no eran delitos de lesa humanidad. Estos pequeños inocentes tenían
entre seis meses y quince años de edad. ¿Eran parte de la oligarquía a la que
se refirió la Ministra de la Corte? Parece que para la Ministra algunos tienen
licencia para matar y otros no tienen derechos humanos.
La División de Poderes
Debemos recordarle que Vélez Sarsfield cuando propuso
el Código Civil, no era juez, pero la Ministra como miembro de la Comisión
Redactora del nuevo código, rompió el espíritu constitucional de la división de
poderes. ¿Cómo va ella a juzgar sobre una ley que ella hizo?
Recordemos al respecto las frases de Montesquieu.
“Tampoco hay libertad si el Poder Judicial no está separado del legislativo, ni
del ejecutivo. Si va unido al poder legislativo, el poder sobre la vida y la
libertad de los ciudadanos sería arbitrario, pues el juez sería al mismo tiempo
legislador” (Montesquieu, “El Espíritu de las Leyes”, Libro XI, Capítulo VI).
Como antecedente directo de nuestra Constitución, veamos a que le daba
importancia primordial su diseñador, Juan Bautista Alberdi. “La división del
poder es la primera de las garantías contra el abuso de su ejercicio” (Alberdi,
Bases… Capítulo XXVI).
Más allá de la desvalorización de un prócer como Vélez
Sarsfield, lo que más me molesto en la Ministra fue su agresividad extrema, no
propia de la gravedad o “gravitas”, dirían los romanos, que debe mantener un
magistrado del más alto tribunal de la República. Haciendo un juego de palabras
la justicia, salvo excepciones, no tiene “gravitas”, pero está grave. Pero
comprendámosla, quizá la Ministra de la Corte fue influida por los mensajes de
odio diabólico que escucha por la Cadena Nacional.
No es un pecado la ignorancia, todos nos equivocamos y
no sabemos ciertas cosas, por eso, le recomiendo a la Ministra que repase los
libros sobre historia y derechos humanos, porque prefiero pensar que ella
humanamente no sabe, antes de suponer que da el voto automático a las órdenes
de la oligarquía gobernante, porque como agregó Montesquieu sobre el Poder
Judicial. “Si va unido al poder ejecutivo el juez podría tener la fuerza de un
opresor”.