El blog Juicy Ecumenism señala la ironía del asunto:
El aire acondicionado no es un lujo frívolo. Salva
vidas, sin exagerar. Aun en un país acomodado como Francia murieron más de
14.000 personas durante la ola de calor de 2003, de ingrata memoria. ¿Cuántas
más mueren por todo el mundo en las rachas de calor?
La climatización ha
supuesto un gran avance. Ya no hay millones de trabajadores, al menos en
EE.UU., que se sofoquen de calor en una fábrica o en la cocina de un
restaurante, porque se puede evitar el calor extremo. Los pobres ya no tienen
que dormir en verano en un parque o en la escalera de incendios. Ya no mueren
tantos ancianos por culpa de las altas temperaturas.
El aire acondicionado ha
mejorado inmensamente la calidad de vida y del trabajo para cientos de millones
de almas, y ha hecho posible que desiertos estériles e inhóspitos lleguen a ser
lugares cómodos de residencia y de trabajo para innumerables personas.
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