Gabriel Ariza
Infovaticana.com, 2 julio, 2015
El presidente Vladimir Putin ―el ex agente de la KGB
de una nación que alguna vez fue atea― reprende a EE.UU. al decir que al
abandonar los valores cristianos tradicionales y poner el matrimonio del mismo
sexo en el mismo nivel que el matrimonio tradicional entre un hombre, una mujer
y los niños, EE.UU ha renunciado a Dios y esta adorando a Satanás, y como
consecuencia, esta siendo conducido a la degradación y al un caótico
oscurantismo.
En el apogeo de la Guerra Fría, era común que los
conservadores estadounidenses etiquetaran a la extinta Unión Soviética como
atea y como una “nación sin Dios. ” Dos décadas han bastado para que la
historia haya dado un giro completo, ya que el Kremlin y la Iglesia Ortodoxa
Rusa han hecho la misma acusación a Occidente, con bastante fundamento, según
informa el portal venezolano El Informador.
“Muchos países euro-atlánticos se han alejado de sus
raíces, incluyendo los valores cristianos”, dijo el presidente ruso, Vladimir
Putin, en un discurso reciente. “Las políticas que se están llevando a cabo
estos lugares al poner en el mismo nivel a una familia con hijos y una
asociación entre personas del mismo sexo o al poner al mismo nivel una fe en
Dios y la creencia en Satanás. Este es el camino a la degradación”. Ya en su
discurso a la nación rusa en diciembre pasado, Putin también retrató a Rusia
como una firme defensora de los “valores tradicionales” en contra de lo que él
describe como la bancarrota moral de occidente.
Según Putin “el Conservadurismo social y religioso, es
la única forma de evitar que el mundo caiga en una ” caótica oscuridad.” Como
parte de esta defensa de los valores, Rusia ha adoptado una ley que prohíbe la
“propaganda homosexual”, para evitar el escándalo a los más pequeños, y otra
que hace delito el insultar a los sentimientos religiosos de los ciudadanos.
Esta última ley se adoptó a raíz de una protesta en la catedral más grande de
Moscú por un grupo de punk rock femenino dentro de una Iglesia Ortodoxa.
La prensa catalogó la manifestación como “demoníaca”
dejando en claro que el grupo estaba siendo financiado por norteamericanos. Las
opiniones de Putin acerca de la decadencia de Occidente se hicieron escuchar
nuevamente este mes por el Patriarca Kirill I de Moscú, líder de la Iglesia
Ortodoxa, que acusó a EE.UU, sus países satélites, y a Europa de encargarse “de
desarmar espiritualmente al pueblo”. En particular, el Patriarca Kirill,
criticó las leyes de varios países europeos que impiden a los creyentes portar
o mostrar símbolos religiosos, incluidas las cruces en colgantes o collares, en
el trabajo, entrometiendose en la vida espiritual de las personas.