ELECCIONES
2015
(comentarios a un texto de José Antonio)
Augusto
Padilla
aladerecha,
19-11-15
En
poco tiempo más se conocerá el nombre del futuro presidente. Por supuesto que
ninguno de los dos es de mi agrado, pero no me voy a enojar con quienes voten a
Macri, no tanto por sus promesas, sino cansados del mefítico kirchnerismo, como
lo estamos todos. Sí espero que muchos de quienes lo hagan tengan presente de
que estaremos frente a una etapa light de la revolución cultural propugnada por
Gramsci y la Escuela de Frankfurt. Y me dirijo especialmente a nuestros presos
que eventualmente recuperen la libertad, después de sus indecibles
sufrimientos. Hay que seguir luchando contra la subversión, queridos amigos,
porque a ustedes y a nosotros no nos queda otra, manteniendo la “aptitud de
combate”.
Y a
propósito de estas elecciones, es “justo y necesario” evocar a un joven héroe
español, tan cercano a nuestros afectos: José Antonio Primo de Rivera. Nada
mejor entonces que recordar algunos párrafos de su discurso del 29 de octubre
de 1933, en el Teatro de la Comedia de Madrid, cuando presentó su candidatura a
diputado por Cádiz por la Unión Monárquica, un frente de las derechas.
En su
encendido discurso, que se considera como el primer paso para la constitución
de la Falange, el joven abogado planteó con galanura una nueva y generosa
visión de la política:
“En un
movimiento poético, nosotros levantaremos este fervoroso afán de España;
nosotros nos sacrificaremos; nosotros renunciaremos, y de nosotros será el
triunfo, triunfo que ¿para qué os lo voy a decir? no vamos a lograr en las
elecciones próximas.
En
estas elecciones votad lo que os parezca menos malo. Pero no saldrá de ahí
vuestra España, ni está ahí nuestro marco. Esa es una atmósfera turbia, ya
cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa. No está ahí nuestro
sitio. Yo creo, sí, que soy candidato; pero lo soy sin fe y sin respeto. Y esto
lo digo ahora, cuando ello puede hacer que se me retraigan todos los votos. No
me importa nada. Nosotros no vamos a ir a disputar a los habituales los restos
desabridos de un banquete sucio. Nuestro sitio está fuera, aunque tal vez
transitemos, de paso, por el otro. Nuestro sitio está al aire libre, bajo la
noche clara, arma al brazo, y en lo alto, las estrellas, Que sigan los demás
con sus festines. Nosotros fuera, en vigilancia tensa, fervorosa y segura, ya
presentimos el amanecer en la alegría de nuestras entrañas”.
Como
se ve, José Antonio no le hacía ascos a soportar “una atmósfera turbia” de “una
noche crapulosa”, porque su sitio no estaba ahí. Y tampoco lo escandalizaba el
hecho de votar, a pesar de que algunos cátaros nuestros se rasguen las
vestiduras, un tanto farisaicamente.
Si el
nacionalismo quiere sobrevivir, deberá animarse también a respirar los malos
aires de noches crapulosas, pero firmemente decidido a estar solamente de paso
y a resistir la tentación de permanecer “en la taberna”. No será fácil, ni
mucho menos, pero entiendo que,con la ayuda de Dios, vale la pena abordar la
empresa.
1)
Traigo a colación el ilustre ejemplo del entrañable José Antonio para que el
nacionalismo se anime a organizarse y actuar políticamente, no limitándose a la
mera literatura, quedando perdido entre las palabras.
2)
Conozco de memoria las objeciones de los puros y de los dogmáticos: quedémonos
en nuestra espléndida y cómoda torre de marfil, profiriendo improperios desde
las alturas, porque mezclarse entre los politicastros es poco menos que un
pecado mortal, ya que la democracia es perversa en sí misma. Idem con la
participación en las elecciones.
(Más allá de las componendas y traiciones de
sus actuales dirigentes, el Frente Nacional de Francia ha logrado imponer una
“agenda pública” mínimamente razonable y conveniente para los intereses
nacionales, que no parece fácil de modificar).
Agrego
que participé en la fallida experiencia del MODIN, lo que me nunca me
desalentó. Más bien al contrario: me dejó convencido de que es absolutamente
posible intervenir con cierto éxito, aun en el plano electoral.
Lamentablemente
la patriada no pudo ser, por la defección de Aldo Rico y la renuencia de muchos
nacionalistas a “embarrarse”. Pero nadie “quitará lo bailado” y si no que lo
digan los queridos hermanos Hugo y Fernando Esteva.
3)
Aclaro que no soy democratista, ni mucho menos. Simplemente propongo un modesto
curso de acción no escrituraria, con el propósito de que el nacionalismo tenga
presencia pública. Hacerlo con sensatez y continuidad, sería un aporte
invalorable para los argentinos del mañana. Doy por sentado entonces la bondad
intrínseca del nacionalismo y la necesidad de difundirla en todos los niveles.
Puntualizo
que es una herramienta y nada más. Si no sirve, habrá que usar otra.
4)
Naturalmente, habrá que reunirse -no más en capillas- y considerar los diversos
modos de acción posibles, adecuándose prudentemente al marco local (provincial,
municipal, barrial, etc.). El tiempo dirá cuál es la forma de la futura
organización. Por ahora podría ser un movimiento destinado a influir sobre los
ciudadanos para que sepan que hay otras banderas políticas que levantar,
apuntando a las inteligencias y a los corazones de muchos compatriotas que hoy
no se sienten interpretados y menos representados por nadie.
5) La
tarea debería comenzar en niveles modestos, pero con un objetivo claro:
conseguir aunque sea que una barriada pobre tenga cloacas, iluminación
eléctrica o calefacción en la escuela. Después se verán los otros pasos a
dar (v.g. plantear la necesidad de que los padres sean los educadores primarios
de sus hijos y someter a ellos los planes de estudio, sobre todo en las
materias morales y humanísticas).
6) En
definitiva, se trata de hacer apostolado político a largo, muy largo plazo.
Pero algún día hay que empezar a difundir la verdad –con minúscula, claro
está- del nacionalismo, mero reflejo, en todo caso, de la otra y única Verdad.
Por
cierto que se debe tener presente la advertencia de Castellani Magno, que no
dudó en candidatearse como diputado nacional: “el error del nacionalismo es
poner los ojos en el Poder a corto plazo en vez de ponerlos en la Verdad a
largo alcance”.
7) Y
después de estos comentarios a vuelapluma, quedo nomás a la espera del “fuego
amigo”, que naturalmente será bien recibido.