Ismael Bermúdez
Clarín, 1-12-15
El déficit del Presupuesto para 2015 ya suma 215.000
millones de pesos, a pesar que el Tesoro recibió más de $ 100.000 millones del
Banco Central, ANSeS y otros organismos públicos.
Así, bien contabilizado el “rojo” fiscal supera los $
320.000 millones, y aún puede ser mayor si durante diciembre hay nuevas
ampliaciones.
La Auditoria General de la Nación (AGN) lo calcula en
7% del PBI, el más alto desde 1982.
Este enorme gasto tiene lugar con una presión
tributaria récord. Buena parte de la mayor recaudación proviene de impuestos
que recaen sobre el consumo (IVA, Ingresos Brutos) y que en mayor medida
perjudica a los sectores de menores ingresos.
También, y a diferencia del pasado, Ganancias carcome
una parte del salario de trabajadores y empleados de sueldos medios.
Una tercera parte de este enorme déficit (casi $
110.000 millones) corresponde a “intereses y comisiones de la deuda”, un monto
más que significativo para un Gobierno que está finalizando e insiste en el
“desendeudamiento” y que “Argentina no tiene problemas de deuda”.
Este déficit, que viene creciendo sin pausa desde hace
4 años, se fue cubriendo en forma creciente a través de la colocación de bonos
(más deuda) porque el Banco Central más que agotó su capacidad de financiar, en
pesos y en dólares, al Tesoro Nacional. Por esa razón, entre otras, crece la
partida de “servicios de la deuda pública”.
El Gobierno Nacional le debe al Banco Central, en
pesos y dólares, el equivalente a más de 100.000 millones de dólares que no
está en condiciones de devolver y que se usaron para ir pagando deuda con
acreedores privados, organismos financieros, como el FMI, y los déficits
fiscales de los últimos años. Además, sin reservas, el BCRA debe más de $
380.000 millones a bancos y fondos a través de LEBAC.
Otra parte del mayor gasto, difícil de calcular, se
compone de “sobreprecios” sobre los contratos de obra pública que beneficiaron
a amigos y no amigos del oficialismo. Y de subsidios económicos a “sectores
privilegiados”.
También hay subsidios sociales muy amplios en favor de
los usuarios, en especial, de la región metropolitana que, sin embargo, no
evitaron que la pobreza golpee a 8 millones de personas, según las consultoras
oficiales como CIFRA de la CTA oficialista, o 12 millones de acuerdo al
Observatorio de la UCA.
Aún con los subsidios al gas, la luz, agua y
transporte, la Dirección de Estadísticas porteña, calculó que una familia tipo
necesita entre $ 12.000 y $ 15.000 por mes para llegar a fin de semana, algo
que no consigue el 30% de los porteños (casi un millón de personas).
A la hora de revisar los subsidios sociales, habrá que
tomar en cuenta que la mitad de la gente ocupada gana menos de $ 6.500
mensuales y que más de la mitad de los jubilados gana $ 4.200 y el 1,5 millón
de pensiones sociales menos de $ 3.000 por mes.
Esta realidad económica y social deberá ser tenida en
cuenta en la revisión del Presupuesto 2016 sabiendo, además, que la carga
impositiva está al límite.